La calle San Miguel se llena de… ¿Bancos? ¿Maceteros? ¿Un híbrido de ambos?

La reforma de la arteria comercial del Centro afronta su recta final con la instalación de un nuevo modelo de mobiliario urbano.

Los módulos acaban de instalarse y falta que se llenen de vegetación.
Los módulos acaban de instalarse y falta que se llenen de vegetación.
Toni Galan

La remozada calle San Miguel ya va mostrando la que será su nueva cara. El pasado mes de noviembre abrió un tramo a la circulación, pero el principal y más transitado continúa guardando algunos secretos. Los últimos en llegar han sido unos bancos-maceteros gigantes que han disparado la curiosidad de los vecinos.

“Aún no están completos del todo. Les falta incorporar los respaldos de madera y, claro, la vegetación”, explican fuentes municipales. Mientras aún se ultima la pavimentación del tramo entre Jerónimo Blancas y Santa Catalina con la intención de poder inaugurar la vía en las próximas semanas, de momento, es el nuevo mobiliario urbano que más está llamando la atención.

Hasta 6.700 personas pasaban por la calle a diario, antes de que comenzaran las obras

“El primer día, cuando los trajeron, me parecieron enormes. Ahora ya nos vamos acostumbrando a la estampa”, decía ayer Carmina Rafales, echando un ojo a la reforma de una de las arterias peatonales del Centro. “Yo creo que quedará bien y se agradece que intenten hacer una calle más agradable, aunque aún faltan remates y hay que echarle imaginación”.

Los nuevos bancos han sorprendido a los vecinos porque “en las recreaciones sí estaban pero parecían más pequeños”. Desde el área de Infraestructuras del Ayuntamiento, que ha sido la encargada de afrontar la obra, explican que San Miguel “es una calle que no puede tener arbolado por sus pequeñas dimensiones”. Se trata de una vía muy estrecha (apenas tiene 7,5 metros de ancho) y “la normativa de acceso de Bomberos hace incompatible la posibilidad de dotarla de arbolado porque se precisa un espacio y el radio de giro mínimo para maniobrar”.

Con esta compleja premisa y con la intención de que la calle no quedara como un erial de cemento, el Consistorio ha buscado una fórmula para introducir “elementos verdes”. En consecuencia, se ha diseñado un modelo de lo que han dado en llamar ‘banco-macetero integrado’. “Están realizados con chapa de acero corten y el banco con hormigón in situ. Los maceteros tienen un sistema de drenaje y riego, que todavía se está instalando. Falta por incorporar los respaldos y apoyabrazos de los asientos, que irán en madera técnica y fundición”, explican desde Infraestructuras, donde han trabajado mano a mano con la sociedad municipal Ecociudad, que también quería aportar para que la reforma integral de la calle fuera lo más redonda posible.

Al problema de las exiguas hechuras de la calle se suma también el hecho de que el subsuelo está repleto de conducciones de servicios. Este es otro de los motivos que impulsó al Ayuntamiento a apostar por los nuevos banco-maceteros, que no se han visto aún en otros puntos de la ciudad. En la calle Delicias o en la plaza del Pilar se probaron en su día algunos modelos, pero muy distintos en diseño a los de acero corten que ya pueblan San Miguel.

“Cómodos no sé si serán, pero modernos sí parecen”, opina Miguel Samitier, sobre las estructuras modulares recién instaladas. “Pegan bien con el resto de la calle, que tiene un toque minimalista”, decía este zaragozano residentes en el Coso Bajo, que -al principio- cuando vio el desembarco de los nuevos bancos, pensó que serían “mupis gigantes para anunciar cosas”. De momento, las opiniones están divididas en el barrio: algunos vecinos piensan que el nuevo mobiliario “ocupa y obstaculiza demasiado” y otros prefieren esperar hasta ver la obra terminada y agradecen que haya puntos de descanso, “que ojalá no destrocen o manchen con grafitis pronto”. “Lo mejor de las obras es que los bordillos, los escalones y las aceras estrechas ya son historia”, concluía Rafales.

Una de las recreaciones que presentó el Ayuntamiento en marzo de 2022.
Una de las recreaciones que presentó el Ayuntamiento en marzo de 2022.
Heraldo

La reforma integral de San Miguel, cuyas obras comenzaron en marzo del año pasado, aspira a crear una vía de prioridad peatonal, sin barreras arquitectónicas y con más espacio para pasear. El mismo día de su inicio, Infraestructuras ya informó de que se dotaría “de plantas, maceteros y bancos que contribuyan a potenciar su carácter comercial”. Son precisamente los comerciantes (y quienes tienen acceso a garajes en la zona) los que más han sufrido las vallas y las verjas, dado que les han granjeado unas escasas ventas en campañas tan importantes como las rebajas de verano, el Pilar de 2022 o la pasada Navidad. A pesar de las bonificaciones del IBI, solo ahora comienzan a ver la luz al fondo del túnel y confían en que un mayor flujo de peatones les haga reflotar la caja. Según los contadores de tránsito peatonal, hasta 6.700 personas pasaban por la calle a diario, antes de que comenzaran las obras, y estas cifras la llevaban a ser la cuarta calle comercial con más afluencia, solo por detrás de la calle Alfonso, el Coso y el paseo Independencia. Para ser justos, la calle Cinco de Marzo presentaba una empate técnico con San Miguel.

Escasa uniformidad estética

De vuelta a los bancos, es cierto que parecen creados ‘ad hoc’ para esta arteria del Centro y tampoco lo es menos que contribuyen a generar aún más confusión en el variopinto catálogo de mobiliario urbano de la ciudad. Nada tienen que ver, por ejemplo, con los también recién instalados en Félix Latasa o en la calle Ricla, que acaban de asumir reformas similares a las de San Miguel. A pesar de que durante años se ha elaborado en el Ayuntamiento una ordenanza para unificar los criterios estéticos de la ciudad (‘protección del paisaje urbano’, lo llaman), lo cierto es que cada reforma parece que sigue llevando la firma del arquitecto o el urbanista de turno. Solo en el Casco Histórico es posible ver un pastiche en el que conviven cinco tipos distintos de papeleras o siete de farolas. De bancos también hay casi una decena, y también escapa al control diversos tipos de veladores, medianeras o cerramiento de solares.

En los próximos días podrán verse ya los nuevos bancos completos al 100%, que serán la guinda de una reforma a la que se ha dedicado más de 1.022.000 euros y que se considera “una de las actuaciones más complejas de la Operación Calles puesta en marcha por el Ayuntamiento para mejorar la escena urbana”.

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