zaragoza
"Este año de covid ha provocado que la enfermedad de Alzheimer avance más rápida"
Desde la Asociacion de Familiares de Enfermos de Alzheimer de Zaragoza señalan que el confinamiento supuso "un retraso" en estos pacientes. Y para los cuidadores ha sido duro a nivel psicológico. En Aragón hay unos 42.000 personas que sufren esta dolencia.
El alzhéimer -responsable del 70% de los casos de demencias en nuestro país- no tiene cura y no hay vuelta atrás cuando la enfermedad da un paso hacia adelante. Según estimaciones de la Federación Aragonesa de Familiares de Enfermos de Alzheimer (Faral-Alzheimer Aragón), en la Comunidad hay alrededor de 42.000 enfermos en sus diferentes fases (leve, moderada y avanzada). Los profesionales que trabajan con ellos hablan del perjuicio que para la salud de estas personas tuvieron los duros meses de confinamiento, en los que los centros de día tuvieron que cerrar por la pandemia. Sin olvidar a sus cuidadores, que sufren la enfermedad de forma diferente y para quienes este año de coronavirus está siendo "duro" a nivel psicológico.
Pedro Salazar, director gerente de la Asociacion de Familiares de Enfermos de Alzheimer de Zaragoza (Afedaz), dice que observaron que entre marzo y julio -abrieron su centro de día a inicios del verano- no se ralentizó el avance de la enfermedad. "El contacto no se perdió porque hacíamos seguimiento de apoyo a las familias vía telemática. Pero, cuando volvieron al centro, muchos usuarios que a lo mejor estaban en fase leve se encontraban en una fase muy avanzada. La enfermedad ha seguido progresando en lugar de ralentizarse si hubieran hecho uso del centro de día o del centro de psicoestimulación o si hubieran salido a la calle en su rutina habitual. A partir de julio, la evolución de estas personas en el centro es la misma que antes de la covid. Y se han acostumbrado a la mascarilla, al gel hidroalcohólico...", señala.
Afedaz -una de las nueve asociaciones que forman parte de Faral-Alzheimer Aragón- es una entidad privada sin ánimo de lucro que atiende a cerca de 500 usuarios directos en Zaragoza y que cuenta con 4.800 socios desde que se constituyó en 1992. "El Centro CAI Afedaz Virgen del Carmen es el único de la ciudad que atiende solo a personas con alzhéimer y otras demencias. A las familias les ofrecemos todos los recursos que necesitan a lo largo de toda la enfermedad", subraya su director gerente.
Ese "todos los recursos" engloba residencia (con 26 plazas), centro de día, taller de estimulación cognitiva, centro de psicoestimulación, grupo de apoyo psicológico (individual y grupal) y servicio de información, asesoramiento y orientación familiar. "Además, gestionamos desde aquí la prestación de servicio en el domicilio de las personas con alzhéimer: ayuda, terapia ocupacional, fisioterapia y médico", añade.
Demanda de ayuda a domicilio
Precisamente, uno de los servicios más demandados en la actualidad es el de ayuda a domicilio, tal y como resalta Teresa Díaz de Teran, trabajadora social de Afedaz. "Los familiares tienen miedo a volver a retomar la actividad con otros usuarios. Se van atreviendo poco a poco. Hace una semana ampliamos el horario del centro de día y pueden quedarse a comer. Siempre extremando todas las precauciones sanitarias; todo es doble trabajo y con más cuidado. Mucha gente todavía intenta salir lo menos posible de casa", cuenta.
El pasear y sociabilizarse con otras personas son factores que ayudan a estos enfermos a estimular y mantener sus habilidades cognitivas. Para esta trabajadora social, el confinamiento, la incertidumbre y el tener que cambiar sus rutinas durante estos meses de crisis sanitaria ha supuesto "un retraso" para ellos. "Este año de covid ha provocado que la enfermedad de Alzheimer avance de forma más rápida. Ha habido familiares que nos han dicho: 'En dos meses ha avanzado rapidísimamente'", sostiene.
Y si para los enfermos de alzhéimer la pandemia ha supuesto "el doble de afectación", para sus cuidadores les ha puesto en una situación límite. "A nivel emocional les ha afectado mucho. Pasaron de poder contar con los recursos de Afedaz, que para ellos es un desahogo emocional y mental, a tener que atenderlos 24 horas. Llega un momento en que no pueden más. El servicio de apoyo psicológico ha sido también muy solicitado", dice Teresa Díaz de Teran.
Por su parte, Pedro Salazar hace hincapié en que las familias están pasando un año "duro". "En mi opinión, a nivel psicológico ha sido más duro para el cuidador-familiar que para el usuario", asegura.
El centro de día de Afedaz -con una capacidad de 54 plazas en condiciones normales- ha tenido que readaptar espacios y aminorar usuarios por la crisis sanitaria que atravesamos. En estos momentos, para pacientes en fase moderada la capacidad se ha reducido un 30% y en fase leve, un 15%. "Está funcionando cumpliendo las directrices que nos marcan y no podemos compartir espacio con la residencia. Hemos tenido que adaptar las salas a que se garanticen los metros de seguridad, proporcinar a todos los usuarios mascarillas e hidrogeles, tomar la temperatura y el índice de saturación (tanto a la entrada como a la salida) y establecer un protocolo con la empresa de prevención de riesgos por si tuviéramos un caso de covid", explica el director gerente.
En cuanto a la residencia, ha estado sin casos de virus y abierta en todo momento. "Los usuarios, que tienen la enfermedad muy avanzada, han estado atendidos exactamente igual o incluso más que antes de la pandemia. Nos anticipamos y en febrero hicimos acopio de material, que nos ayudó al principio a mantener el centro libre de covid. Ha costado mucho sacrificio y esfuerzo de los trabajadores y las familias", añade .
