Giesa prevé un nuevo auditorio y pisos sociales espacios para emprendedores

El viejo edificio de la factoría de Giesa, situado en la confluencia de las calles de Yolanda de Bar y de San Joaquín en Las Fuentes, podría ser la sede de un nuevo auditorio al estilo del que diseñó Renzo Piano en la antigua refinería de azúcar Eridania, en Parma. Esta es una de las ideas recogidas en el concurso licitado por el Ayuntamiento de Zaragoza y que fija las condiciones para redactar el nuevo plan director que guiará la rehabilitación del emblemático inmueble, diseñado por Miguel Ángel Navarro y estrenado en 1945.

No es el de auditorio el único uso previsto. La generación de nuevos espacios culturales, talleres artesanales, oficinas o incluso apartamentos de uso social podrían ser algunos de los destinos de la vieja fábrica de ascensores, catalogada por su interés arquitectónico, y que ocupa una enorme parcela de 9.660 metros cuadrados.

Las previsiones del Ayuntamiento citan la parte que no tiene valor y que, tras años de abandono, fue derribada por Urbanismo. Se trata sobre todo de los espacios interiores, como las naves norte, la central o las viejas oficinas. Este verano ya se echaron abajo varias construcciones para liberar suelo para construir una plaza de 4.113 metros cuadrados. Se dejaron en pie las naves que dan al sur, a la calle Padre Chaminade, además de los edificios catalogados, que lindan con las calles de San Joaquín y Yolanda de Bar.

Exterior del edificio de Giesa, donde se prevén usos deportivos.

Heraldo.es

¿Y a qué destinar los edificios de la antigua factoría? Pese a que no tiene ninguna catalogación, las naves que dan al sur del complejo, con 3.136 metros cuadrados de superficie construida, podrían tener diversos usos. En tiempos, cuando gobernaba ZEC, se solicitaron fondos a la UE para destinar este espacio a trabajos vinculados a la economía circular. Aquel proyecto fracasó, pero según los pliegos de condiciones, las grandes luces de la estructura permiten utilizarlo como almacenamiento o talleres productivos. Esta es la propuesta contemplada por los técnicos de Urbanismo, que defienden incluir actividades relacionadas con el empleo o las actividades artísticas.

La antigua zona de oficinas situada en la calle de Yolanda de Bar, con 2.111 metros cuadrados entre sus tres plantas y en la actualidad completamente vandalizada, es un espacio catalogado. Tiene una torre como elemento más significativo. La planta baja, según los pliegos, podría destinarse a locales de actividades diversas, incluso comerciales, o a talleres artesanales. Las plantas alzadas podrían servir para ubicar allí oficinas (dependencias municipales variadas o espacios de emprendedores) o apartamentos sociales (asistidos, para salvar situaciones de desahucio, estudiantes, artistas becados…). La torre, según los técnicos municipales, podría tener algún uso singular.

El auditorio se podría ubicar en la gran nave cuya fachada da a la calle de San Joaquín. También es una zona catalogada y más de un técnico municipal sueña en convertirla en un auditorio mediano como el Paganini de Parma o de un espacio cultural que exija una altura importante para su actividad. La sala Paganini de Parma, inaugurada en 2001, “es una moderna fábrica de sonido”, con capacidad para 780 personas. En origen, el espacio de la vieja refinería Eridania es muy similar a Giesa.

Interior de la nave sur de Giesa, en el barrio de Las Fuentes.

Toni Galán

Parte del edificio de San Joaquín, el situado más al sur y que en su momento albergó oficinas, tiene 2.672 metros cuadrados. Es compatible con usos administrativos y sociales, y entre las opciones que se estudian figuran situar allí espacios para emprendedores al estilo de ‘La Azucarera’, con un importante componente de flexibilidad. Entre los posibles usos figura un centro de servicios sociales. También podría contar con servicios auxiliares a los que se desarrollaran en la nave Sur.

Los espacios abiertos podrían tener usos deportivos, dadas las deficiencias en la materia que tiene el barrio. No obstante, para el Ayuntamiento, estos usos están abiertos a debate y discusión entre políticos, técnicos y agentes sociales, especialmente las entidades vecinales del barrio.