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Todas las casas de obra nueva son blancas y negras por fuera, ¿por qué?
Puede parecer que se trata de una moda o tendencia, pero para algunos arquitectos va mucho más allá.
Está a la vista de todos en Zaragoza. Al circular con el coche por Parque Venecia o Arcosur, barrios con un volumen importante de obra nueva (terminada, en el caso del primer distrito mencionado) se pueden ver todos estos edificios de viviendas que tienen algo en común. No son las amplias zonas comunes, las piscinas, las terrazas o los altos precios. Todas las fachadas tienen el mismo color: blanco y negro o gris muy oscuro. Aunque algunos arquitectos consideran que se trata de una moda, otros precisan que va mucho más allá.
Precisamente, uno de los edificios de viviendas de obra nueva en Zaragoza que más marcada tiene esta tendencia es el Flumen, una promoción de 160 casas del Grupo Lobe junto al paseo de la Ribera. La fachada, construida con paneles modulares revestidos y altamente eficiente gracias a su certificado Passivhaus Plus, es en blanco y negro.
Aunque, realmente, no es un negro puro, sino un gris muy oscuro denominado antracita. ¿Se debe a una moda, un tema de eficiencia energética o simplemente de materiales? "Hay un poco de todo", indica Álvaro Van Horenbeke, arquitecto del Grupo Lobe. Como ya es conocido, el blanco es un tono que no absorbe el calor, a diferencia del negro, por lo que estos colores "favorecen al ahorro energético", aunque este aspecto depende mucho también de los componentes utilizados.
"Hay otra cuestión que nosotros tenemos en cuenta que es el gusto de la gente. Tenemos claro que les atrae el blanco y negro, o el gris muy oscuro", detalla este arquitecto. Para el público general, la fachada del edificio queda así "más llamativa". "Para otros proyectos más singulares sí que se utilizan otros tonos, pero en general, esta combinación es más fácil que no pase de moda, es atemporal", añade Van Horenbeke.
Aunque desde el Colegio de Aparejadores y Arquitectos de Zaragoza (Coaatz) consideran que es "una moda" que tarde o temprano terminará para dar comienzo a otra, Álex Lezcano, arquitecto jefe del estudio zaragozano Cronotopos, cree que se trata de una temática "muy peculiar", que viene de una cuestión histórica. "El blanco no es una moda, sinceramente creo que es una reinterpretación de la tradición, se intenta reflejar la simplicidad de los volúmenes a través del color que mas refleja y menos absorbe", especifica Lezcano.
"La tradición del blanco en el siglo XX viene de la modernidad de principios de siglo y esta, de alguna manera, es una interpretación de la tradición de los templos griegos (aunque originalmente estuvieron pintados) y la arquitectura mediterránea en general", asegura este arquitecto. Este movimiento, el moderno, fue una de esas etapas "en las que el arte" removió todo y en la que se adoptó, de manera generalizada, "el blanco como su mayor representante".
Álex Lezcano cita una frase del arquitecto Le Corbusier, que defendía que el objetivo de la arquitectura era generar belleza: "La arquitectura es el juego sabio, correcto y magnífico de los volúmenes reunidos bajo la luz". Aquí entra en juego la importancia del color blanco. "Este juego de volúmenes que menciona no se puede lograr con ningún otro color", añade.
El arquitecto jefe de Cronotopos confirma que el blanco es el tono que más aísla térmicamente "porque es el que menos absorbe y es el color natural de la cal mediterránea". "Por eso digo que no es una tendencia ni una moda, es una estrategia que ha acogido el movimiento moderno, posmoderno y ahora el contemporáneo, es decir, 120 añitos de blanco", argumenta Lezcano. Y, ¿por qué se combina con el negro?
El negro se ha utilizado desde siempre en las carpinterías. "Se ha usado más para resaltar detalles que de carpinterías, albardillas, pasamanos, mirillas que como color protagonista", detalla este arquitecto. ¿A que es raro ver puertas totalmente negras, por ejemplo? Desde hace unos años, indica Lezcano, se ha puesto más "de moda" el utilizar partes más sustanciales con tonalidades más oscuras como es la antracita (gris oscuro) o el "famoso" RAL7016 (su nomenclatura en la carta de colores).
En este sentido, Álex Lezcano opina que la utilización del antracita en la construcción de las viviendas sí que puede tratarse de una tendencia. "Pertenece más a nuestro presente y a la cualidad de la arquitectura contemporánea de generar dualidades. Blanco-negro, ligero-pesado, natural-artificial", asevera. En definitiva -resume Lezcano-, el tono blanco "es siempre un lienzo que te permite destacar otras virtudes de la arquitectura", mientras que el negro se limita a la "banalidad" de los colores. Además, cita a referentes dentro del mundo del tono de la máxima claridad: el suizo Le Corbusier; los portugueses Álvaro Siza y Aires Mateus; o los españoles Alberto Campo Baeza o Fran Silvestre. "El blanco es una estrategia, el negro es una tendencia", resume.
La misma combinación en interiores
Esta combinación del blanco y negro, un auténtico éxito en las fachadas de los bloques de vivienda que parece que va a quedarse durante un tiempo, se traslada también al interior de las casas. El blanco es sinónimo de algo moderno. De hecho, casi todas las puertas que se cambian del interior son de este tono claro. "El 90% de los clientes nos las piden así", asegura Conchi Romero, gerente de Puertas El Pilar. 'From Miami with Loft' es un proyecto de Cronotopos que lo representa a la perfección.
Se trata de un proyecto de rehabilitación integral de una vivienda en la calle Bolonia de Zaragoza. Se suprimen los pasillos y se favorecen los espacios abiertos. Los clientes venían de Estados Unidos, motivo por el que se potencia el aspecto del 'loft' y se opta por la cocina abierta. En las imágenes se puede apreciar cómo el color blanco es el predominante en la vivienda, y el negro se utiliza en detalles como las sillas del salón, en las puertas, el cabecero de la cama...
