Las franquicias copan ya más de la mitad de los comercios de la ‘milla de oro’ de Zaragoza

El alto precio del alquiler, de hasta 90 €/m2 en Independencia, y la falta de relevo generacional han terminado desplazando a las tiendas de siempre.

En Independencia, hasta un 70% de los negocios abiertos son franquicias
En Independencia, hasta un 70% de los negocios abiertos son franquicias
Guillermo Mestre

Más de la mitad de los comercios de la llamada ‘milla de oro’ de Zaragoza están ya copados por franquicias. Las grandes marcas han ido comiéndole terreno a los negocios tradicionales, especialmente en el paseo de la Independencia, la calle de Alfonso I o el paseo de Las Damas, pero también en Don Jaime I o el entorno de León XIII.

La falta de relevo y el alto precio de los alquileres, inasumibles para los pequeños empresarios, son algunos de los factores que explican este cambio de tendencia. El último ejemplo sería el desembarco de Primark en la antigua sede de Telefónica, llamado a revitalizar las calles adyacentes. Actualmente, explica el presidente del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Aragón, Fernando Baena, el metro cuadrado puede alcanzar los 90 euros en el paseo de la Independencia. "Cada local, y más en ubicaciones tan privilegiadas, requiere de una valoración específica, pero en este caso, el mínimo no baja de los 35 o los 40 euros", señala.

En la calle de Alfonso I, la horquilla iría de los 30 a los 50, siendo "difícil" encontrar espacios por debajo de los 3.000 o los 4.000 euros al mes.En el paseo de Las Damas y León XIII, el coste sería algo menor –entre 30 y 40 euros–, aunque los locales más cercanos a El Corte Inglés alcanzan precios desorbitados, con superficies de 25 metros cuadrados por las que se piden unos 5.000.

Ha de tenerse en cuenta que en torno a un 70% del comercio de Zaragoza "está en alquiler". "Las franquicias han hecho que el precio medio aumente y que el comercio tradicional se haya reubicado en calles aledañas", indica el vicepresidente de la Federación de Empresarios de Comercio y Servicios de Zaragoza y Provincia (ECOS), Vicente Gracia.

El sector está pendiente de la finalización de las obras de la calle de San Miguel, cuya reforma podría traducirse en un "incentivo" para la implantación de nuevos negocios. Lo mismo ocurre con la plaza de Salamero, que podría llenar locales vacíos de Cinco de Marzo y la calle de Azoque.

Solo en Independencia hay más de 40 franquicias instaladas, lo que representa un 70% del total de locales. En el caso de la calle de Alfonso I son 44, aunque hay grandes marcas que ya anuncian su próxima apertura. "Las franquicias son prácticamente las únicas que pueden pagar estos precios. Ahora bien, la calle lo merece. Todo el que viene a Zaragoza pasa por aquí o por Don Jaime I", razona Isabel Bellostas, portavoz de la asociación de comerciantes de la calle de Alfonso I. En su opinión, la clave "es que haya de todo", desde grandes marcas a comercios tradicionales y hostelería. Sus palabras coinciden con las de Baena, que considera que las franquicias pueden ejercer de polo de atracción. "Pueden hacer que la gente se lo piense dos veces antes de desplazarse hasta las grandes superficies", estima.

Aperturas y cierres

La crisis provocada por la pandemia, explican los comerciantes de Alfonso I, "ha sido tremenda", y el encarecimiento del precio de la luz "también se está notando", aunque en los últimos meses se percibe una mayor reactivación.

Prueba de ello son los últimos movimientos. Tiger ha cambiado su local por otro en el lado de los números pares y Skechers abrirá en breve sus puertas. En el extremo opuesto está Natura, que anuncia su liquidación por cierre.

En Don Jaime I resiste un mayor número de tiendas "de toda la vida". "Las hay que tienen 30, 40 o 50 años. Antes la llamaban la calle de las novias. Tenemos un comercio especializado y, por suerte, cuando un negocio cierra pasa poco tiempo hasta que otro ocupa su lugar", detalla Begoña Muñoz, presidenta de Zaragoza Centro y propietaria de Sisinia Novias.

Se trata de una calle, afirma Óscar Sanz, de Josan Equipajes, que "conserva un cierto sabor aragonés". Su principal atractivo es que ofrece locales más pequeños y baratos que la calle de Alfonso I, así como la circulación de taxis y autobuses, que dan vida al entorno.

De entre todas las aperturas destaca la de Sushiye, un establecimiento de comida asiática que ocupará el histórico local de Las Palomas, que cerró a consecuencia de la crisis sanitaria.

En el caso del paseo de Las Damas y León XIII "hay de todo". "En enero ha habido cuatro o cinco aperturas, pero sigue habiendo muchos locales cerrados.Afinales de año contamos 45 sin actividad, y ahora serán los mismos o incluso más. Sabemos de dos que están en liquidación por cierre", comenta la presidenta de la Asociación de Comerciantes de la Zona Centro, Begoña Abad.

"Aquí –agrega– los alquileres son más caros cuanto más cerca se está de El Corte Inglés". Hacia el paseo de la Constitución son algo más económicos. Esto hace que estos últimos estén "casi todos cogidos", mientras que en el paseo de Las Damas los hay que llevan meses con la persiana bajada.

Las últimas aperturas han sido de negocios familiares especializados, por ejemplo, en productos gurmé. "Quitando Damas, donde hay más franquicias, el resto somos tiendas más pequeñitas. Estaríamos hablando de un 75% de comercio tradicional y un 25% de grandes marcas", expone.

Ahogados por los costes

Los precios del alquiler, dice el presidente del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria, "bajaron bastante" a raíz de la crisis inmobiliaria de 2009. "Desde entonces apenas se han recuperado, a excepción del paseo de la Independencia", asegura Baena.

No obstante, el encarecimiento de los costes energéticos a consecuencia de la guerra en Ucrania ha hecho que cada vez cueste más pagarlo, según coinciden los comerciantes consultados.

"Ha supuesto un incremento sustancial en todo. Los gastos han aumentado de un 20% a un 30%, con subidas de 200 a 1.000 euros en función del tamaño del comercio", completa Begoña Abad.

Para este 2023, las perspectivas no son excesivamente halagüeñas. El sector está especialmente pendiente de la evolución del IPC y del conjunto de la economía. "Por el momento, el nivel de aperturas es similar al de los últimos años. No hay una gran demanda, pero tampoco una gran oferta en las mejores ubicaciones", dice Baena.

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