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El partido más difícil del curso para el Real Zaragoza

Los de Jim preparan la visita al Eibar en Ipurúa, el líder de la categoría, casi inabordable en su campo

Jim habla con Vada en la fase inicial del entrenamiento del equipo.
Jim habla con Vada en la fase inicial del entrenamiento del equipo.
Francisco Jiménez

El Real Zaragoza comenzó este martes la preparación de la siguiente jornada, la 38ª de esta liga que ya encara su finalización y que, por sus credenciales, se aventura como la más difícil de lo que va de curso. Porque la visita al Eibar el sábado, en el singular campo de Ipurúa, supone jugar en el feudo del líder de la categoría. Un equipo que milita este año en Segunda después de haber disfrutado de siete campañas en Primera División, a la que amaga con volver de un solo salto. Todo un reto para un Zaragoza rebajado en revoluciones una vez certificó de facto –no aún matemáticamente, aunque casi– su permanencia por décima temporada encadenada en el nivel de plata y después de entender mayormente que las matemáticas que vienen dando pábulo a especular con opciones para alcanzar la 6ª plaza que da pie a la promoción de ascenso son una verdadera quimera, la cuadratura del círculo.

El Eibar, metido en una voraz pelea por uno de los dos puestos de ascenso directo con el Almería y el Valladolid (son tres para dos premios únicamente, por lo que uno se quedará malherido el último día), va a recibir a los de Juan Ignacio Martínez ‘Jim’ en la hora de la verdad, en esas jornadas postreras donde la trascendencia de las cosas es máxima y la capacidad de maniobra en caso de error es nula. En cualquier situación, se trataría ya de un partido de honda dificultad. En las actuales coordenadas, la envergadura de la encomienda se multiplica por varias cifras, pues el Eibar tiene el futuro en juego y el Zaragoza está en tierra de nadie, con la estimulación natural desvencijada y necesitada de complejos vitamínicos anejos que Jim y el club tratan de aportar día a día.

Durante el año, los guipuzcoanos han sido un hueso de dura digestión en su reducido estadio, una bombonera remodelada con el paso de los años en la élite que es un lugar de culto al viejo fútbol romántico del norte. Un escenario sui géneris de gran dificultad para ser expugnado por los forasteros. Hablamos de un equipo con trazas de Primera que quiere hacer de su paso por Segunda algo fugaz, a la antigua usanza.

En ese territorio, el Eibar que dirige el emblemático Gaizka Garitano, ha ido derrotanto uno tras otro al Sporting de Gijón (3-2), el Ibiza (3-1), el Almería (1-0), el Cartagena (2-1), el Oviedo (1-0), el Alcorcón (2-1), el Girona (4-2), la Real Sociedad B (3-2), el Huesca (2-1), el Amorebieta (1-0), el Lugo (1-0)... a base de goles a granel, con la facilidad que le otorgan sus delanteros Stoichkov, Blanco Leschuck, Fran Sol, últimamente el campeón del mundo Fernando Llorente;o sus mediapuntas Edu Expósito, Corpas, Javi Muñoz...

Mucho tendrá que mejorar el Real Zaragoza respecto de su fea imagen dejada el pasado domingo en casa ante el Burgos si pretende dar la sorpresa en Eibar. Pero todo es posible en esta Segunda División que siempre deja resquicios para cualquier explicación contraria a la lógica. El cuadro eibarrés, que ha sido muy bueno desde agosto ante los suyos, no es infalible. Tiene sus lagunas y sus puntos de vulneración si se le juega limando sus virtudes en ataque, que son muchas. Solo hubo un visitante que ganó en su coliseo: fue la Ponferradina, por 0-1, en el primer partido de liga, en agosto, con todo aún en fase provisional. Y, después, hubo cuatro osados y afortunados que sacaron sendos empates:el Leganés (1-1), el Málaga (2-2), el Fuenlabrada (0-0) y, hace nada, el Mirandés (1-1).

Los muchachos de Jim saben que no van a jugar solos esta cita de altura. En su camiseta blanquilla se embucharán también el Almería y el Valladolid, que sueñan a estas alturas de la semana con que los zaragocistas sean capaces de sacar del carril del ascenso directo al Eibar. Son las cosas y los intereses cruzados del final de cada curso. Cabe recordar esas apetencias sobre terceros que el zaragocismo ansiaba hace tres campañas cuando el Cádiz y el Huesca jugaban las últimas jornadas en pos de hallar la gatera directa hacia Primera División. Son las cuitas del final de cada año lectivo. Uno no es solo dueño de sus actos particulares, sino que estos tienen repercusión en la contabilidad de otros, se quiera o no.

Jim pidió este martes a su plantilla un ejercicio de máxima responsabilidad a los efectos. El bajonazo moral que dejó el equipo tras la pifia monumental ante el Burgos necesita un remiendo, una restitución de cara a la afición. No es Ipurúa el mejor sitio para arreglar el roto, por su exigencia intrínseca. Pero, de salir bien la propuesta táctica de Jim, sí puede ser, por lo mismo, el lugar donde ganar más autoestima en este punto del torneo.

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