Más parados de 50 años y menos oportunidades en el mercado laboral: "La edad te penaliza en cualquier sector"

La edad no perdona tampoco en el mercado laboral. Aunque la cifra de personas sin trabajo ha bajado a 52.953 en Aragón, según datos del paro registrado de agosto, son 24.006, más del 45% del total, los desempleados de 50 a 60 años

Teresa Catalinas y María Dolores Salegui hablando con Angélica Mazo, responable del sector de servicios sociales y a la comunidad de UGT Aragón
Teresa Catalinas y María Dolores Salegui hablando con Angélica Mazo, responable del sector de servicios sociales y a la comunidad de UGT Aragón
Guillermo Mestre

Aunque el paro lleva meses de caída en Aragón, salvo agosto en que ha repuntado en 139 personas, la cifra de desempleados mayores de 50 años sigue aumentado. Representan ya el 45,6% del total, denuncian los sindicatos, al comparar los datos del paro registrado en julio de este año y del mismo mes de 2019. Entonces este colectivo sumaba 23.671 personas de un total de 60.454 (39,16%) mientras que en el mismo mes de este año son 24.083 de un total de 52.814 desempleados, es decir, el 45,6%.

"Pese a que el número total de personas sin empleo ha bajado, incluido agosto en 8.530 personas, el peso de los mayores de 50 años se ha incrementado un 6,61% desde antes de la pandemia", destaca Pura Huerta, secretaria de Formación y Empleo en UGT Aragón. 

"Son más mujeres numéricamente que hombres" los que sufren este problema de la edad como una importante barrera a la hora de salir del desempleo. "Aunque en muchos casos estén perfectamente capacitados y con experiencia por el simple hecho de tener esa edad, ni siquiera les llaman para hacerles una entrevista", afirma.

"Casi la mitad de los parados que hay en Aragón tienen más de 50 años y suelen ser parados de larga duración. El problema se empieza a cronificar", coincide Carmelo Asensio, su homólogo en CC. OO. Aragón. "Hay una resistencia a contratar a personas de más de 45 o 50 años en algunos sectores como la hostelería o los servicios. Y este prejuicio afecta más a mujeres que a hombres". Es cierto, añade, que "la mayoría de estos desempleados no tienen cualificación, aunque también los hay muy formados, que han perdido su trabajo en las últimas crisis y a los que la edad limita el reingreso en el mercado laboral".

"Es bastante lamentable que gente que está con ganas de trabajar y con experiencia laboral acreditada no puedan acceder a un puesto de trabajo", señala Huerta. "Si a eso le unimos que en muchos casos al alargarse la estancia de estas personas en el desempleo, acaban con las prestaciones y han de pasar a cobrar el subsidio, lo cierto es que se ven en situaciones económicas muy complejas".

Para la responsable de UGT habría que poner el foco en políticas activas de empleo que ayudasen a recualificar a los parados de más de 50 años. "En muchos casos no les importa cambiar de sector, pero eso sí, piden unas condiciones laborales dignas", asegura. 

Y a los empresarios, Pura Huerta les pide que "antes de mirar para afuera o buscar contingentes en el extranjero, miren hacia adentro", es decir, que le den una oportunidad a estos desempleados con experiencia que se han quedado fuera del mercado laboral en Aragón. 

"Podemos redirigirlos a los sectores donde más se necesita personal. Lo que no podemos permitir es que la edad les penalice y no les llegue ninguna oferta de empleo". En este sentido, recuerda que hace tiempo ofrecieron programas específicos para parados de larga duración con los que lograron un porcentaje de inserción elevado.

Por la reedición de estas políticas aboga también Asensio, convencido de que "a las empresas les resulta mucho más ventajoso contratar a jóvenes, que no les ponen impedimentos en tipo de contrato o condiciones frente a mayores, que normalmente suelen exigir sus derechos". Mediante formación y recualificación, insiste, "hay que darles una oportunidad e incentivar su contratación".

