Cómo invitar a tus suegros a comer esta Navidad y no morir en el intento

La cena de Nochevieja, la comida de Año Nuevo o la de Reyes y otras jornadas gastronómicas son una prueba de fuego para familias políticas, cuñados y otros personajes mágicos de esta época.

Tener una previsión del menú es fundamental para triunfar en las comidas de esta época.
Tener una previsión del menú es fundamental para triunfar en las comidas de esta época.
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En todas las celebraciones, hay comida de por medio y la Navidad, no podía ser menos. En esta época pasamos gran parte de las jornadas comiendo: la cena de Nochebuena y Nochevieja, las comidas de Navidad, Año Nuevo y Reyes, las cenas de empresa... Aunque hay trucos para no coger kilos extra estas fechas, es inevitable sucumbir a los ricos aperitivos, a los asados, a los turrones y a las mil delicias que llenan las mesas. Al estrés de preparar un menú que agrade a todos los comensales y de decidir dónde celebrar la fiesta posteriorse le añade la presión de sobrevivir a largas jornadas familiares. Con estas claves podrás ser un perfecto anfitrión, aunque no podrás evitar que alguien diga las frases típicas de las comidas familiares.

Hazte con una agenda. Marcar los días clave es fundamental para llevar una correcta organización de comidas. Señalar cuándo se debe hacer la compra de los productos y cuándo se pueden elaborar, ya que hay platos que pueden (o incluso requieren) un día de reposo. En el terreno decorativo también es importante saber cuándo se pondrán y se quitarán el árbol y el belén. De esta forma, existirá cierta obligación para que no queden en el salón hasta el año siguiente.  Una compra básica. En Navidad, cualquier momento parece el adecuado para recibir visitas. Por ello, contar con unos básicos como cavas, vino, jamón, langostinos, queso, frutos secos, alguna lata de ahumados o helados puede sacarnos de un apuro en cualquier momento.  Recibimiento. Cuando llegan los invitados, hay que estar arreglado y tener todo preparado. Estar poniendo la mesa cuando estos entran no es muy elegante.  Cava. Para marcar la diferencia, puedes recibir a tus invitados con una copa de cava, la bebida protagonista de la Navidad. Después, no podrá faltar para brindar por todos los buenos deseos. Eso sí, debe servirse entre 7 y 9 grados, ya que si se sirve demasiado frío se alteran sus aromas y su característica efervescencia, por lo que hay que evitar meterlo al congelador.  El menú. La Navidad es una época de excesos con la comida, por lo que hay que ser previsores para no preparar ni poca ni mucha comida. Es momento de deleitar a los invitados con nuestras mejores recetas pero no es recomendable innovar, puesto que puede que no salgan bien. Optar por unos buenos menús para llevar también es buena opción.  Caprichos para uno mismo. Sentirse bien con uno mismo es el primer paso para disfrutar de la compañía de los demás, así que es el momento de darse un capricho: comprarse ropa, descansar para hacer frente al ajetreo propio de las cenas familiares, hacer una visita a la peluquería, darse un masaje... La diferencia está en los detalles. Ambientar con villancicos, preparar juegos de sobremesa, decorar con flores y plantas de Navidad, elaborar regalos personalizados y otros detalles harán de la fiesta una jornada única. - Ir al suplemento de gastronomía 

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