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La facturación se hunde en la capital turolense por el confinamiento

Los comerciantes prevén una caída de ingresos del 40% en Navidades si no se levantan las limitaciones de movilidad.

Algunos comercios cerrados salpican ya la céntrica calle de San Juan de Teruel.
Algunos comercios cerrados salpican ya la céntrica calle de San Juan de Teruel.
Jorge Escudero

El comercio de Teruel prevé una caída del consumo de entre el 30% y el 40% en las próximas Navidades respecto a las mismas fechas de 2019 como consecuencia de la crisis derivada de la pandemia y, sobre todo, por el confinamiento, que ha privado a los establecimientos de la ciudad de la clientela de las poblaciones del entorno y de los turistas. El impacto de la caída es más significativo si se tiene en cuenta que para algunos negocios las ventas navideñas suponen el 40% de la facturación anual.

Los comercios de la capital turolense se aferran a la esperanza de que las restricciones de movilidad impuestas por la covid-19 se relajen en la campaña navideña, aunque ya trabajan en alternativas para minimizar los daños si las limitaciones persisten. Entre las medidas puestas en marcha, figura el proyecto Marketplace, lanzado con el Ayuntamiento y que pretende reforzar la presencia del pequeño comercio en internet, una vía de comercialización poco explotada hasta el momento. Esta plataforma digital podría estar operativa a mediados de diciembre. También sigue adelante la posibilidad de comprar bonos promovidos por el Consistorio con un descuento del 20% para el cliente.

El Centro Comercial Abierto (CCA), que aglutina la oferta comercial y hostelera del casco antiguo de la ciudad, trabaja también en campañas de "sensibilización" para que los vecinos hagan sus compras en tiendas de Teruel en lugar de recurrir a otras opciones.

El gerente del CCA, Rodolfo Pangua, explica que todas las medidas puestas en marcha por las asociaciones del sector con el respaldo del Ayuntamiento intentan "evitar que los comerciantes se arruinen, aunque es seguro que van a perder mucho dinero". Pangua añade que de los tres pilares que soportan el consumo local –los vecinos de la ciudad, compradores de poblaciones del entorno y turistas– solo queda uno en pie, la clientela local. "Así es muy difícil mantener el equilibrio", resume gráficamente el gerente del CCA.

La contracción de la demanda con el confinamiento ha provocado ya una serie de cierres por goteo y el sector teme que el ritmo se acelere tras las Navidades. El parón generado por el confinamiento es "fatal" para el comercio, como destaca Rosendo López, propietario de ocho establecimientos en la ciudad. A su juicio, el balance navideño "dependerá de si puede o no venir la gente de los pueblos de los alrededores de la ciudad" porque, de lo contrario, estima que las ventas caerán casi a la mitad.

"La gente anda despistada y hay miedo"

Para Luisa Perruca, propietaria de una céntrica librería, lo peor de la situación actual es la "incertidumbre" respecto a la movilidad y las restricciones horarias. "La gente anda despistada y hay miedo", admite la empresaria. Añade que ante la expectativa de que las reuniones familiares y de amigos se verán limitadas en las próximas fiestas navideñas, la compra de regalos ha caído. Los compradores limitan las visitas a la librería al máximo y ya no entran a ojear libros para luego decidir, sino que llegan con el título elegido, lo compran y se marchan.

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