Capacitación y recualificación

"Lo que tienen que hacer estas personas sobre todo es recualificarse y capacitarse. No puede ser que te digan ‘he hecho esto así todo mi vida’ sino que tienen que reciclarse y adaptarse", destaca Carmelo Pérez, secretario general de Cepyme Aragón. 

El principal problema de las empresas en este momento, recuerda, es que tres de cada cuatro no encuentran los perfiles cualificados que necesitan y en muchos casos se las ven y las desean para encontrar candidatos a los que luego tienen que formar.

"No se puede caer en el victimismo. Parte de los mayores de 50 años están en el paro porque su puesto de trabajo ya no se demanda y tienen que recapacitarse", advierte Pérez, convencido de que "cada vez se valora más desde el punto de vista de la empresa la experiencia y el compromiso".

Jesús Arnau, presidente de CEOE Aragón, coincide en que "lo que ha ocurrido al aumentar la población activa es que miles de puestos de trabajo, aún con más de 52.000 parados en Aragón, no los podemos cubrir. Hay una tendencia hacia la digitalización y hay que formarse".

A este problema hay que sumar «el de tener una sociedad cada vez más envejecida y menos gente joven». Por eso, insiste Arnau, «es necesario adecuar la formación a lo que necesitan las empresas, despertar vocaciones entre los jóvenes y que los trabajadores en paro de más edad se reciclen» porque, advierte, en el medio rural aún se acentúa más la escasez de perfiles cualificados. 

«Las empresas no conseguimos cubrir los puestos de trabajo. Pasa en la construcción, el transporte, la industria, la hostelería y todos los sectores de la actividad y es ahí donde tanto la Administración como los agentes sociales deben centrar sus esfuerzos», dice.

Convendría, añade el secretario general de Cepyme Aragón, que hubiera una mayor concienciación de los servicios públicos de empleo y de toda la sociedad. «Igual que se ha producido una revalorización de lo que es la Formación Profesional, convendría hacer también una campaña que pusiera en valor a los ‘seniors’, los trabajadores con experiencia y desterrar el prejuicio de que suponen una carga cuando pueden aportar toda su experiencia y muchos otros valores». 

Comparativa con 2019

Si en agosto de 2019 el total de parados en Aragón era de 61.483 personas y los parados de más de 50 años sumaban 23.807 (el 38,72%), en la actualidad ese porcentaje ha aumentado más de seis décimas y los desempleados en esta franja de edad alcanzan los 24.006, de los 52.953 desempleados que hay en la comunidad en agosto de 2023, según datos del sindicato UGT. Habiéndose reducido la cifra del parados en Aragón desde agosto de 2019 en 8.530, los de más edad hayan aumentado un 6,61% su peso en el cómputo global.

Condiciones de trabajo

De si los sueldos pueden ser un factor discriminatorio para los mayores, acostumbrados a remuneraciones más altas, el portavoz de Cepyme reconoce que «el salario se adecua al convenio de cada sector», y recuerda que en el del Metal, por la inflación «los han subido un 15% en el último convenio». «Hay que perder el miedo al cambio y querer reciclarse», afirma.

Antonio Osés y Ana Erazo, junto a Pura Huerta, secretaria de Formación y Empleo en UGT Aragón.
Antonio Osés y Ana Erazo, junto a Pura Huerta, secretaria de Formación y Empleo en UGT Aragón.
Guillermo Mestre

Los desempleados Antonio Osés, de 50 años, y Ana Erazo, de 60, aseguran que la edad es un handicap muy importante a la hora de que te den trabajo. "Yo he tenido suerte por mi condición de chofer, pero si no hubiera tenido el carnet no habría tenido ofertas de empleo", asegura este profesional, que ha sido autónomo toda la vida pero que tras una separación y vender parte de su negocio se ha encontrado sin empleo. 

