A la actitud del Real Zaragoza mira con atención la afición zaragocista tras la decepción vivida este domingo pasado en el partido frente al Burgos, donde la falta de chispa y competitividad fue evidente y generó protestas en las gradas, dado que esa puesta en escena no era la que el entrenador, Juan Ignacio Martínez ‘Jim’, había sugerido con antelación. Pero esta disquisición no solo es cuestión de consumo interno, de orgullo y amor propio de puertas adentro.

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A la conducta del Real Zaragoza, en un par de partidos de los cinco que restan para concluir la actual liga, miran también con interés y preocupación otros equipos, terceros que tienen en juego grandes retos y que, de rebote, pueden depender en buena medida de lo que dé de si el equipo zaragozano en ellos. Porque los blanquillos tienen dos citas en campos de adversarios que pelean por el ascenso. El sábado que viene en Eibar, líder en la clasificación y candidato a subir directamente a Primera División. Y dentro de 20 días, en Oviedo, donde los asturianos andan metidos de lleno en la batalla por promocionar a través de la sexta plaza en la tabla.

Como en cada final de liga, se dan partidos donde hay equipos que ejercen de jueces involuntarios de determinados logros y premios ajenos. Y al Real Zaragoza, en Eibar y Oviedo, le va a corresponder ese papel de reparto ineludiblemente.

Cuando el equipo de Jim asome al césped del estadio de Ipurúa el sábado próximo, en su camiseta estarán también embuchados el Almería y el Real Valladolid, los dos rivales directísimos de los eibarreses para ocupar las dos primeras posiciones que llevan de un tirón a Primera. Almerienses y vallisoletanos van a contar con un grado de aplicación mínimo del Real Zaragoza en ese duelo para que sea capaz de restarle algún punto al Eibar y facilite su alcance antes del 29 de mayo.

Y cuando visite Oviedo (a expensas de cómo evolucionen las cosas en las dos jornadas que aún se jugarán antes), en la pose del Real Zaragoza en el estadio Carlos Tartiere habrá involucrados varios interesados más: probablemente, Las Palmas, Ponferradina, tal vez Girona, quizá Tenerife... Es decir, a los de Jim no les puede pasar por la cabeza, por distintos razonamientos, el hecho de levantar el pie del pedal del acelerador aunque su liga particular haya caído en lo anodino y en la falta de chicha futbolística. Les obliga su escudo, su camiseta, su inmensa afición y... la consistencia de la competición y la lealtad a los códigos deportivos, al menos en estos dos partidos a domicilio de tanta transcendencia para otros.

Después, ante los ya descendidos Alcorcón y Real Sociedad B, y también frente al Lugo –un igual en la zona media–, la responsabilidad subsidiaria será mucho menor, cercana al nulo. Ahí, como se echó en falta ante el Burgos, será cuestión de dignificar lo propio.