El coste por usuario del tranvía se encarecerá en 2023 un 8,6%, pasando de 81 céntimos a 88. También se incrementará el pago por la disponibilidad del servicio, de 4 millones de euros a 4,4. No obstante, el precio del billete sencillo seguirá congelado por tercer año consecutivo en 1,40 euros. "El ciudadano no va a notar el incremento que tiene que pagar el Ayuntamiento", subrayó la concejala Patricia Cavero al término del Gobierno de Zaragoza.

Los Urbos 3 siguen sin recuperar las cifras previas a la pandemia, un problema compartido con el bus urbano. En 2019, la media de usos en días laborables rondaba los 100.000, mientras que en la actualidad se está "entre los 80.000 y los 90.000, entre un 10% y un 15% por debajo de los registros habituales", según informaron desde el área de Movilidad.

El sistema para calcular cuánto ha de pagar el Consistorio a los Tranvías de Zaragoza es distinto al que rige la contrata del bus. Esta última se basa en los kilómetros recorridos. El tranvía, en cambio, atiende a dos variables: el coste por usuario –la sociedad mixta cobra menos si hay menos viajeros– y la disponibilidad del servicio, un ‘fijo’ que se abona anualmente por su mantenimiento.

La revisión de precios aprobada ayer permitirá compensar el incremento de costes en un año marcado por la inflación y la crisis energética global provocada por la invasión rusa de Ucrania.

La del bus, en cambio, sigue pendiente. El Consistorio continúa haciendo números, ya que –especialmente este año–, hay muchos factores a tener en cuenta: desde los propios costes energéticos hasta el posible acuerdo entre los trabajadores de Avanza y la concesionaria, –que supondría un incremento de la masa salarial–, o el descuento del 30% aprobado por el Gobierno central para paliar los efectos de la inflación.

Desde el Ayuntamiento recuerdan que las cantidades prometidas por el Ejecutivo de Pedro Sánchez aún no han sido transferidas, y que ni siquiera se sabe cuándo se cobrarán. Tampoco está claro si la rebaja terminará finalmente el 31 de diciembre o si se prorrogará unos meses más para seguir combatiendo las consecuencias del alza de índice de precios de consumo (IPC).

La medida ha tenido un claro efecto en la venta de abonos, disparando los trimestrales y los anuales. No obstante, para saber si ha ayudado a recuperar los usuarios que se perdieron por la covid-19 habrá que esperar unas semanas más, ya que el escenario actual está muy distorsionado por factores como la huelga del bus –que podría endurecerse ante el bloqueo de la negociación– o las propias Fiestas del Pilar.