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Cartas al director de HERALDO: Falta de civismo en la calle Delicias

Calle de Delicias
Calle de Delicias
Guillermo Mestre

Falta de civismo en la calle Delicias

Parece que no somos conscientes del desastre que estamos creando en nuestra querida calle Delicias. El Ayuntamiento y otros estamentos oficiales están gastando demasiado dinero, que solo sirve para considerarlo como un derroche de fondos. 

Los principales culpables de este fondo perdido son los propios usuarios de esta emblemática calle. Suciedad por doquier, basura, dejadez, incivismo, peleas y falta de seguridad. Ni que decir lo que está ocurriendo en uno de los pasajes que la atraviesa. Es insalubre e incluso da repelús pisar su suelo. ¿De quién es la responsabilidad de su limpieza? La tienda de ropa que había ha cerrado, y más o menos sus trabajadores mantenían una limpieza mínima. Ahora es un gran foco de suciedad. Más sucio está, más lo estropeo. Los patines campan a sus anchas a unas velocidades increíbles. Los usuarios de las terrazas parece que han olvidado que están en zonas comunes y dejan su basura en el suelo, en los bancos, en las esquinas… Por favor, el personal de limpieza está trabajando a diario, pero es como si todo lo recogido fuese echado a un saco roto. A las dos horas de su limpieza, la calle vuelve a ser un basurero. ¿Dónde está la Policía? El trapicheo de sustancias no deseadas es un hábito de la calle. No puedo creer que nadie lo vea. No somos tan tontos. No sirve de nada limpiar y dejar una calle de lujo si los habitantes de sus edificios y usuarios de la calle no son conscientes de donde están. ¿Es esto lo que queremos para nuestra ciudad? ¿Qué imagen mostramos a nuestros turistas y visitantes? La calle Delicias ha sido y es un referente muy importante para comprar, pero por mucho que me duela se ha convertido en foco de suciedad e incivismo. Quizá habría que denunciar más y castigar a los incívicos con grandes multas, y no me refiero a dinero. Has ensuciado, ¡límpialo!

Josefina Palos Bernad. ZARAGOZA 

Con los pies colgando

Parece broma pero es muy cierto. Los nuevos autobuses verdes, eléctricos, puestos en circulación recientemente, presentan una novedad negativa para los usuarios. Los asientos están demasiado altos y los pies de los viajeros no descansan en el suelo. Yo mido 1,73 m y en dichos autobuses mis pies descansan en el suelo solo con la punta. Entonces, ¿qué les pasa a otros viajeros con menor estatura? Pues que viajan con los pies colgando. Creo que urge actuar a quien corresponda para remediarlo, porque pueden llegar otras unidades con el mismo defecto. Además, si proceden nuevos encargos, habrá que exigir una rectificación, digo yo. Si se opta por la inhibición, podemos echar cuentas. Suponiendo que los autobuses tengan una vida útil de 20 años, sumando todos los usuarios afectados durante sus 7.300 días, podríamos alcanzar la escandalosa cifra de varios millones de zaragozanos que habrán viajado durante este tiempo con los pies colgando. Y eso se mire como se mire es una considerable molestia y fastidio individual y colectivo.

José Luis Cabez Marco. ZARAGOZA

Zaragoza y el ruido

En Zaragoza el ruido se ha incrementado últimamente de forma alarmante, afectando a 220.000 ciudadanos según el INE y datos del Ayuntamiento. No sólo perjudica la salud de forma grave y viola nuestros domicilios, sino también el bolsillo, por la devaluación nunca vista de pisos y negocios. Es muy urgente que el próximo gobierno de la ciudad se tome en serio este gravísimo problema y adopte de una vez medidas efectivas, porque no se trata de molestias sino de salud y derechos fundamentales violados. Algo muy serio que se está ocultando.

Antonio Pérez Gracia. ZARAGOZA

Un convento de clarisas

Es una pena que se esté dando carpetazo al monasterio del Santo nombre de Jesús (convento de clarisas capuchinas) de la diócesis de Barbastro-Monzón. El motivo, sus ya escasas moradoras (muy mayores y sin relevo) a la hora de atender la comunidad y garantizar con su delicioso trabajo de repostería el sustento económico del convento. Un convento que toma auge en el siglo XVIII y en el que trabajan hoy un grupo de monjitas españolas y africanas. Estas últimas, tras llevar una vida durísima en su país, por cuestiones políticas y de credo, decidieron venir a España a colaborar en esas tareas de acompañamiento espiritual tan necesarias en un mundo desquiciado, materialista y carente de rumbo. Los años pasan para todos y eso de que alguien ‘rece por ti’ no se entiende muy bien y tampoco se explica a las nuevas generaciones. Yo las he conocido de cerca y las aprecio por ser un ejemplo de vida y entrega a los demás. Lo que no entiendo es que haya conventos ‘de primera línea’ y otros amortizables o de ‘segunda línea’, ni por qué no se desarrolla una política de redistribución de religiosas. Algo así evitaría el cierre de un lugar que me movió por dentro cuando sus moradoras salieron a saludarme. Ahora me toca a mí rezar por ellas. No sé cómo en la Corporación no se unen como en Fuenteovejuna para que no desaparezca un lugar histórico y de culto, del que fue obispo todo un rey de Aragón (Ramiro I).

Emilio Guzmán Sánchez. ZARAGOZA

Autobuses exprés

En este tiempo de propuestas electorales, quiero aportar una sobre el transporte público. La idea es crear una serie de líneas exprés o de ‘alta velocidad’ que conecten los barrios con los principales puntos de atracción de público. Estas líneas deberían ser: cortas, recorrido por los principales ejes, conexión con otras líneas, acceso al bus por todas las puertas, circular por carril bus, tener prioridad semafórica, con pocas paradas a distanciadas de 500 metros como mínimo. Así se podría conseguir aumentar la velocidad y mejorar su frecuencia y puntualidad. Una especie de tranvía, pero más rápido de implantar, más flexible y barato. En Barcelona ya tienen una línea con este diseño, la X1.

Manuel Vargas Ramírez. ZARAGOZA

Profesionalidad y humanidad

Queremos dar las gracias a todo el personal que ha pasado por la Residencia Elías Martínez Santiago en los seis años en que nuestra madre ha estado a su cargo. La atención que le han dispensado siempre ha estado llena de profesionalidad y humanidad. Tampoco olvidamos que con la pandemia han tenido que bregar con problemas que les han exigido el máximo rigor profesional y no pocos sacrificios. Durante esos meses, nos ha acompañado siempre la tranquilidad de saber que nuestra madre estaba con ustedes. Por todo ello, muchísimas gracias.

Juan Carlos Duce Gonzaga. EN NOMBRE DE LOS HIJOS DE PILAR GONZAGA VERÓN. ZARAGOZA

Las cartas al director no deben exceder de 20 líneas (1.500 caracteres) y han de incluir la identificación completa del autor (nombre, apellidos, DNI, dirección y teléfono). HERALDO se reserva el derecho de extractarlas y publicarlas debidamente firmadas.

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