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Mercado Real Zaragoza: el Atlético sale a escena

Las operaciones ‘sinérgicas’ con el club colchonero entran en su fase decisiva, con cuatro vías abiertas (Mollejo, Carlos Martín, Santiago Mouriño y, en menor medida, Germán Valera) de las que el Zaragoza solo podrá completar tres.

Germán Valera, Víctor Mollejo y Borja Garcés, el viernes pasado en la pretemporada del Atlético.
Germán Valera, Víctor Mollejo y Borja Garcés, el viernes pasado en la pretemporada del Atlético.
Atlético de Madrid

El mercado del Real Zaragoza se adentra en una fase muy vinculada a las decisiones que se tomen en el ámbito del Atlético de Madrid, dentro del sistema de conexiones, relaciones y sinergias establecidos entre ambos clubes desde el grupo inversor y la multipropiedad a la que pone rostro como presidente Jorge Mas.

El Zaragoza tiene cuatro nombres del Atlético subrayados en rojo, cada uno en un punto diferente de posibilidades de fructificar: el atacante Víctor Mollejo, el central Santiago Mouriño, el delantero Carlos Martín y el extremo Germán Valera, en este orden. Como es obvio, al Zaragoza también le gustaría conservar una temporada más a Giuliano Simeone, pero su futuro está próximo a resolverse en Primera División.

Juan Carlos Cordero, en este sentido, ha intensificado en los últimos días los contactos con la dirección deportiva y el cuadro directivo del Atlético de Madrid, así como con los responsables deportivos de la multipropiedad en la que se integra el club. Cordero dedicó las primeras semanas del mercado a abrochar operaciones de negociación directa con jugadores libres de contrato. Y, antes de encarar ya en agosto los frentes con futbolistas que vayan a salir de sus clubes de Primera, el director deportivo se centra en una segunda etapa del mercado: las cesiones. El Atlético de Madrid juega un papel fundamental en este capítulo por la conocida proximidad del club colchonero, que en el último año ha capilarizado varios estamentos organizativos del Real Zaragoza.

Los objetivos de Cordero están bien marcados, pero con un marco reglamentario muy definido: la FIFA solo permite tener tres jugadores cedidos de un mismo club. Así que el director deportivo tiene que seleccionar. El atacante Víctor Mollejo es prioridad por su versatilidad, pero la operación entró en un punto delicado la pasada semana, por lo que el jugador fue citado por el Atlético para unirse a la pretemporada del Cholo Simeone. Se espera que esta misma semana, antes de que el Atlético viaje a su gira mundial de amistosos que arranca en Corea del Sur el día 25, este frente se desbloquee. La arista principal es cuadrar una fórmula que tenga el menor impacto posible en la masa salarial del Real Zaragoza. La intención inicial era poder incorporar a Mollejo en propiedad, cuestión, al parecer ya, aparcada. Y la cesión interesa si se mantiene en los porcentajes de sueldo de la pasada temporada. Se quiere seguir con Mollejo, pero con un suelo acorde al rol que se le reserva en la rotación de la plantilla.

La otra pieza anotada en rojo como primera opción es el central Santiago Mouriño. Es el elegido por Cordero para completar la defensa. Es una opción asequible desde el punto de vista económico y de sencilla negociación: el Zaragoza no abordará operaciones complicadas en una posición que tiene prácticamente definida con Jair, Lluís López y a la espera de qué pasa con Francés. Mouriño está en la pretemporada del Atlético y es fácil que esté en ella hasta la primera o segunda semana de agosto. La idea es que salga porque tiene mucha competencia en la posición, y la voluntad del Atlético, con la que ya emprendió esta compra hace un mes al Racing de Montevideo del central de 21 años, era buscarle una cesión en un club español. En Primera, es complicado encontrar un equipo que le garantice relevancia (el Cádiz ha preguntado por él, pero prioriza otras alternativas), algo que en el Zaragoza es más sencillo, de ahí que desde hace semanas se observe al conjunto aragonés como el destino preferente, tal y como ha venido informando desde mayo este diario.

El tercer nombre es Carlos Martín. Su cesión, en su diseño general, está apalabrada. El Atlético quiere cederlo al Zaragoza y el jugador estrenarse en ligas profesionales en La Romareda. Pero el remate final está en manos de Cordero, quien duda entre un goleador de 20 goles en la pasada temporada en el ascenso del filial colchonero a Primera RFEF con unas características muy concretas o un punta con otro perfil, más veloz, vertical y de juego al espacio. A Carlos Martín lo quieren varios clubes de Segunda. Todos ellos conocen que el Zaragoza tiene preferencia. Pero hay plazos. La fecha del 25 de julio también emerge como frontera. Si para entonces Cordero no ha dado el paso final, muy posiblemente la salida de Carlos Martín se enfoque hacia otros destinos.

Y por último está Germán Valera, de 21 años, una opción para el extremo que, no obstante, en las últimas horas ha perdido fuerza y está prácticamente aparcada porque el jugador quiere jugar en Primera y el Atlético también quiere mandarlo ahí. Después de tres años cedido en Segunda con un nivel ascendente de rendimiento, se entiende que es el momento de foguearlo en la máxima categoría.

Con Germán Valera con pocas opciones, una alternativa para el extremo derecho que ha trabajado Cordero es Andrés Martín, por quien hay una negociación abierta con el Rayo Vallecano y está bien colocado, aunque el director deportivo del Zaragoza aún trata de apurar otras posibilidades para una posición en que urge reforzar la plantilla.

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