noticia patrocinada

La residencia Rey Ardid Rosales se prepara para recibir a los primeros residentes

En el centro, especializado en alzhéimer, se ultiman los detalles estos días para acoger a los usuarios que llegarán en menos de una semana.

El edificio de la residencia gira en torno al jardín o patio interior.
El edificio de la residencia gira en torno al jardín o patio interior.

La residencia Rey Ardid Rosales de Zaragoza, centro para mayores especializado en la asistencia a personas con alzhéimer y demencia, ya es una realidad a falta de que lo disfruten sus primeros usuarios, cuya llegada está prevista para el próximo lunes 19 de octubre. Así lo afirma Paula Álvarez, su directora, que reconoce estar muy contenta con la acogida que está teniendo y con la creciente demanda de residentes, mientras explica que en estos días previos se centran "llevar a cabo las visitas a la residencia para todas las familias e interesados que quieran conocer las instalaciones, nuestra metodología de atención y cuidado y a nosotros mismos", y añade: "Nos estamos dedicando a asesorar y dar toda la información que precisan las familias para poder elegir un centro especializado como este, y por supuesto, acompañándoles en la decisión y ofreciéndoles nuestro apoyo". 

RESIDENCIA REY ARDID ROSALES
DirecciónJohann Sebastian Bach, 2 
(Rosales del Canal)
Teléfonos976 740 474 / 674 263 683
Emailrmrosales@reyardid.org

Desde la dirección, y junto con la opinión del equipo de profesionales que integra la residencia, se apuesta por un acceso escalonado de los usuarios para poder ofrecer un buen servicio y realizar así una valoración inicial pormenorizada de cada caso que determine el itinerario de atención que hay que seguir a través de objetivos, acciones y las respectivas evaluaciones. Esto, según Álvarez, es fundamental para que se puedan adaptar las terapias y el personal a las necesidades de las personas mayores.

Sentirse como en casa

La primera impresión que se llevarán los mayores al entrar en las nuevas las instalaciones de Rey Ardid Rosales será "el calor de hogar" que se ha procurado crear en todos y cada uno de los espacios de la residencia, tal y como explica La directora Paula Álvarez. A esto favorece que el centro se distribuye en lo que se conoce como salas de convivencia, o miniresidencias, que constan de zonas privadas como habitaciones, contiguas a las salas, o integradas en ellas, y zonas comunes como el comedor y la salas de estar, para evitar los grupos grandes de residentes y contribuir así a su tranquilidad y seguridad. Del mismo modo, estos grupos también cuentan siempre con los mismos cuidadores profesionales.

El diseño, los colores y la propia distribución del edificio redunda en la idea de crear un ambiente familiar. Este gira en torno a un gran jardín con la idea de aprovechar al máximo la luz natural y ofrecer un espacio ventilado y al aire libre para la realización de actividades y conectar a los mayores con el exterior. La nueva residencia es la primera en España que sigue el modelo 'passiv house' en la construcción, ofreciendo una ventilación constante y un aislamiento térmico necesarios, entre otras ventajas de carácter sostenible y medioambiental que tienen su reflejo en el bienestar de los mayores.

Los programas de atención que se brindan desde la residencia trascienden al propio usuario y alcanzan a sus familiares, al propio personal del centro, a la comunidad social y a la comunidad científica, colocando a Rey Ardid Rosales en el foco de atención de la investigación y los avances sobre el alzhéimer.

Innovadoras son también sus terapias no farmacológicas para fomentar la autonomía y el bienestar de los residentes. La directora señala que trabajan con: musicoterapia, terapia asistida con animales, con muñecas, además de llevar a cabo distintos ejercicios de estimulación cognitiva, como reminiscencias, talleres de memoria o estimulación sensorial en nuestro jardín terapéutico. Esto se acompaña por una apuesta por el ejercicio físico y la rehabilitación funcional. "Trabajamos con lo que se denomina actividades significativas, relativas al día a dia, como comprar, cocinar o cuidar del huerto que ayudan a participar de tu dia a través de lo cotidiano", explica la Álvarez, quien añade que son actividades que en sus casas no las pueden hacer porque necesitan acompañamiento y una intervención gradual por parte de los profesionales. "Esto es posible cuando conocemos a nuestros residentes, cuando respetamos y ponemos en valor su dignidad, sus deseos, sus preferencias, su historia de vida, cuando el cuidado y el personal que le atiende se centra en la persona, protege su intimidad y sus decisiones, cuando se sigue teniendo el control de tu vida", concluye la directora de la residencia.