Los vecinos del barrio Jesús lamentan el incivismo en la calle Lapuente que desluce las mejoras ejecutadas

El Ayuntamiento de Zaragoza ha arreglado la calle y ha instalado papeleras recientemente para evitar el exceso de basura.

Basura y destrozos en la calle Santiago Lapuente
Basura y destrozos en la calle Santiago Lapuente
AVV Barrio Jesús

El barrio Jesús disfruta desde hace unas semanas de la reforma realizada en la calle Santiago Lapuente mediante la cual se ha añadido vegetación, se ha priorizado a los peatones y se ha pacificado el tráfico. Sin embargo, el problema de incivismo que se vive en la zona hace que los vecinos no estén del todo satisfechos.

El presidente de la Asociación de Vecinos del Barrio Jesús, Raúl Gascón, explica que los vecinos están preocupados porque "en esta calle hay demasiada suciedad". Achaca esto a que "hay gente que no respeta; esta cantidad de basura no la trae el cierzo". Explica que muchas personas beben y tiran después las latas en la calle. En la misma línea se expresa Antonio P., vecino del barrio cuya casa está cerca de la citada calle y lamenta que al pasear se vea "abandonada" porque reconoce que es "habitual" encontrar "botellas, latas y basura" por las aceras.

Gascón lamenta que el presupuesto para esta intervención fuera "tan ajustado económicamente", que no se presupuestaran papeleras, lo que ha agravado la situación porque la gente tira los desechos a la vía pública. Conscientes de este problema de incivismo, desde el Ayuntamiento de Zaragoza se llevó a cabo una inspección recientemente para determinar qué medidas podrían tomarse para mejorar la zona. Fruto de este estudio se han colocado papeleras, algo que desde la asociación de vecinos valoran muy positivamente ya que esperan que contribuyan a disminuir la suciedad. Aun así, "hace falta reforzar la limpieza calle para paliar la problemática", añade Gascón. Desde el Ayuntamiento aseguran que esta calle se limpia como cualquier otra.

Otro de los problemas que detectan los vecinos en la calle Santiago Lapuente es que "el riego por goteo no está bajo tierra así que hasta que las plantas crezcan no está cubierto y hay que gente que está arrancando las mangueras", señala Gascón. También añade que muchos coches aparcan, sobre todo "repartidores que aparcan poco rato", destrozando las plantas y el riego por goteo.

Gascón explica que el presupuesto de reforma de la calle estaba “ajustado económicamente” y que por ello no pudieron hacer muchas mejoras. “Por ejemplo había un carga y descarga que nos hubiera gustado poner en otro sitio”, recalca. Aunque sí admite que “en todo momento hemos estado informados de la obra y hemos participado y ha habido comunicación y colaboración”.

Desde el Ayuntamiento explican que para ejecutar la obra (que tuvo lugar entre mayo y noviembre) se trabajó en coordinación con la asociación de vecinos para tener en cuentas sus peticiones, ya que los vecinos eran conocedores de la situación de la calle. "Estamos contentos, nos gusta cómo ha quedado la calle, pero nos preocupa que el incivismo de la gente lo estropee", resume Gascón.

Las obras han supuesto la transformación de una calle sin vegetación y orientada a la circulación de vehículos a un espacio más sostenible, con una veintena de árboles. Los peatones tienen prioridad y pueden disfrutar de todo el ancho de la calle, mientras que se han adoptado diferentes medidas para pacificar el tráfico y reducir la velocidad de circulación de los coches. De hecho, la elevación de la calzada en los cruces o el propio trazado no lineal obligan a los conductores a reducir la marcha.

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