Inmobiliaria
Reforma integral en el primer edificio del Actur, Kasán: así quedará
Esta casa, que fue el germen de este barrio en el 73, se prepara para un cambio radical.
Hace 50 años, desde las torres de la basílica del Pilar solo se podía vislumbrar con vida la margen derecha de Zaragoza. A la izquierda, un imponente edificio asomaba entre arbustos y campos de agricultores. Era el Kasán, el primer bloque de casas del Actur. Este inmueble vio crecer un barrio entero, que empezó con sus más y sus menos, y ahora está preparando su modernización con una reforma integral de la urbanización que, sin duda, lo transformará en uno de los mejores complejos residenciales de la ciudad por su buena ubicación y las posibilidades que ofrece.
El proyecto de reforma correrá a cargo de dos despachos zaragozanos: DANA Arquitectura y CLC Clúa-Longás Arquitectos. "Se proponen diversas actuaciones que pretenden modernizar radicalmente el edificio y devolverle el esplendor que en su día tuvo", destacan desde DANA. De hecho, la intención de rehabilitar este emblema inmobiliario de la ciudad se ha intentado ya, sin éxito, en un par de ocasiones.
"Se han hecho un par de intentos de arreglarlo todo, pero han salido mal. En el primero se eligió mal la constructora. En la segunda, la constructora quebró y nos dejó abandonados. Vamos muy despacito, paso a paso. DANA y CLC Clúa Longás son muy buenos estudios, han hecho un proyecto muy bueno y ya tenemos todo bastante avanzado para empezar las obras", cuenta Francisco de Léon, vicepresidente de la mancomunidad general de Kasán y uno de los coordinadores del proyecto junto al presidente, Fernando Valenzuela. Actualmente, no hay un plazo para comenzarlas, pero De León se muestra positivo con que la iniciativa salga adelante al fin.
Aunque los vecinos se han mostrado "reticentes" en el proceso ya que tienen miedo de que salga mal, están "encantados" y tan solo quieren "olvidarse de todos estos años con las vallas en medio". El proyecto, muy ambicioso, recoge la remodelación de las fachadas de los bloques de los 636 pisos, pero primero se comenzará por la parte baja de la plaza, indica De León. En este sentido y como ya se puede apreciar desde el exterior de la urbanización, por la zona de Valle de Broto, hay una inmensa cantidad de explanada sin funcionalidad, con muchas imperfecciones, que además afean el entorno. La intención es que todo ello se transforme en varias zonas disfrutables: una plaza para niños, tres más para actividades deportivas, otra de descanso y otra de experiencia, para la tercera edad.
Además de estas amplias plazas, las actuaciones contemplan también varios arreglos en la zona baja del edificio, que cabe resaltar que es un pasaje comercial que en su día fue el sustento de las familias que vivían allí. Se tratará de mejorar el acceso a estos emplazamientos, que está algo dificultoso, se perfeccionará la estabilidad de los cimientos, y se arreglarán otras imperfecciones como los lucernarios o algunas grietas.
Ya solo esta actuación supondrá un cambio radical para Kasán, que tiene su origen en el año 1973 y que supuso la base de uno de los barrios con mejor calidad de vida en la actualidad en Zaragoza. Además, presume de una ubicación privilegiada, a tan solo unos 15 minutos andando de la plaza del Pilar y a otros 10 de Grancasa, el eje comercial que favoreció el desarrollo de este distrito. Después, la intención de los promotores de este proyecto es la de actuar en la fachada del edificio, que trajo consigo una revolución dentro de los bloques de vivienda de grandes alturas en la ciudad.
En este sentido, la nueva fachada, además de "mejorar ostensiblemente la apariencia" de este bloque de viviendas, cumplirá con un requisito indispensable en el mundo del ladrillo a día de hoy: la eficiencia energética, a través de fachadas ventiladas y el Sistema de Aislamiento Térmico por el Exterior (SATE) que regularán la temperatura del interior. En la actualidad, según los análisis de los arquitectos de DANA y CLC Clúa-Longás, las instalaciones son "poco efectivas", con pérdidas de calor en los meses fríos y absorción de los altos mercurios en verano. También se retocará el sistema de calefacción del interior de los pisos (que podría suponer un ahorro del 20%) y se aprovecharán paneles fotovoltaicos. Para ello, se hará empleo de las ayudas a la rehabilitación de Zaragoza Vivienda.
La primera fase el proyecto ya cuenta con una constructora, según De León, pero están teniendo alguna dificultad para encontrar alguna que asuma el resto de actuaciones. "Ya solo los estudios cuestan dinero", dice el vicepresidente de la mancomunidad general.
"Yo decía: 'vámonos a Zaragoza', y solo era cruzar el puente"
Francisco de León vive en Kasán desde un año después de que levantara sus cimientos, en 1974. "Yo me acuerdo que le decía a mi hermana: 'Vamos a Zaragoza' y, realmente, era cruzar el puente", detalla, como si de otra ciudad se tratara. El bloque de casas estaba en mitad de la nada. "Hoy por hoy, está en la mejor localización del Actur. Le falla que se ha quedado anticuado. La explanada no tiene ningún uso actualmente y las vallas en medio le quitan el encanto. Parece como si fuera un pueblo dentro del barrio", expresa.
Recuerda cómo tenía que coger el autobús 29 para ir desde Kasán hasta 'la civilización'. "De críos decíamos que algún día seguro podríamos trabajar aquí, porque solo se venía a dormir", rememora De León. Ese sueño se ha cumplido para él y otros tantos que pusieron la primera semilla del Actur, un barrio que ha vivido la polémica de 'la salchicha' (ahora Grancasa) y la lentitud no propia de una Actuación Urbanística Urgente (cuyos acrónimos dan nombre al barrio) y que ahora goza de todo tipo de servicios.
Otro de los pioneros fue Félix Bosque. Recuerda, con especial gracia, que la primera entidad bancaria en llegar al barrio fue la CAI (Caja Inmaculada), que después la siguió Ibercaja. "Yo vi crecer Kasán", dice este zaragozano de 72 años. "Estuvimos muchos años solitos. Aquí no venía nadie", se lamenta. "La gente creía que estábamos en el fin del mundo y no nos costaba más que 15 minutos llegar al Pilar", añade. El primer nombre que tuvo la calle fue el del actor Paco Martínez Soria, quien la inauguró, pero después cambió hasta dos veces más hasta llegar a llamarse calle de Julián Ripoll.
"Los pisos de Kasán se vendían muy despacio porque la gente no quería vivir tan lejos, aunque estaban bastante bien de precio", dice Bosque, que tenía en propiedad una papelería en el pasaje comercial, justo al lado de una verdulería y una farmacia. Su negocio fue traspasado hace ya unos cuantos años y él abandonó este hogar para irse a vivir junto a Grancasa. Cuando se construyeron viviendas en las calles aledañas, mucha gente acudía a comprar a su papelería. "Fue la época dorada", asevera.
Ahora, este edificio con tanta historia y solera, se prepara para una modernización.
