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El fútbol y el baloncesto, los grandes motores del impulso deportivo en Aragón

En la década de los 80, los éxitos de estas disciplinas ayudaron sobremanera a la expansión del deporte en la Comunidad, que multiplicó notablemente su número de licencias federativas. 

Hasta la década de los 80, el número de instalaciones deportivas en Aragón era muy inferior con respecto a la mayoría de las comunidades autónomas. También era muy reducido el volumen de deportistas federados, consecuencia de los problemas demográficos que siempre han azotado a la región -un territorio invertebrado, con poca densidad de población-. Sin embargo, pronto se producirían una serie de acontecimientos históricos, todos de una sobresaliente repercusión, que ayudarían sobremanera a la expansión del deporte en la Comunidad.

Dos de ellos atienden al baloncesto. El triunfo del CAI Zaragoza en la Copa del Rey, en diciembre de 1983, tras doblegar en la final al Barcelona, y la medalla de plata conquistada por España en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles, en agosto de 1984, representaron el punto de inflexión en el deporte de la canasta. Estas dos gestas significaron un antes y un después: el punto de partida del baloncesto como fenómeno social en España, y también en Aragón. A partir de ahí, la licencias federativas se multiplicaron.

En este sentido, el CAI Zaragoza (CBZ), club presidido por José Luis Rubio, fue un grande de España. Sumó dos trofeos de la Copa del Rey, en 1983 y 1990, torneo en el que fue subcampeón en otras dos oportunidades (1992 y 1995); y también tuvo una trayectoria intachable en la ACB hasta que, ya en 1996, desapareció de la élite, víctima de sus problemas financieros y de las promesas de patrocinio incumplidas. En Europa, además, fue finalista de la Recopa en 1991, donde se midió con el PAOK de Salónica. Los griegos superaron a los zaragozanos con polémica y malas artes en los últimos compases de la contienda.

Por entonces también competía en la élite el CB Huesca, club fundador de la ACB y que tuvo una presencia continuada de doce temporadas en la máxima categoría. Descendió en 1996. También en baloncesto, el Banco Zaragozano conquistó la Copa de la Reina frente al Masnou (95-94), en Jerez de la Frontera, en mayo de 1990. La argentina Karina Rodríguez se destapó con una actuación colosal. Con sólo 18 años asumió la responsabilidad ofensiva del equipo aragonés y lo hizo con un acierto devastador: finalizó la contienda con 48 puntos, que resultaron capitales para que el Banco Zaragozano conquistara el título.

Posteriormente, en 2002, nació el club Basket Zaragoza, actual Casademont. El proyecto, surgido de la mano de un grupo de empresarios aragoneses, recuperó el baloncesto de élite en la ciudad y devolvió el entusiasmo a los aficionados. Por aquel entonces, Zaragoza había permanecido seis años sin un referente en el deporte de la canasta.

Los jugadores del CAI Zaragoza celebran la conquista de la Copa de 1993.
Los jugadores del CAI Zaragoza celebran la conquista de la Copa de 1993.
Juan G, Misis/Heraldo

El Casademont ascendió a la Liga ACB en 2008, aunque bajó un año más tarde. Sin embargo, regresó a la élite en 2010 y, desde entonces, no sólo se mantiene, sino que ha protagonizado un crecimiento espectacularm aunque en el presente curso se halla luchando por eludir el descanso de categoría. De hecho, ha sido finalista de la Liga Endesa en dos ocasiones (2013 y 2019), y semifinalista de Copa en la edición de 2014; y ha ampliado sus fronteras con diferentes participaciones europeas. Su mayor éxito continental se produjo en mayo de 2021, cuando conquistó el bronce en la Champions League. El club, además, tiene ahora representación en la Liga Femenina Endesa.

En fútbol, el Real Zaragoza también coleccionó éxitos de envergadura, y además con una propuesta futbolística dinámica y alegre, muy atractiva para el espectador. En 1986 conquistó la Copa del Rey, tras tumbar al Barcelona en la final (1-0) con un lanzamiento de falta de Rubén Sosa; fue subcampeón en la edición de 1993, al claudicar con el Real Madrid (2-0) en el partido decisivo; levantó el trofeo un año más tarde, en el Vicente Calderón, al derrotar al Celta de Vigo en la tanda de penaltis; y reinó en Europa en 1995, cuando conquistó la Recopa ante el Arsenal, en el Parque de los Príncipes de París (2-1), gracias a la parábola imposible de Nayim, desde 45 metros de distancia, en el último suspiro de la prórroga. Después ganó su quinta Copa, en el estadio de La Cartuja de Sevilla, frente al Celta de Vigo (3-1), así como la edición de 2004, ante el Real Madrid, gracias a un potente disparo de Luciano Galletti en la prórroga. Meses más tarde conquistó la Supercopa de España contra el Valencia. Asimismo, alcanzó la final copera en 2006, que perdió finalmente contra el Espanyol.

