Jefe de la sección de Deportes de HERALDO DE ARAGÓN

Un mercado desconcertante

Raúl Sanllehí y Juan Carlos Cordero, el 9 de enero del año pasado, en la llegada del segundo.
Raúl Sanllehí y Juan Carlos Cordero, el 9 de enero del año pasado, en la llegada del segundo.
Francisco Jiménez

En una de esas contadas ocasiones en las que es posible escucharle, Juan Carlos Cordero solo admitió dos prioridades para este mercado de invierno: la llegada de un lateral izquierdo y la salida del guardameta Poussin. Cerrado el plazo, ni uno ha entrado ni el otro se ha ido, pese a que el Real Zaragoza ha tenido meses para cocinar ambas operaciones. También dijo que no contemplaba salidas (más allá del portero francés), y se fueron Luna y Bermejo.

Aunque entonces no lo dijo, Cordero acudía a la lonja de enero con otros posibles objetivos para apuntalar el equipo, principalmente un pivote defensivo y un delantero. Tampoco ha llegado ningún jugador en estas posiciones. Se lanzó también a por un central, Kaiky, pero el fichaje no cuajó… y no se ha encontrado otra opción para el centro de la defensa. A cambio, ha llegado un lateral derecho que tapará la progresión de los canteranos en este puesto y un centrocampista con un perfil que no aparecía en la lista de prioridades, más allá del valor intangible de recuperar a Raúl Guti para la causa zaragocista.

El mercado de invierno del Real Zaragoza ha sido, por lo menos, desconcertante. Con Cristian Álvarez ya recuperado, estos días en la Ciudad Deportiva comparten entrenamientos bajo los palos el argentino, Edgar Badía, Gaetan Poussin y Dani Rebollo. Como al fútbol, de momento, solo se puede jugar con un portero, cuatro guardametas profesionales compiten por un solo puesto, en una situación realmente insólita.

Juan Carlos Cordero reunió todo tipo de elogios en el mercado veraniego. El director deportivo, con dinero fresco y muchas fichas libres, reunió un grupo de muy buenos jugadores en La Romareda. Por las circunstancias que sean, ese listado de futbolistas no ha cuajado, no se ha convertido en un verdadero bloque. Ni Fran Escribá ni, de momento, Julio Velázquez, han logrado crear un equipo que intimide a los rivales, quizá porque la propia confección de la plantilla no lo permite.

Ahora, a 2 de febrero, el Real Zaragoza ya sabe las armas con las que cuenta de aquí a final de temporada. El paso de los partidos dirá para qué da esta plantilla. De momento, está dando para rondar por la zona media de la tabla. La trayectoria de Julio Velázquez, que apenas pierde partidos pero que tampoco los vence, permite al menos mantener el sueño recurrente de “si ganamos los tres próximos partidos...”, aunque el juego no presente demasiados argumentos que permitan augurar un feroz ataque a la parte alta de la clasificación.

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