Consejos de jardinería

Epic fail! Cuatro errores del jardinero

Acompáñenme a conocer esta triste historia, la de un jardinero que vio cómo morían sus dos preciosas margaritas euryops. ¿Casualidad? No, más bien, homicidio involuntario...

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Aprender de los errores nos ayudará a ser mejores jardineros
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Incluso los mejores jardineros cometen fallos, algunos de los cuales puede culminar con la muerte de la planta. Dicen que de las equivocaciones se aprende: pocas veces se volverá a producir un desastre por esa misma razón. Aún así, si sucede alguno de estos supuestos, no hay que desesperarse. Un fallo lo tiene cualquiera.

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Cuando echas mucho fertilizante y la planta se quema

Acompáñenme a conocer esta triste historia, la de un jardinero que vio cómo morían sus dos preciosas margaritas euryops, en total floración y que llenaban de amarillo los parterres. ¿Casualidad? No, más bien, homicidio involuntario.

Todo sucedió en febrero, cuando el jardinero fue, como a principios de cada año, a comprar una bolsa de abono (con nitrógeno, fósforo y potasio) para su alegre terraza. En la tienda no estaba su marca habitual, así que adquirió otro saco. Al llegar a casa, se puso manos a la obra y repartió, con cariño, puñados de fertilizante. Regó a continuación y, al cabo de unos días, vio cómo sus dos margaritas euryops languidecían hasta secarse.

‘Ignorantia juris non excusat’, decía el derecho latino: la ignorancia no exime del cumplimiento de la ley. El hecho de que el jardinero no leyese la etiqueta ni comprobase la concentración no le excusa: las plantas murieron por su propia mano.

Incluso si la planta no llega a morir, el exceso de nutrientes, como el nitrógeno, es perjudicial. La savia se torna más dulce y acudirán más plagas. Además, el agua con fertilizante es contaminante.

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Cuando una planta crece tanto que asfixia todo

Pueden ser tomateras. O fresas. Puede ser un plumbago. O unas petunias. Pueden ser margaritas euryops (que en paz descansen) o incluso un arbolito que surgió de manera espontánea. El caso es que hay plantas que crecen y crecen y terminan asfixiando y agobiando a sus compañeras.

Es un error de principiante colocar los ejemplares demasiado juntos: el ‘horror vacui’ lleva a querer llenar todo el parterre cuando antes. Pero las plantas crecen no solo a lo alto, también a lo ancho, y algunas son más rápidas que otras. Así, las petunias agobian a los tajetes, los arbolitos ocupan la tierra con sus raíces... En nuestro caso, un huerto urbano desbordó todo y mató geranios y tajetes.

Cuando veamos que esa situación se puede producir hay que trasplantar cuanto antes: el ejemplar lo agradecerá y en su lugar se pueden colocar en el parterre otras plantas más adecuadas.

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Cuando llega una pequeña helada y arrasa los parterres

Llevamos tantos años de inviernos suaves que creemos vivir ya en Almería. Pero no es así. Estamos en Aragón, donde incluso en las zonas más cálidas del valle del Ebro se producen cada año al menos dos o tres días de heladas.

Surge entonces la tentación de tener esas plantas tan maravillosas que nos están vedadas en esta latitud: el hibiscus sinensis y la bouganvilla. Ambas abundan en el mediterráneo, pero no aquí, porque no soportan las heladas.

Este invierno ha sido más bien una mezcla de otoño y primavera. Apenas ha hecho frío en la ciudad de Zaragoza, excepto una única noche cuando los termómetros marcaron 5 grados bajo cero. Lo suficiente para que se murieran todas esas plantas que no soportan las heladas.

También se puede poner uno de esos plásticos, pero no es buena idea: en contacto con la planta puede quemar las hojas si da el sol.

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Cuando tienes una plaga y no haces nada y te arrepientes

Esta historia es un mejunje de mojitos, amigos y maletas. No es de Almodóvar, sino real como la vida misma. Cuando llegan las vacaciones, hay que dejar el jardín o la terraza en las mejores condiciones, porque durante días no podremos intervenir si se produce un problema.

Hay que tener especial cuidado con las plagas, ya que en verano cuentan con mucho alimento, una temperatura perfecta y rincones con humedad. Pueden ser caracoles, pulgones, hongos, cochinilla... Si no se controlan desde el principio, pueden ser fatales. En este ‘epic fail’, pudo con el jardinero la pereza y prefirió tomar unos mojitos con amigos el día antes de las vacaciones. Al regresar, la terraza estaba hasta arriba de pulgón, con el suelo pegajoso y las hojas arrugadas.

Cuando una plaga es un problema, hay que tener cuidado y no dejarse llevar por el pánico: nunca hay que recurrir a insecticidas de amplio espectro porque matarán también a la fauna beneficiosa. En el caso del pulgón, podemos preparar nuestro remedio con un litro de agua al que añadimos un 3% de jabón potásico, con un 1% de alcohol de quemar para hacerlo más efectivo. Se venden en droguerías.

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