La SD Huesca, por su parte, viene obteniendo importantes réditos en los últimos años, resultado de un proyecto sólido, ambicioso, ejemplar. Histórico fue su ascenso a Primera, que se consumó matemáticamente el 21 de mayo de 2018, al superar al Lugo por 0-2. Su estreno en la máxima categoría se produjo tres meses más tarde, el 19 de agosto, y lo hizo con un triunfo en Éibar (1-2). La SD Huesca descendió al término del curso 2018-19, aunque regresó a la élite en julio de 2020, con su victoria en casa ante el Numancia (3-0). El cuadro altoaragonés volvió a bajar en 2021, y ahora compite de nuevo en Segunda División.

El fútbol sala aragonés también protagonizó grandes gestas, a mediados de los 90. De hecho, el Lepanto Zaragoza ganó la edición de la Copa de la Liga en 1993, y dos temporadas más tarde se proclamó campeón de Liga. Especial reconocimiento merece la trayectoria del Club Hielo Jaca, ganador del campeonato nacional en 13 ocasiones y que también contabiliza 16 Copas del Rey. También en deportes colectivos hay que subrayar los éxitos del CV Teruel, que cuenta en sus vitrinas con siete Superligas, seis Copas del Rey, nueve Supercopas de España y una Liga FEV. Asimismo, el BM Aragón fue subcampeón de la Recopa en 2007 -cayó en la final ante el Magdeburgo-. El equipo permaneció años instalado entre los mejores conjuntos del balonmano español, pero desapareció después, en abril de 2016, víctima de sus problemas financieros. El Bada Huesca, por su parte, ascendió a la élite en mayo de 2011 y se mantiene desde entonces.

Una brecha en licencias federativas

Por cada mujer deportista federada en Aragón, hay 3,73 hombres federados. El cálculo procede de la guía de apuestas Kelbet, que se basó en el ‘Anuario de Estadísticas Deportivas 2021’ elaborado por el Ministerio de Cultura y Deporte con datos de 2019, justo antes de la pandemia del coronavirus –la última muestra de una realidad sin restricciones–. Y evidencia una brecha de género en el número de licencias federativas.

La diferencia resulta especialmente significativa en la caza, donde por cada mujer federada hay 171,12 licencias federativas de hombres. Por detrás se sitúa la colombófila, con una mujer por cada 62 hombres, y posteriormente la pelota, con un ratio de 1 por 27,75. Por el contrario, el deporte con mayor número de mujeres con respecto a varones atiende a la gimnasia, disciplina en la que por cada hombre federado hay 21,32 deportistas federadas en Aragón.

Karina Rodríguez (Banco Zaragoza), en la final de la Copa de la Reina.
Karina Rodríguez (Banco Zaragoza), en la final de la Copa de la Reina.
Archivo Heraldo

Mientras, el deporte con más federadas en la Comunidad es el baloncesto, con un 20,48% del total de deportistas, y donde por cada hombre hay 0,74 mujeres. Luego está montaña y escalada, que supone un 15,13%, con 0,5 licencias femeninas por cada licencia masculina registrada. En el caso de los varones, las disciplinas más practicadas son el fútbol (31,38%) y la caza (22,86), con unas tasas de 17,73 y 171,12 hombres por cada mujer, respectivamente. Respecto al promedio nacional, por cada mujer deportista federada en España hay 3,26 varones con licencia federativa. Los deportes con más diferencia de hombres sobre mujeres son la caza, el motociclismo y el billar. Por el contrario, las disciplinas donde más mujeres compiten con respecto a los varones son las gimnasia, el baile deportivo y el voleibol.

Asimismo, la integración de la mujer en los cuadros de mando también presenta numerosos obstáculos: de las 66 federaciones deportivas que existen actualmente en España, únicamente dos –un 3% del total– están presididas por una mujer: la de remo (Asunción Loriente) y la de socorrismo (Isabel García). El deporte femenino se abre paso en España de manera imparable, aunque con importantes dificultades que sortear.

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