"A esta edad, creo que ya a partir de los 45, es difícil que te llamen a trabajar. Gracias a que tengo el carnet de camionero y que faltan en Aragón, espero me llamen", dice. De no haber sido por eso, "habría tenido bastante más difícil volver al mercado laboral», afirma.

"A mi edad es muy difícil que me llamen", reconoce Ana, que lleva 15 años trabajando en España. "Me quedé sin empleo después de la covid porque yo también enfermé, cuidaba a una señora y buscaron a otra persona. En tres años ya no he encontrado nada fijo. Voy haciendo alguna sustitución, pero eso no da para vivir", confiesa lamentando haber tenido que recurrir a la RAI (Renta Aragonesa de Inserción), una ayuda de 480 euros, al no tener ningún colchón de ahorros. 

«Si ganas 300, te los descuentan y te dan solo 180. A ver quién puede vivir con eso», critica. Aunque ha hecho varios cursos como el de ayuda a domicilio, dice, «no la han vuelto a llamar». Pensar en el futuro le da miedo. Solo pide "unas condiciones dignas" como empleada de hogar y un "contrato" que le permita llegar a la jubilación con algo más que la pensión mínima. 

Para Osés, "esta sociedad prima sobre todo la juventud, se ha olvidado de los mayores y no valora en su justo precio la experiencia". Influye también que "el trabajador veterano cuando lo van a contratar tiende a pedir más sus derechos que algunos jóvenes, que desconocen lo que es un convenio de sector". En su caso, con 50 años, señala, conserva aún muchas ganas de trabajar y confía en que le salga trabajo de conductor. 

Ana Erazo también quiere seguir trabajando. Desde que llegó a España lo ha hecho y los años no van a impedir que siga empleada en trabajos de limpieza o en lo que le salga. 

Cumplir años te penaliza en cualquier sector

María Dolores Salegui, trabajadora toda la vida en el sector de la dependencia y en paro desde el 28 de agosto, y Teresa Catalinas, empleada durante 34 años también en este campo y ahora sin trabajo, coinciden en que los años te penalizan en cualquier actividad y más en la suya. Con 56 y 59 años respectivamente, explican, que en la atención a ancianos "las empresas miran muchísimo la edad y prefieren a chicas jóvenes aunque no tengan experiencia ni sepan usar la grúa o cambiar un pañal".

"Las cosas han ido a peor tras la pandemia: los turnos, los horarios, los ritmos. Así que me fui", confiesa Catalinas, y eso que su trabajo, cuidar a ancianos con alzhéimer le gusta, dice, pero no en esas condiciones. 

"Claro que quiero volver a trabajar pero en un centro de día o en talleres para ayudar a estas personas tan delicadas y centrar la atención en ellas. Necesito ir contenta y no sufriendo" o pagando las consecuencias de la falta de personal.

"Somos un número más", señala por su parte Salegui, que fue despedida mientras estaba de baja. "No cuidan a la cuidadora y si se lesiona, dejan de contar con ella", reconoce hablando de su propio caso. 

"Las ratios no han cambiado en Aragón. Cada cien residentes tiene que haber 30 trabajadores, incluyendo ahí todas las categorías sea de limpieza o cocina", critica Angélica Mazo, del sector Servicios a la Comunidad de UGT-SP Aragón. "En otros sectores cuando llegas a cierta edad te adaptan el puesto de trabajo, pero eso no existe en la dependencia a pesar de que requiere de mucho esfuerzo físico", indica: "El problema es que muchas de las contratadas se van a ir haciendo mayores y no va a haber relevo".

"La gente joven viene sin experiencia y con miedo", apunta Catalinas, pero las veteranas no pueden pararse a enseñarles ya que los ritmos no lo permiten. "Si encontrara algo de lo mío mañana mismo me ponía a trabajar", asegura Salegui, mientras que Catalinas ha optado por reciclarse y aprender informática para tener una mayor empleabilidad.

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