sucesos en zaragoza

La Guardia Civil cree que el padre que raptó a su bebé pretendía hacerse con la custodia y culpabilizar a la madre

El progenitor denunció cuatro veces a su expareja por no dejarle ver a su hijo.

Un violento secuestro.
Un violento secuestro. Un vídeo grabado por una de las acompañantes de la madre ha sido incorporado a las diligencias judiciales como prueba palmaria de cómo se produjo el rapto. A la derecha, el padre del bebé detenido en la vivienda de Parla (Madrid) facilitada por un amigo y donde se habían ocultado.
Heraldo/Guardia Civil

La familia que arrebató violentamente al bebé de 13 meses de los brazos de su madre en el aparcamiento del Monasterio de Piedra tenía todo premeditado y planeado. No fue un acto fruto de una enajenación, sino de un plan urdido por el padre y los abuelos del bebé. Para llevarlo a cabo contaron con el apoyo logístico de un amigo de la familia y pidieron consejos a un abogado. Los agentes tratan de localizar a una quinta persona relacionada con el secuestro.

La Guardia Civil informó de estas circunstancias al Juzgado de Calatayud encargado del caso, que no vio indicios suficientes para citar al abogado como investigado y entendió, según ha sabido este diario, que las conversaciones que mantuvo con los sospechosos pertenecen al ejercicio del derecho de defensa de sus clientes. Y el asesoramiento habría sido posterior a la comisión del delito, según las mismas fuentes.

El juzgado bilbilitano se ha inhibido de la causa en favor del de Violencia contra la Mujer número 1 de Ibiza, pues en el fondo de este asunto subyace una conflictiva ruptura de pareja que comenzó a fraguarse el 19 de junio, día en que el niño fue bautizado y la mujer comunicó al padre, D. P. G., de 28 años, que hasta ahí llegaba su relación. A partir de ese momento, las versiones sobre lo ocurrido hasta llegar al día del secuestro son totalmente opuestas.

Según el padre, y así lo hizo constar en cuatro denuncias que puso ante la Policía, se vio obligado a salir de la vivienda familiar y desde el 2 de julio la madre (embarazada de seis meses de otro hijo suyo) no le ha dejado ver al niño ni le ha contestado a sus mensajes. Al no existir convenio regulador de visitas y custodia (el juzgado aún no las ha adoptado), temió que su expareja se lo llevara a Holanda, donde tiene familia, y se enteró de que había ido con el pequeño de vacaciones a Marruecos sin su permiso. Mientras, como explicó este martes a este periódico el abogado de la madre, Joan Cerdá, su cliente lo denunció por coacciones y calumnias, por amenazarla con llevarse a su hijo a Madrid y por haber introducido supuestamente en su móvil un virus para conocer sus movimientos.

Desde que D. P. G. abandonara su domicilio de Ibiza en julio y decidiera irse a vivir con su familia a la localidad madrileña de Loeches, acusaba a su ex de tener secuestrado al niño y no cuidarlo bien, pues en ese tiempo ha estado cuatro veces hospitalizado por un problema de bronquios que tiene desde que nació. En julio el hombre interpuso una demanda de separación en Arganda del Rey y pidió la guarda y custodia compartida así como la patria potestad, que aún no ha sido resuelta.

Mientras, el 2 de septiembre la mujer presentó la denuncia contra D. G. P. por coacciones y calumnias que recayó en el Juzgado número 1 de Violencia contra la Mujer de Ibiza. En ella, tal y como indicó Joan Cerdá, para su sorpresa, en la petición de medidas ni el padre ni su abogado solicitaron un régimen de visitas. Este hecho fue desmentido por la otra parte, que explicó que en ese procedimiento no podía hacerlo. También se pidió una orden de protección para la mujer, pero la juez la desestimó al entender que no existía en esos momentos riesgo objetivo para la víctima ni esta había relatado ningún suceso violento ni antes ni después de la ruptura.

La situación se fue deteriorando hasta el punto de que a D. G. P. no se le ocurrió otra forma de conseguir al niño que secuestrarlo y hacer todo tipo de maniobras para culpabilizar a la madre. Tal y como informó la Guardia Civil, un hermano se iba a encargar de manipular unas imágenes para que pareciese que la madre montaba un espectáculo tras arrepentirse de dejar el niño a su padre.

Dos días antes en Zaragoza

El secuestro se ejecutó el pasado 13 de octubre, pero el padre del bebé y su abuelo, G. P. G., de 67 años, ya estaban en Zaragoza el día 11, pues se habían enterado de que la mujer iba a visitar el Monasterio de Piedra con su madre, una hermana y una prima.

El coronel jefe de la Comandancia de Zaragoza, José Antonio Mingorance, y el capitán Rojas, jefe de la Policía Judicial, manifestaron este martes que nada más conocer el secuestro y la forma en que se había producido activaron todos los dispositivos para localizar al niño, pues temían que podía ser víctima de violencia vicaria. "El factor tiempo era fundamental, ya que temíamos que dispusieran de medios para ocultarse y no pudiéramos localizarlos", aseguró Rojas. Sus sospechas se verían luego confirmadas al averiguar que el amigo les había proporcionado un móvil nuevo, un coche, un garaje y una casa en Parla (Madrid) en la que estuvieran unos días mientras montaban la coartada.

"Finalmente, en menos de 24 horas logramos rescatarlo", incidió el coronel. El niño estaba a salvo, pero presentaba erosiones en la cabeza, el abdomen y un fémur, así como un hematoma en el brazo izquierdo compatible con lo que la madre les había contado sobre la forma en que la tiraron del pequeño, tanto que temió que le hubieran roto un brazo.

Los hechos ocurrieron sobre las 18.40, cuando la madre del bebé se encontraba con el niño y un familiar en el parking del Monasterio de Piedra.

La abuela paterna fue dando cuenta de todas las incidencias ocurridas durante el secuestro a un abogado madrileño. Según los agentes, el letrado habría estado asesorando a la familia sobre cómo sustraer al menor dando apariencia de legalidad. "Cuando el abogado fue informado de la conveniencia de que un médico viera al niño, llegó a aconsejarles que no lo hicieran, ya que esto podría causar más problemas al progenitor", señaló la Guardia Civil.

De izquierda a derecha, Mingorance, Beltrán y Rojas.
De izquierda a derecha, Mingorance, Beltrán y Rojas.
Oliver Duch
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