REAL ZARAGOZA

Solo 165 minutos en ventaja en los 15 duelos disputados por el Real Zaragoza fuera de casa

El equipo aragonés solo ha jugado con el marcador a favor en el 12 por ciento del tiempo que ha jugado hasta hoy como visitante.

Simeone, Vada, Mollejo y Fuentes celebran el primer gol del argentino en Ponferrada, en la jornada 5, el día en el que más tiempo tuvo ventaja el Real Zaragoza jugando como visitante.
Simeone, Vada, Mollejo y Fuentes celebran el primer gol del argentino en Ponferrada, en la jornada 5, el día en el que más tiempo tuvo ventaja el Real Zaragoza jugando como visitante.
Luis de la Mata/LOF

En cualquier disciplina, en cualquier trabajo, en cualquier dedicación, la práctica genera solvencia. La experiencia deriva indefectiblemente en rentabilidad. El hábito positivo y favorable facilita los buenos resultados. Si se adquiere la costumbre de una buena praxis, es natural que la labor, la obra, la ejecución da la tarea tienda al éxito.

En el fútbol, estas premisas lógicas, empíricas y de puro sentido común suelen ser muy fieles en el ejercicio causa-efecto. Por eso, el Real Zaragoza puede entender a través de la negación de ellas en una de sus facetas competitivas, la del rol de visitante, sus problemas para eludir durante todo el año la zona más baja de la clasificación.

El equipo aragonés solo ha estado 165 minutos en ventaja en el marcador en los 15 partidos oficiales que ha jugado –entre liga y Copa– en los seis primeros meses de esta temporada 22-23. Apenas 165 de un global de 1.350 (no se incluyen estadísticamente los tiempos añadidos).

Es decir, los de Escribá (en primera instancia, los de Carcedo) únicamente se han desempeñado en las tramas de los partidos lejos de La Romareda con un resultado favorable en el 12 por ciento del tiempo.

Esos 165 minutos son 2 horas y 45 minutos dentro de un marco absoluto de 22 horas y 30 minutos, que es lo que se ha acumulado ya de fútbol para el Real Zaragoza fuera de su estadio desde que todo comenzó en agosto en Las Palmas. De los 15 partidos dirimidos como visitantes, los zaragocistas lograron ventaja que administrar a continuación en solo cuatro: Ponferrada, Tenerife, Burgos y Leganés.

Partidos fuera de casa y minutos en ventaja

Las Palmas-RZA- 0-0          0

Cartagena-RZA- 1-0            0

Ponferradina-RZA- 1-2     72

Mirandés-RZA- 2-0              0

Racing Sant.-RZA- 1-0        0

Mirandés-RZA- 2-0              0

Granada-RZA- 1-0                0

Tenerife-RZA- 0-2              67

Alavés-RZA- 1-0                    0

Diocesano-RZA- 1-0             0

Burgos-RZA- 2-2                 10

Albacete-RZA- 0-0               0

Leganés-RZA- 2-1              16

Villarreal B-RZA- 2-3          0

Sp. Gijón-RZA- 1-0               0

Andorra-RZA- 0-1                0

Nadie se extrañe de la sorprendente paradoja de que no aparezcan en este cuenteo dos partidos en los que el Real Zaragoza acabó ganando lejos de su hogar. Concretamente, los dos últimos: Villarreal B y Andorra. La razón está sustentada sin discusión: en ambos casos, en el estadio de La Cerámica y en el Nacional, los goles ganadores de los zaragocistas fueron anotados en el último minuto, ya en tiempo de aumento. Y, dicho está, a partir del 90 la estadística no discrimina. En Villarreal, tras sacarse de centro tras el tanto de Mollejo que supuso el 2-3 final, se jugó muy poco. Y en Andorra, tras marcar Bebé el 0-1 definitivo pasado el minuto 92, solo se sacó de centro y se acabó. En Villarreal, se trató de una remontada histórica, pues el Zaragoza llegó a ir perdiendo 2-0 hasta el minuto 54. Y en Andorra, el 0-0 inicial estuvo inalterado toda la sobremesa.

De los cuatro –de 15– partidos donde sí adquirió y debió administrar ventajas el Real Zaragoza de este curso, en dos las convirtió en triunfos (Ponferrada, por 1-2, y Tenerife, 0-2), en una se quedó con un simple empate (2-2 en Burgos) y en la restante fue remontado por el local, el Leganés, hasta perder 2-1.

Doce partidos a verlas venir

En 11 de los 15 duelos jugados por los blanquillos como huéspedes, a kilómetros de casa, su actitud respecto de los marcadores ha sido adoptar una postura de quietud, a verlas venir o, en el peor de los casos, ir a remolque de goles de los locales.

Nunca tuvo ventaja en Las Palmas, Cartagena, Miranda de Ebro, Santander, Granada, Vitoria, Cáceres (en Copa ante un rival de Segunda RFEF), Albacete, Gijón, y las dos rarezas explicadas de Villarreal y Andorra.

En estos días de falta de iniciativa en el manejo del timón de los partidos, lo más que arañó en positivo fueron sendos empates sin goles, los 0-0 de tan escaso brillo en la historia clásica del fútbol. Fue el caso de lo sucedido en estadio de Gran Canaria de Las Palmas en el estreno del curso y en el Carlos Belmonte de Albacete.

O sea, solo ha podido sumar dos puntos en los únicos dos días (de 11) en los que, sin ser capaz de marcar un gol en las contrarias, este errático Real Zaragoza fue capaz de sujetar su portería a cero. En el resto, ocho partidos mal acometidos y desarrollados, las derrotas fueron inevitables. En la mayoría, con un simple gol recibido.

Así sucedió en los estadios del Cartagena (1-0), Mirandés(2-0), Racing de Santander (1-0), Granada (1-0), Alavés (1-0), Diocesano de Cáceres (1-0) y Sporting de Gijón (1-0).

Talante, aptitud y tendencia

Cuando ya se está cerca de los tres cuartos de la competición, cuando ha transcurrido un semestre de temporada, se ha cambiado de entrenador, de director deportivo y se han modificado –lo que ha permitido la economía propia– el equipo en el mercado de invierno, la observación de estos datos en el microscopio no tiene nada de casual. Nadie se puede llamar ya a engaño ni buscar subterfugios o excusas que traten de explicar lo inexplicable.

Esta es una de las caras del poliédrico y defectuoso Zaragoza construido para este proyecto 22-23 por sus arquitectos: le cuesta puntuar fuera de casa porque no sabe ponerse por delante en el marcador con cierta asiduidad, fruto de su carencia de gol fuera de lo ordinario. Y, cuando esporádicamente lo logra, tampoco es fiable en el manejo de la ventaja.

Este lunes, en Málaga, empieza la hora de la verdad. Para salir con éxito del trance, esta tara descrita necesita ser reparada por Escribá.

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