Heraldo del Campo

agricultura

La fuerza de los cultivos sin tierra

La agricultura hidropónica produce plantas usando disoluciones minerales en lugar de suelo agrícola y está cobrando cada vez más protagonismo entre los cultivos sostenibles.

En este tipo de cultivos, las plantas se alimentan de agua con nutrientes.
En este tipo de cultivos, las plantas se alimentan de agua con nutrientes.

No es necesario suelo agrícola, solo agua, luz natural o artificial y nutrientes. Los frutos que se recogen son de calidad, numerosos restaurantes se interesan por ellos e incluso se puede hacer en el propio hogar.

Se trata de los cultivos hidropónicos, un método cada vez más utilizado y que está cobrando un protagonismo creciente en el mundo de la agricultura sostenible. Al no depender de los suelos, reduce la degradación de estos y permite cultivar en los que están afectados o con alta salinidad. Y, dado que se adaptan a cualquier clima y pueden establecerse en lugares cerca de las poblaciones, se reduce notablemente la huella de carbono al evitar muchos de los transportes y sus costes asociados.

Por otro lado, y además de que el control fitosanitario es más sencillo que en los convencionales (por ser entornos cerrados y controlados, no se hace necesario el uso de pesticidas), una de sus grandes ventajas es la rentabilidad pues, aunque requiere una importante inversión inicial, diversos estudios hablan de que algunas técnicas hidropónicas permiten aumentarla entre un 30% y un 50% gracias a que se puede aprovechar más la superficie de cultivo. Muchas plantas crecen más rápido, por lo que pueden acelerarse producciones y cosechas.

A pesar de que en ocasiones se genera confusión al respecto, la hidroponía va mucho más allá que el riego por goteo y los invernaderos, que es aún la forma de producción más común. Al contrario que con las plantas en la tierra, el agua de los cultivos hidropónicos se puede recuperar y reciclar.

Asimismo, los nutrientes que se disuelven en el agua de riego son nitrógeno, potasio, fósforo, calcio, magnesio y azufre, además de otros elementos adicionales en menor cantidad. Pueden obtenerse de diversas procedencias, desde estiércol y excrementos de peces o aves, hasta fertilizantes sintéticos. Precisamente, otro beneficio tiene que ver con el nitrógeno de los fertilizantes, la mitad del cual nunca llega a las plantas en la agricultura tradicional, perdiéndose por filtraciones o evaporación. Este exceso de fertilizantes en los cauces crea zonas muertas, lo que contrasta con la agricultura hidropónica, en la que no se escapa ni una gota.

En Aragón existe un novedoso proyecto que aborda este tipo de cultivos y en el marco del cual se desarrollarán flores comestibles –cristalizadas y liofilizadas– y germinados como los ‘microgreens’, que son brotes muy pequeños de diferentes plantas, con un elevado valor nutritivo y proteínico, que diversos expertos consideran se van a ir viendo cada vez con mayor frecuencia en el mercado.

La iniciativa la desarrolla Ataraxial, grupo empresarial aragonés que se constituyó en 2008 y es la cabecera de varias empresas de distintos sectores, con la biotecnológica Certest Biotec como principal referente. Los antiguos polvorines de Peña de La Mora, ubicados en el núcleo de Campiel, perteneciente a Calatayud, son la ubicación elegida. El pasado 3 de mayo, el Gobierno de Aragón declaró al proyecto de interés autonómico, lo que permitirá reducir los trámites administrativos a la mitad, de forma que se espera que la inversión, estimada en 3 millones, se pueda acometer en otoño y generar al menos 15 empleos directos en los próximos cinco años.

A pleno rendimiento en 2027

La pretensión es iniciar la urbanización de las instalaciones y, con posterioridad, acometer en el exterior el invernadero de investigación para desarrollar otros cultivos hidropónicos. Del mismo modo, se pretende conectar la red subterránea de polvorines, lo que alargará los trabajos hasta 2025. El Ejecutivo autonómico destacó que daba su respaldo por entender que esta "iniciativa única" transformará un paraje en desuso en "un referente en cultivos ecológicos y sostenibles", que estará a pleno rendimiento en 2027, si se cumplen las previsiones.

Ataraxial, a través de Levprot Bioscience, ya fabrica desde hace un año, en el polígono La Charluca de la misma localidad, proteínas y enzimas a partir de levaduras para aplicar en farmacia, diagnóstico in vitro y alimentación. En este caso, la inversión asciende a 2 millones, cuenta con 10 trabajadores y su pretensión es ampliar la plantilla con la contratación de otros 13 empleados en dos años.

Polvorines de Campiel excavados en la Peña de la Mora, en Calatayud, donde se ubicará el proyecto de Ataraxial.
Polvorines de Campiel excavados en la Peña de la Mora, en Calatayud, donde se ubicará el proyecto de Ataraxial.
Ayuntamiento de Calatayud.

Los futuros cultivos hidropónicos de flores comestibles y germinados se cultivarán en módulos dentro de los polvorines, como si se trataran de un invernadero bajo roca, aprovechando las instalaciones existentes.

Asimismo, y de forma paralela, Ataraxial construirá un invernadero en superficie para investigar y recuperar especies autóctonas y desarrollar nuevas. Sin embargo, la actividad no se quedará en la producción y la I+D+i, dado que sus responsables también pretenden organizar actividades didácticas sobre las propiedades de estos cultivos, la importancia del cuidado del medioambiente y de una alimentación sostenible y saludable. De la misma forma, prevé organizar talleres con escuelas de cocina y con personas interesadas en la gastronomía.

La DGA detalló que en los cultivos hidropónicos de Campiel se implicarán dos firmas de Ataraxial. Una de ellas, Modulagrofarm, se encargará de desarrollar los módulos sin tierra en los polvorines, cuya producción se trasladará a otra empresa del grupo, Innoflower, para su envasado y/o transformación y posterior venta al consumidor final.

Al poco de darse a conocer la noticia, desde el grupo destacaron la importancia de la declaración de la DGA y recordaron que están muy concienciados con respecto a la sostenibilidad y los objetivos que hay que cumplir en este sentido. Asimismo, subrayaron que defienden el concepto ‘one health’ (‘una sola salud’), creado en 2000 para poner nombre a la noción de que la salud humana y la sanidad animal son interdependientes y están vinculadas a los ecosistemas en los cuales coexisten.

Por otro lado, indicaron que la ubicación del proyecto responde a que siempre tienen la mirada puesta en la comarca Comunidad de Calatayud, donde se apoyan para buscar recursos humanos y naturales. Y, por último, apuntaron que los cultivos tendrán un consumo muy controlado de agua, evitando contaminaciones y plagas que puedan venir del subsuelo, y que serán muy nutritivos. 

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión