Los vecinos y comerciantes de la calle Delicias piden soluciones: "A mis nietos les digo que por la noche no vengan por aquí"

Urgen medidas para resolver los problemas de delincuencia del entorno del Jardín Vertical.

Muchos de los vecinos del entorno de la calle de Delicias evitan la plaza del Jardín Vertical incluso de día
Muchos de los vecinos del entorno de la calle de Delicias evitan la plaza del Jardín Vertical incluso de día
Javier Belver

Las medidas con las que se pretendió reactivar el comercio de la calle de Delicias durante la pasada corporación han envejecido de manera desigual en el último año. Los pórticos de entrada y salida se mantienen, pero gran parte de la nueva cartelería ha sido vandalizada.

También hay signos de desgaste en la pintura que se aplicó al suelo, de color rojo y blanco, que pasa totalmente desapercibida, al igual que los ‘grafitis digitales’ del entorno. Tampoco han corrido mejor suerte los 19 maceteros, en los que se invirtieron 70.000 euros. Actualmente son un foco de latas, papeles, colillas y plásticos.

A esto hay que añadir los polémicos toldos, que costaron 492.000 euros y solo se han colocado una vez, algo "bochornoso", en opinión de vecinos y comerciantes. Aunque el mercado mantiene su tirón, en la calle son muchos los locales en venta o en alquiler, signo de que "queda mucho camino por recorrer". "Lo que se ha hecho hasta ahora no ha servido de nada. Ha sido el dinero peor invertido en mucho tiempo", comentaban Pilar, Alicia, Mari Cruz y José Luis a la puerta del local de Bon Àrea, situado a la altura del número 14.

"Yo a mis nietos les digo, directamente, que por las noches no vengan por aquí. Pasadas las 22.00 da miedo acercarse por la plaza del Jardín Vertical. Ojalá levantasen todo y construyesen un centro de mayores. Eso sí que es necesario", apuntaba este último.

Pepi Muresán, propietaria de Cosicas Pepi, también cree que las acciones impulsadas hace ahora un año "no se han notado a nivel de ventas". "Lo que necesitamos es limpieza y seguridad para que vengan más empresarios. Esta no es ya la calle comercial que fue", lamentaba.

Lucía, responsable de otro de los negocios de la zona, cree que nada de lo que se haga servirá a no ser que se cierre antes la plaza del Jardín Vertical o se le busque una solución. Las hay que han pensado incluso en traspasar el negocio. "Yo no lo hago porque me quedan solo dos años para la jubilación, que si no... La gente ya no viene como antes. Solo se acercan los vecinos del barrio. Ha habido muchos cierres, y lo que abre no es comercio de calidad", decía otra de las dependientas.

Carmen, empleada en una de las tiendas más cercanas al Jardín, asegura que la situación actual es "de vergüenza". "Sacan incluso sillas y sofás y se ponen a vender droga. La Policía viene a menudo, pero cuando llegan ya no llevan nada en los bolsillos. Si no se corta ya, las cosas van a seguir yendo a peor", manifiesta.

Muchos de los vecinos afirman que, si no es imprescindible, ya no salen por la noche. "Yo llevo 45 años viviendo aquí y jamás había visto esto. Y ya no es solo por la noche. No se cortan y se meten tanto con personas mayores como con niños", remarca.

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