El paro de transportes complica la crisis de suministros y frena la actividad empresarial

Tradime mantiene su acción de protesta y las organizaciones empresariales reclaman medidas que eviten que haya desabastecimientos.

La Guardia Civil está garantizando el tráfico de camiones en Aragón.
La Guardia Civil está garantizando el tráfico de camiones en Aragón.
Delegación del Gobierno

El paro en el transporte de mercancías liderado a nivel nacional por la denominada Plataforma para la Defensa del Transporte, iniciado el pasado lunes, ha complicado de modo creciente a lo largo de la semana la crisis de suministros que afecta desde hace meses a varios sectores industriales y ha generado un desabastecimiento de alimentos que está frenando la actividad empresarial en todo tipo de sectores de actividad. Al mismo tiempo, se han movilizado miembros de la Asociación Empresarial de Transportes Discrecionales de Mercancías de Aragón (Tradime), organización que decidió ayer en asamblea mantener suspendida su actividad.

«Paramos porque no nos sale a cuenta», indicó ayer José Antonio Moliner, presidente de Tradime, minutos después de concluir una asamblea en la que se decidió mayoritariamente continuar con el paro, porque «antes de arruinarse» por el elevado precio de los carburantes, los transportistas prefieren no trabajar. Con 700 socios que tienen 2.000 camiones, esta organización ha optado por mantener su postura hasta que el Gobierno concrete medidas que consigan una rebaja en los combustibles.

El anuncio del presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, de esperar hasta el día 29 para adoptar alguna decisión genera inquietud a los transportistas, apuntó Moliner, que como subrayan las principales organizaciones empresariales aragonesas, no pueden esperar hasta entonces. «La rebaja del impuesto de hidrocarburos es la única salvación en este momento», dijo el presidente de Tradime el pasado martes, en la concentración de sus asociados en la plaza del Pilar de Zaragoza.

Soluciones concretas

A pesar de la carta remitida por la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, en la que fijaba «la revisión del precio del transporte por la variación del precio del combustible» y donde anunciaba «la reducción del precio en línea con el planteamiento que ya están llevando a cabo en los países de nuestro entorno», el transporte aragonés aboga por «soluciones concretas por parte del Ejecutivo para desconvocar los paros», recalcó Tradime.

En la Federación de Transporte de Mercancías de Zaragoza (Fetraz), que agrupa a las grandes compañías del sector en Aragón, mantienen su determinación de no parar y reivindican su derecho a trabajar de la misma manera que existe el derecho a la huelga.

La organización insistió ayer en que la situación es preocupante, denunció que «se está tardando mucho tiempo en actuar» para conseguir rebajar la factura que se paga por los carburantes y lamentó que una supuesta organización de transportistas que «no representan al sector» esté coaccionando a camioneros en todo el país, obligándoles a parar contra su voluntad con acciones violentas, dañando vehículos, rompiendo lunas, etc. «En Aragón no ha habido muchos incidentes, pero al final nuestros camiones están en toda España», señalaron.

En las carreteras aragonesas ayer se mantuvo la misma tónica, si bien con una seguridad garantizada con la presencia de 908 agentes de la Guardia Civil y la Policía, según informaron desde la Delegación del Gobierno.

Las organizaciones empresariales, mientras tanto, insisten en hablar de «preocupación» por los efectos de los paros del transporte de mercancías y los motivos que los originaron. La Asociación de Empresa Familiar de Aragón (AEFA) solicitó ayer la adopción de medidas urgentes que pongan fin a la huelga de transporte y evitar que un gran número de empresas afectadas por este paro se vean obligadas a cesar en su actividad en los próximos días, en el caso de que la situación persista. «Es necesario y urgente que los gobiernos central y aragonés aprueben medidas que permitan el desbloqueo y la solución de esta situación. Las empresas aragonesas se encuentran en un momento muy tensionado tras un periodo en el que se han sucedido la crisis sanitaria, la falta de suministros, la inflación y una alarmante subida del coste de la energía», señalaron.

CEOE y Cepyme se han pronunciado en la misma línea estos días, reclamando medidas que eviten un desabastecimiento que se empieza a notar en la industria y en el sector de la alimentación, que ya acusa un descenso en la llegada a Aragón de productos como el pescado, algunas frutas y verduras y los piensos. 

La industria vive su particular "tormenta perfecta"

La planta de Opel España en Figueruelas, del grupo Stellantis, ha tenido que suspender varios turnos de trabajo esta semana. La factoría de BSH en La Cartuja anunció el viernes que pararía su producción de lavadoras hasta el martes. Alumalsa, Megasa, Ferroatlántica, Exide... La huelga de transportes y los elevados costes energéticos están complicando la gestión del día a día de numerosas empresas en Aragón, que desde hace meses sufren la crisis internacional de suministros y las consecuencias de la pandemia de la covid-19.

«Vivimos una tormenta perfecta y lo peor es que esto aún puede empeorar», declaró Ángel Gil, gerente del Clúster Logístico de Aragón (Alia), el pasado jueves en un evento organizado por la escuela de negocios ESICen Zaragoza. «Ya antes de la guerra en Ucrania había problemas en el suministro y los precios de las materias primas. Se encarece el pan, el pienso, la energía y todo esto está obligando a empresas a cerrar porque no les sale a cuenta», añadió antes de reconocer que «nadie» es capaz de prever lo que va a ocurrir en los próximos meses.

Incertidumbre sobre China

«Llevamos dos años con problemas continuos, nos hemos hecho un máster en suministros», admitió con socarronería Eduardo Sanz, director general de Airtex, fabricante de bombas de agua para automoción. «No hemos acabado con los efectos de la covid y ahora hay una guerra, y por si fuera poco ahora hay problemas en China porque vuelven a tener casos de covid y están cerrando fábricas», añadió. Pese a todo, la planta de Airtex en Zaragoza no ha tenido que parar en ningún momento, aunque reconoce el aumento de costes por el precio de la energía y la incertidumbre reinante en la industria del automóvil, en especial en países como Alemania por la falta de piezas –como el cableado– de Ucrania.

En Fersa Bearings, fabricante de rodamientos para automoción, el sector agrícola y la energía eólica, se trabaja al día con planteamientos que evolucionan en función de las circunstancias. «Estamos afrontando la volatilidad de los precios de materias primas y la falta de componentes con más aprovisionamientos», explicó Pedro Pablo Andreu, director general de la compañía. «Hemos duplicado el envío de contenedores de acero desde India, al escasear el níquel de Rusia estamos buscando alternativas para algún componente con fabricantes de automóviles, estamos actuando en diferentes frentes para minimizar los daños que surgen», señaló Andreu. Fersa, indicó también, ha dejado de vender a Rusia, Ucrania y Bielorrusia –de donde procedía cerca del 5% de su facturación– y ha redirigido las acciones de márquetin de esos países a otros para compensar. «Nuestra previsión es seguir creciendo y queremos hacerlo a pesar de todo lo que está ocurriendo», señaló.

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