zaragoza

En la reforma de San Miguel no llueve a gusto de todos

Los comerciantes consideran que las obras están quedando "bonitas", pero han perdido clientes y algunos creen que no era el momento de hacerlas

Varias personas pasean por el tramo renovado de la calle de San Miguel.
Varias personas pasean por el tramo renovado de la calle de San Miguel.
Guillermo Mestre

El primer tramo renovado de la céntrica calle de San Miguel de Zaragoza abrió este lunes al tráfico. A la espera de colocar el mobiliario y la iluminación, los vehículos volvieron a circular tras ocho meses entre Comandante Repollés y Urrea y las vallas se retiraron para dejar de nuevo espacio al tránsito peatonal. Los comercios de ese tramo ya respiran más tranquilos, pero el alivio todavía no es total. Hasta que las obras no estén terminadas no creen que puedan recuperar su facturación habitual, que en algunos casos denuncian que ha caído hasta un 40%. El Ayuntamiento está invirtiendo en estos trabajos, que forman parte de la denominada operación calles, algo más de un millón de euros.

En línea con el resto de actuaciones que está llevando a cabo PP-Cs, el tramo reformado se ha transformado en una zona de prioridad peatonal. En concreto, se ha creado una vía de plataforma única, sin barreras arquitectónicas y con aceras más anchas, con el objetivo, según explican desde Infraestructuras, de reducir el tráfico de paso y potenciar el carácter comercial de la calle. En este sentido, los propietarios de los establecimientos del entorno se encontraban este lunes divididos entre la satisfacción por estas mejoras y el hartazgo por la larga duración de las obras y los inconvenientes que están generando.

Todavía más, dicen, si se tiene en cuenta que venían de dos años de pandemia que han sido muy perjudiciales para este y muchos otros sectores. Por eso, hay quienes consideran que "no era el momento" de iniciar una actuación de tal magnitud, que comenzó el pasado mes de marzo. "¿Será para mejor? Puede, pero igual no era el momento. La campaña de Pilares ya la hemos perdido. ¿Quién va a venir con todo lleno de tierra a mirar escaparates?", lamentaba una comerciante. Además, añadía que la bonificación del IBI que ha impulsado el Ayuntamiento "no es suficiente" para cubrir el agujero en sus cuentas, de alrededor de un 40%.

Mientras, en Koralium, una tienda de alimentación ecológica, se mostraban más convencidos con el resultado. "Sufrimos en su momento, pero ahora la calle está súper bonita. Falta la iluminación y están rematando, pero ya han vuelto a pasar los coches y nos da más visibilidad", indicó Charles Cheung. Con esto, deseó "volver a recuperar los clientes" perdidos durante este tiempo y agradeció la iniciativa del programa Volveremos para bonificar las compras en los comercios afectados por obras.

También, en la tienda de moda Duetto, Ana Belén Izquierdo consideraba que la reforma está "quedando bien", pero lamentaba que las ventas todavía son "bastante flojitas". "Ha perjudicado mucho y aún no se está recuperando. Ya veníamos de perder y cuando la situación empezaba a ser normal llegaron las obras", comentaba, y recordaba que a esta situación se suma la crisis del alza de precios provocada por la guerra en Ucrania.

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