La victoria del sábado pasado ante el Fuenlabrada por 2-0 fue el último ejemplo de algo que ya había sucedido anteriormente en lo que va de temporada en otras cuatro ocasiones; la SD Huesca, siempre acaba reaccionando. Tras 31 jornadas, los azulgranas pueden presumir de haber capeado todos y cada uno de los conatos de incendio a los que se han enfrentado. No en vano, son el único conjunto de Segunda División que nunca han tenido que hacer frente a una racha de citas sin ganar que exceda los dos partidos.

La sintomatología ha venido siendo, por regla general, similar y las soluciones, también. Tras un buen partido, Míchel da la confianza a una serie de jugadores durante unas cuantas jornadas. Sin embargo, el rendimiento va decayendo hasta dar muestras de agotamiento. Es en ese momento cuando desde el cuerpo técnico se apuesta por un golpe de timón, ya sea con sustituciones en el once, con variaciones en la disposición táctica o con ambas posibilidades, como en el último compromiso, que vino precedido de la derrota con el Rayo (2-0) y el empate frente al Extremadura (2-2), en el que se dio entrada a Cristo para jugar tras Okazaki.

La circunstancia contrasta con la de sus rivales directos. De entre los seis primeros clasificados, el Cádiz y el Real Zaragoza han llegado a estar cuatro jornadas sin sumar tres puntos de una tacada, el Almería ha atravesado dos sequías de seis, y tanto el Girona como el Elche han experimentado dos tramos de tres compromisos con poco que llevarse a la boca.

Las primera vez que el Huesca se vio obligado a reaccionar fue en los primeros compases del curso. Tras un buen arranque con tres victorias y una sola derrota, los azulgranas se atascaron frente al Numancia (1-0) y el Albacete (0-1) en una semana con jornada en miércoles. A la derrota con los manchegos le siguió la visita al Extremadura. En Almendralejo, Mikel Rico se quedó fuera del equipo inicial y fueron novedades Miguelón, Luisinho, Ferreiro y Juan Carlos, que marcó el definitivo 0-1.

Entre la jornada 9 y la 12, los oscenses solo hicieron hincar la rodilla al Málaga (2-0), después de haber perdido con el Cádiz (1-0) y antes de empatar con el Racing en casa (1-1) y sufrir un 3-2 en Lugo. De nuevo urgió buscar soluciones con la visita del Elche como meta. Galán tomó el sitio de Luisinho; Raba, el de Sergio Gómez; y Cristo, el de Ferreiro. Los altoaragoneses dominaron el encuentro y superaron a los ilicitanos con un 2-0 obra de Okazaki y Juan Carlos.

El siguiente momento de apuro se vivió justo antes del derbi aragonés. Los de Míchel fueron superados en su feudo por el Rayo (0-2) y tampoco pudieron con el Mirandés (2-0). Los dos tropiezos hicieron que cayesen a la quinta posición. Para remontar el vuelo en el cruce con el Real Zaragoza se introdujeron hasta cinco variaciones en el equipo titular con la inclusión en los laterales de Pedro López y Luisinho, y el regreso a los puestos más adelantados de Sergio Gómez, Ferreiro y Okazaki. El resultado fue de un favorable 2-1 en el que el japonés adelantó a los locales y en el que Josué Sá desequilibró la igualada conseguida por Soro.

El duelo con los de Víctor Fernández se engarzó con otras cuatro jornadas más sin perder en la que ha sido la racha más positiva del Huesca hasta el momento y que quedó cortada cuando el calendario puso en su camino dos citas a domicilio consecutivas. Primero la Ponferradina se impuso con claridad (3-1) y después el Girona se llevó los tres puntos en el descuento (1-0). Así, de cara a la visita del Almería, se optó por un juego más directo y se recuperó a Juan Carlos, el resultado, un 3-2, en la que había sido la última victoria azulgrana hasta la del sábado.

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