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Bambita Tasca-Fusión: pequeño pero matón

Tras el éxito del restaurante Labamba llega la versión tasca al corazón de la Magdalena, y lo hace en tiempos de pandemia.

El dueño de Bambita Tasca.
El dueño de Bambita Tasca, Alberto Brosed.
C.I.

Desde hace unos meses, algo se cuece en la calle Heroísmo y alrededores, en el corazón del barrio de la Magdalena. Empezó con la llegada de El patio de Betty, en la calle Policarpo Romea, de la mano de Isabel Cortés y María Yus con su apuesta por la cocina fusión con sabor a latinoamerica; o Senbazuru Ramen Bar, proyecto especializado en cocina japonesa y capitaneado por Víctor Barrado, que abrió sus puertas a mediados del pasado mes de abril. Justo en el local contiguo, en el 37 de la mítica calle Heroísmo, acaba de abrir sus puertas otro nuevo establecimiento: Bambita Tasca-Fusión. Una versión reducida del restaurante Labamba Cook Art que, desde finales de 2019, se ubica en la calle Vírgenes de la capital aragonesa.

Bambita es el nuevo proyecto del emprendedor zaragozano Alberto Brosed quien lleva eso de crear nuevos conceptos gastronómicos prácticamente en la sangre. Ahora, a pesar de la pandemia, se atreve con este establecimiento. Un local pequeño -tan solo cuenta con cuatro mesas altas y un aforo para 10 personas-, pero matón. “Hemos apostado por mantener la esencia de Labamba, pero en un ambiente más informal. Apostamos por algunos de nuestros platos más míticos de Labamba y por los platos para compartir”, explica.

Una carta basada en la cocina fusión en la que los sabores exóticos vuelven a ser los claros protagonistas. Entre las propuestas se encuentran las famosas ‘Bambitas’, unas patatas confitadas y fritas con su piel, acompañadas por una salsa de queso azul de cabra de Radiquero, semillas, puerro fresco y petazetas; o el ‘Spring roll de salmón’, marinado en teriyaki con queso crema, aguacate, tomate seco, mayonesa de albahaca y lima, crunch de frambuesa y germinados: “Es una carta corta, con tan solo diez platos, informal, pero que sorprende”.

Alberto Brosed, ante su nuevo local.
Alberto Brosed, ante su nuevo local.
C.I.

Sobre las paredes del establecimiento vemos una colección de cuadros realizados por el propio Brosed. El zaragozano reconoce que su faceta artística le acompaña en todo lo que hace en su vida, también en sus platos. “El local llegó a mis manos en agosto de 2020. No sabía lo que iba a pasar, pero sentí que era el momento de volverlo a intentar”, asegura.

Y así, en octubre, firmó el contrato de alquiler. “La pandemia se ha llevado por delante a muchos compañeros del sector y ha cambiado la forma en la que hoy se entiende la hostelería. La gente busca un servicio más especializado, sorprenderse y una marca personal detrás de cada plato”, opina.

Pero, sobre todo, en su opinión, la crisis sanitaria ha dejado una gran lección: la importancia de ser capaces de adaptarse para seguir adelante, sea cual sea tu profesión. “Las grandes crisis también nos traen los mayores aprendizajes. Creo que hay que ser capaces de ver las oportunidades que se nos van a presentar”, advierte.

Bambita abrió sus puertas el pasado 6 de mayo y, por ahora, la respuesta del público zaragozano no podría haber sido mejor. “Varios días hemos tenido largas filas en la puerta. Creo y espero que lo peor de la crisis sanitaria ya haya pasado y ahora toque recuperarse lo antes posible y volver a la ansiada normalidad”, concluye.

El horario de apertura es miércoles y jueves de 19.00 a 23.00, viernes y sábado de 12.00 a 17.00 y de 19.00 a 23.00 y domingos de 12.00 a 17.00.

Emprender en tiempos de pandemia… ¡al cuadrado!

A sus 40 años, el zaragozano Alberto Brosed lleva esto de emprender en la sangre. No en vano, abrió su primer establecimiento con tan solo 18, La Cosa Nostra, en Cesareo Alierta. “La cocina me ha gustado desde que era un niño y tenía claro que, en la vida, quería dedicarme a mi pasión”, admite. A este le siguieron La Gramola, La Manduca o el Paladú, entre otros. También estuvo dos años como gerente de El Plata. Una temporada que le vino bien para descansar y coger fuerzas para dar forma a sus nuevos proyectos.

“Así nació Labamba, un espacio personal, en el que hacer lo que yo quería y en el que volqué todo lo que había aprendido años atrás”, advierte. Sin embargo, tras el éxito de este restaurante, que propone un menú degustación tan solo para 14 comensales debido a las restricciones a causa de la pandemia, pronto decidió que tenía que dar un paso más. “Un menú degustación no es algo que puedas disfrutar a diario, y mis clientes me pedían algo más. Por eso nace este espacio, para dar respuesta a esta demanda más de diario”, explica.

Y no solo eso, Brosed ya prepara el que será su tercer negocio… Labamba café, que estará ubicado muy cerca del actual. “Todavía es muy pronto para adelantar nada, pero prometo que vamos a sorprender mucho a la ciudad”, concluye.

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