Aragón

"Algunos meses tengo hasta cuatro pagadores para poder cobrar unos 1.200 euros"

Cuatro mujeres piden en este Primero de Mayo más igualdad y menos precariedad en algunos trabajos.

De izquierda a derecha, las trabajadoras y delegadas sindicales Ana Arnas, Noly Carbonell, Gema Gascón y Ana Serrano.
De izquierda a derecha, las trabajadoras y delegadas sindicales Ana Arnas, Noly Carbonell, Gema Gascón y Ana Serrano.
José Miguel Marco

Al Primero de Mayo cuatro mujeres de distintos sectores profesionales le piden mejores salarios y unas condiciones de trabajo no tan precarias que les permitan conciliar. Convencidas de que la pandemia en lugar de ganar posiciones ha supuesto un retroceso, reivindican una mejora en el poder adquisitivo que palíe la pérdida que implica la escalada de precios por la inflación.

Noly Carbonell, que lleva desde 2004 conduciendo autobuses y que fue de las primeras mujeres en Zaragoza en incorporarse a este oficio, urge a mejorar las condiciones en que se trabaja en el transporte de viajeros por carretera. "Jornadas demasiado largas, sin pausas, ni plus de turnicidad ni incentivos por trabajar los domingos" son algunos de los problemas más acusados, explica.

A la falta de estabilidad laboral se refiere Ana Serrano, que compatibiliza su trabajo de monitora de comedor en colegios con el que realiza en ludotecas y colonias de verano para poder trabajar ocho horas cada día y sacarse una nómina que suma poco más del salario mínimo interprofesional. "Me toca combinar varios trabajos para juntar una jornada completa", señala, criticando una temporalidad que sufren mayoritariamente las mujeres.

En el sector de la dependencia, claramente feminizado, la situación tampoco es mejor. "La carga de trabajo es tremenda. En las residencias privadas la ratio de ancianos por trabajadora es mayor que en las públicas y el salario bruto apenas llega a los mil euros", afirma Gema Gascón, empleada en una residencia de ancianos.

Con un horario de trabajo que se extiende a fines de semana en el caso del comercio, la altísima parcialidad de las jornadas es el caballo de batalla para Ana Arnas, que lleva años trabajando para una cadena aragonesa de tiendas de alimentación. "Queremos bajar las horas anuales ya que somos de los convenios que más hacen", incide.

Evitar que se sigan degradando las condiciones de trabajo en sectores ocupados mayoritariamente por mujeres -salvo en el caso del transporte de viajeros, donde ellas son minoría- es lo que le piden al Día Internacional del Trabajo estas cuatro trabajadores y delegadas de OSTA.

"Poder tener un solo trabajo en lugar de tres para mantener a su familia" es lo que pide Ana Serrrano, que enlaza una jornada parcial con otra. "A veces tengo hasta cuatro pagadores, algunos meses para poder cobrar unos 1.200 euros y de ahí quita el alquiler, la comida, etc.", señala. "Vamos un poco para atrás en lugar de hacia adelante. Las mujeres somos las más perjudicadas", añade. "Estudié peluquería pero eso aún estaba aún peor pagado" y le dejaba menos tiempo para atender a sus hijas. También alude a ese motivo Gema Gascón para haber optado por trabajar de noche en una residencia y al 75% de la jornada. "Por lo menos voy a turno fijo y me puedo organizar algo mejor, pero el salario que pagan es muy escaso", subraya. "Hubo muy buenas palabras durante la covid, que éramos esenciales, pero todo se ha quedado en eso. Se trabaja muchas horas, hay un escaso reconocimiento de las enfermedades profesionales y la nómina es poco más del salario mínimo", dice. En su sector, explica, mejorar las condiciones pasa porque que se fuesen equiparando las ratios entre residencias públicas y privadas ya que la diferencia es "tremenda".

"Habría que igualar las condiciones de nuestro trabajo a la responsabilidad que desempeñamos. La seguridad de bastantes personas depende de nosotros y las condiciones en que trabajamos", añade Carbonell. Con un salario base que ronda los 1.370 euros, esta conductora de autobús pide una racionalización de los horarios que permita conciliar y unas mejoras que hagan el sector más atractivo para una mayor incorporación de las mujeres.

Para Ana Arnas, es fundamental poder optar a contratos a jornada completa y establecer planes de igualdad y que se pueda conciliar.

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