Las mejores sidrerías de Aragón: el 'txotx' que alegra cuerpo y mente
El establecimiento norteño por excelencia, básico en la cocina asturiana y también en la vasca, tiene buenos representantes en tierras aragonesas.
Cuando el invierno va enfilando la recta de salida, la temporada de sidrerías en el País Vasco convierte estos templos culinarios en lugares de peregrinación, Astigarraga es probablemente el lugar más famoso de este culto, que en su versión más clásica reduce el menú a tres elementos básicos: la tortilla de bacalao, el chuletón y, por supuesto, la sidra. Y si de sidra hablamos, Asturias no puede faltar, y aunque allá le llamen sidrina no es un diminutivo, porque se exige más calidad a ese líquido que en ningún otro sitio. En Aragón, la buena mesa también es una religión y hay bastante opciones de nivel para disfrutar de estas comidas regadas con aroma de manzana.
El Txoko de Jon de Grisel, la sidrería de pura cepa
Situado en el centro del pueblo de Grisel, este local es cosa de Jon Acordagoitia, donostiarra de pura cepa que lleva muchos años viviendo y emprendiendo en el área de Tarazona. A apenas tres kilómetros, ofrece un menú de sidrería a diario, con excelente género llegado de proveedores de su tierra, y borda la tortilla de bacalao. De poste, si se tercia, nueces con membrillo o cuajada.
Sidrería Begiris en Santa Isabel de Zaragoza, un acierto en la capital
Estuvieron en el centro de Zaragoza y llevan ya unos cuantos años en uno de sus barrios rurales más vitales. Tienen kupelas gigantes de sidra, txokos individuales para grupos, un hermoso jardín, menú impecable y si se quiere alguna otra cosa a la brasa, no falta. Desde 2004, atrayendo aficionados a Santa Isabel.
Florentza, la sidrería de Alborge
Cuando Eva y Dabiz (dueños de Begiris) empezaron a hacer ‘sidrachistorradas' por diversos pueblos en los veranos, se plantearon poner un negocio sidrero en Alborge, el pueblo de Eva. Así nació Florentza, abierta en plena pandemia; además del menú de sidrería tienen productos como calamar de anzuelo, patas de pulpo o atún rojo.
El Rincón de Valero, sidrería y andada
Hace diecisiete años que Valeriano Usieto abrió este restaurante en Yebra de Basa, el primer pueblo desde Sabiñánigo cuando se enfila el Sobrarbe. La tradición habla allí de tortilla de bacalao, sidra y chuletón, pero también se puede pedir un excelente chorizo a la sidra y para los más tradicionales, unos almuerzos a base de huevos fritos que según dicen los habituales, no tiene rival. Además, el pueblo ofrece excelentes caminatas para bajar la comida.
Sarao, la sidrería del valle de Tena
Este hotel y restaurante de Escarrilla, en pleno valle de Tena, tiene más de medio siglo de historia y su materia prima llega de las lonjas y vaquerías donostiarras. Tiene menú de sidrería y kupela para hacer el famoso ‘txotx’, y que corra la sidra, pero se han adaptado a todo tipo de visitantes y también ofrecen menús veganos y vegetarianos. Tiene varios salones, terraza cubierta y abre terraza exterior con la llegada del buen tiempo
Borda Chaca en Jaca
En Ulle, a cinco minutos de Jaca, la Borda Chaca ofrece entre sus alternativas de menú el esquema típico de sidrería, en plena naturaleza y con un cuidado único del producto. Tortilla de bacalao, bacalao frito, chuleta de vaca a la brasa con patatas fritas, pimientos del piquillo, idiazábal con membrillo y nueces... y si hay quien quiere otra cosa, no falta.
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