gastronomía

Casa Agustín, de Albalate del Arzobispo, trae su alabada oreja a un nuevo restaurante en Zaragoza

El establecimiento abrirá después de Semana Santa en el número 20 de la calle Cadena, en la Madalena.

Fachada de Casa Agustín en Albalate del Arzobispo.
Fachada de Casa Agustín en Albalate del Arzobispo.
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Cuenta Antonio Serón, propietario del emblemático restaurante Casa Agustín (ronda del Pintor Gárate, 4, Albalate del Arzobispo), que hasta el rey emérito probó la famosa oreja del establecimiento "en una de sus escapadas en moto". Juan Carlos I no ha sido el único en caer en la tentación. "Por aquí ha venido mucha gente, desde Pablo Gargallo hasta algún que otro presidente autonómico, pasando por la plantilla completa del Real Zaragoza comandada por Víctor Fernández. No cabe duda de que en la carta del negocio hay gasolina para ganar títulos nacionales e internacionales.

El negocio abrirá después de Semana Santa un nuevo local en la capital aragonesa por lo que, a partir de ahora, los zaragozanos no tendrán que bajar de propio a Albalate del Arzobispo para probar la oreja, el cogote y el tronco de merluza con angulas, el rodaballo, el besugo o la lubina salvaje. Por no hablar de las carnes a la brasa o las judías a la paja, cocinadas lentamente a fuego de leña. Porque esa es una de las claves del establecimiento, su buen trabajo de la parrilla, que le sirve de imán para los adeptos a esta técnica.

Oreja de cerdo de Casa Agustín, en Albalate del Arzobispo y pronto en la calle Cadena de Zaragoza.
Oreja de cerdo de Casa Agustín, en Albalate del Arzobispo y pronto en la calle Cadena de Zaragoza.
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Para replicar la fórmula, Antonio Serón ha encontrado un local en el número 20 de la calle Cadena, en la Madalena, donde hasta hace poco se encontraba el asador La Mancha. El establecimiento trabajará la barra y el comedor a partes iguales. "En el piso de arriba, a nivel de calle, estará la barra, más enfocada a las tapas, y unas seis o siete mesas de comedor", cuenta el hostelero.

En el piso de abajo se extenderá un comedor con capacidad para unos 40 comensales, así como un reservado. "La gente podrá seguir yendo a Albalate a comer en nuestro local, pero nosotros también hemos querido acercarnos a los zaragozanos", cuenta Serón, quien da cuenta de la cantidad de personas que "cogen el coche única y exclusivamente para comer en Casa Agustín". Aunque también los hay, claro, quienes aprovechan para visitar la zona o completar una ruta para abrir el apetito. 

Antonio lleva en la actualidad las riendas del negocio, que abrió sus puertas en Albalate del Arzobispo hace más de cuarenta años. Tras la jubilación de su padre, Agustín, el establecimiento mantuvo la filosofía -buen producto, cantidades generosas y precios más que razonables-, aunque poco a poco, y sobre todo tras una actualización hace unos años, fue adquiriendo un cariz más actual.

Agustín Miguel Marcuello, de Casa Agustín, en una entrevista con HERALDO en 1994.
Agustín Miguel Marcuello, de Casa Agustín, en una entrevista con HERALDO en 1994.
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Agustín Miguel Marcuello contaba en una entrevista con HERALDO DE ARAGÓN en 1994 que, cansado de vivir en la carretera, dejó su trabajo como camionero después de catorce años para abrir el negocio al que dio nombre. El 25 de julio de 1980 abrió un pequeño bar, donde además de bebidas servía un buen surtido de tapas y meriendas. Al poco amplió el negocio y lo convirtió en un restaurante. El resto, para los amantes del buen yantar, es historia.

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