La falta de mano de obra cualificada: el reto de la industria en Aragón 

El sector industrial, el que más tira de las exportaciones, va bien, coinciden empresarios y sindicatos, pero el gran desafío que afronta es la escasez de profesionales

Trabajadores de Stellantis en el taller de baterías de la fábrica zaragozana de Figueruelas.
Trabajadores de Stellantis en el taller de baterías de la fábrica zaragozana de Figueruelas.
Marcos Cebrián

De buena salud goza la industria en Aragón. Supone cerca del 20% del Producto Interior Bruto (PIB), cinco puntos más que la media nacional, y es motor del empleo de calidad. Generador de la cuarta parte de los puestos de trabajo en la Comunidad, lo que aporta Aragón a la industria española es superior al peso que tiene en la economía nacional, según el ‘Barómetro industrial’ del Consejo General de Colegios Oficiales de Graduados e Ingenieros Técnicos Industriales de España.

Con la automoción como abanderada –con una fábrica, Opel, adquirida a General Motors por Stellantis en 2017 e implantada en Figueruelas desde hace 41 años–, la agroalimentación ganando músculo y el crecimiento de grandes empresas familiares y multinacionales como Pikolin o BSH, la región ha podido soportar mejor la embestida de las crisis.

«Aragón es afortunada. El sector industrial, pese a las dificultades de la crisis de suministros, va bien. Estamos cinco puntos por encima de la media nacional», reconoce el presidente de CEOE Aragón, Miguel Marzo. «El reto es ser capaces de atraer personal cualificado. Habría que generar más recursos humanos», advierte, y «potenciar más la Formación Profesional».

«Uno de los desafíos para la industria aragonesa es ser capaces de tener una FP acorde a lo que las empresas demandan y poder encontrar trabajadores cualificados para los puestos que se están generando», coincide María Jesús Lorente, presidenta de Cepyme Aragón

La cualificación, ante la Industria 4.0. y el avance de la digitalización, se hace más necesaria que nunca. «Hay que empujar con fuerza por la marca Aragón para que el enclave geoestratégico que ocupa y su potente industria sean un polo de atracción de talento y de una mayor inversión empresarial».

Se precisa tender más puentes entre el sistema educativo y la industria, entiende José Juan Arceiz, secretario general de UGT Aragón. «Falta mano de obra cualificada y una política de Formación Profesional que permita atraer a los jóvenes y que en lugar de dejar los estudios, se les oriente hacia las profesiones que demanda el sector industrial, uno de los que ofrece mejores condiciones salariales», recuerda, cuando acaban de firmar el convenio colectivo en Stellantis, que tendrá un efecto arrastre en toda la industria auxiliar aragonesa.

Más formación y mejor salario

«Faltan trabajadores y se van a necesitar en la Industria», apunta Ana Sánchez, secretaria general de Industria en CC. OO. Aragón, pero «en lugar de hablar por hablar que es lo que se hace, habría que actuar».

Sería urgente constituir un tripartito –DGA, empresa y sindicatos– y analizar por qué están faltando perfiles: «Elevar el aplauso social de la FP y dar ventajas a los jóvenes para que se incorporen ayudaría», añade, y también mejores salarios. 

«Las escalas salariales desde 2008 hasta ahora se han rebajado sustancialmente», constata, y además «se han alargado los años desde que un joven entra en una empresa hasta que puede aspirar a las mismas condiciones que los veteranos». «Quejarse de que hay profesiones que no se cubren es fácil», señala, pero «hay que ofrecer compensaciones para hacerlas atractivas».

Tener paz social es otra de las fortalezas de la industria en Aragón, subraya el presidente de la patronal aragonesa. «El convenio en Stellantis da tranquilidad para un sector importantísimo en Aragón. Necesitamos estabilidad y horizontes largos, no como en política», manifiesta Marzo. Ante la oportunidad fallida de haber ubicado en Aragón una fábrica de baterías, reconoce que «tarde o temprano llegará; estaba cerca de Aragón, pero se fue».

Ser más competivivos fiscalmente –otras comunidades aventajan a Aragón– y mayor agilidad administrativa para no «retrasar proyectos de millones de euros porque falte un papel» son otros de los retos que plantean los responsables de CEOE y Cepyme.

«Con el convenio que hemos firmado en Stellantis, que asegura la supervivencia de la planta zaragozana más allá de 2030, y con la continuidad de las otras dos plantas españolas (Vigo y Villaverde) tiene todo el sentido del mundo tener una fábrica de baterías en Aragón», destaca Sánchez. 

Mientras que Arceiz abunda en las buenas perspectivas que se abren para la industria, no solo de la mano de la automoción sino de los grandes proyectos que hay en la industria agroalimentaria como Bon Àrea en Épila; en el sector tecnológico con las distintas inversiones de Amazon; o en la industria farmacéutica con la nueva planta que levantará Becton Dickinson en Empresarium.

Además, el sector industrial, destacan los agentes sociales, es vital para las exportaciones que siguen marcando récords en Aragón y que crecieron en 2022 un 13,9% interanual. 

«El año pasado, automoción y alimentación volvieron a ser las industrias que más superávit generaron, junto con las semimanufacturas», señalan.  En 2022 sobresale el aumento de las exportaciones e importaciones de productos energéticos, según subraya la Revista de Economía Aragonesa que publica Ibercaja. Aunque la economía aragonesa estuvo más expuesta a la crisis energética que la media nacional por el mayor peso de este sector, al ser líder la comunidad en renovables se suavizó el impacto, de acuerdo a las mismas fuentes.

Reforzar los servicios aduaneros en Aragón, invertir más en corredores ferroviarios; darle salida a la terminal de mercancías de ferrocarril de Plaza y la conexión con Francia son asignaturas pendientes, según Ángel Gil, gerente del Clúster ALIA, convencido de que el crecimiento industrial va de la mano de la logística. 

«Aragón tiene una ubicación geoestratégica envidiable, infraestructuras, cultura y tradición en transporte, talento y buena disposición de las Administraciones, con lo que este sector no puede sino seguir creciendo», afirma.

«Tener una buena logística es básico», apostilla Ana Sánchez. «Las fábricas necesitan de los servicios a la industria, esos que hace tiempo se externalizaron y que no deben basar la competitividad en la devaluación salarial».

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