ARAGÓN

Ni premios ni castigos ni culpas: las claves para comidas con niños sin discusiones

Alba Santaliestra, experta en nutrición infantil y relaciones familiares y presidenta del Colegio Profesional de Nutricionistas de Aragón, ha creado la Academia de Aprendizaje para Padres.

Alba Santaliestra, experta en nutrición infantil y relaciones familiares, acaba de lanzar la Academia (online) de aprendizaje para padres.
La aragonesa Alba Santaliestra, experta en nutrición infantil y relaciones familiares y profesora asociada en la Universidad de Zaragoza.
A. S.

Una relación poco saludable con la comida es la que origina muchos de los trastornos de conducta alimentaria en adolescentes y adultos. Es la advertencia (basada en estudios científicos) que hace Alba Santaliestra, experta en nutrición infantil y presidenta del Colegio Profesional de Nutricionistas de Aragón, que acaba de crear la Academia ('online') de Aprendizaje para Padres.

"Pretendo ayudar a familias que sufren con la alimentación de sus hijos para darles herramientas para poder comunicarse de forma más efectiva, sin culpas ni remordimientos ni gritos, y logrando alcanzar objetivos realistas en relación con la comida", subraya esta mamá primeriza, que reconoce que todos los padres se sienten desbordados en algún momento. "La crianza está como muy idealizada. Todo el mundo habla de lo maravilloso que es tener un hijo y poco de los conflictos", observa.

Santaliestra señala que muchas veces los padres utilizan la alimentación como un vehículo muy negativo. Y pone dos ejemplos extremos: el decir a un hijo que si se porta mal tendrá verduras para comer y si se porta bien, un helado. "Esto genera en los niños -que son los futuros adultos- una relación muy poco saludable. La comida no es ni buena ni mala; no es un premio y tampoco es un castigo. Los adultos tenemos que aprender a comunicar", apunta.

También habla de creencias (nutricionales) erróneas de los progenitores. Una, que los pequeños coman "mucha chicha" porque es lo que les va a hacer crecer. "La carne es importante, pero el resto de alimentos también", dice. Dos, que se tomen el zumo rápido para que no se evaporen las vitaminas. Tres, que un zumo equivale a comer una fruta. "Cuando la realidad es que se comporta como si se estuvieran tomando un refresco", informa. Cuatro, que es mejor que coman algo a que no ingieran nada. "Así se quedan tranquilos. En niños mal comedores recurren a ofrecerles siempre los mismos alimentos porque saben que se los van a tomar. Tampoco es cuestión de estar siempre discutiendo, pero tal vez deberían trasladarles la importancia de diversificar. Es un tema de saber cómo gestionar ese sentimiento de culpa que a veces tienen los padres. Nace de esa sensación de impotencia y esa bola de nieve crece. Al final, el niño sabe que a veces montando el circo en según qué situaciones va a tener lo que quiere", remarca. Y cinco, el recelo al pescado por el tema de las espinas. "Hay familias que les da aprensión y lo evitan en lugar de pensar que necesitan un poco más de tiempo (a la hora de las comidas) o seleccionar más variedades. Muchas veces es la excusa perfecta de progenitores que consumen poco pescado", opina.

Para esta nutricionista, un niño debe comer mucha variedad de alimentos frescos o procesados de forma saludable. Esto engloba carnes, pescados, huevos, legumbres, verduras, frutas y conservas (de pescado, verduras...). "Es importante que tenga una alta presencia de alimentos de origen vegetal, unido a un bajo consumo de (productos) procesados (con alta cantidad de azúcares y grasas)", aconseja.

Asimismo, es una "fiel" defensora de los lácteos en la infancia. Ahora bien, considera que en los lineales de los supermercados nos encontramos con muchos postres lácteos y pocos yogures. "Leche y fermento lácteo, eso es lo que necesita un yogur. En el momento en el que tenemos azúcar o edulcorantes en los ingredientes, eso ya no es yogur. Todos esos yogures de frutas, muchos activia bio.... O tienen un contenido de azúcar alto o edulcorantes", insiste. También es una enemiga de los dulces, pero reconoce que hay que saber ser flexibles. "Si no al final a ese niño le generas una obsesión. Desde el sentido común si algún día vamos fuera y toman chucherías no pasa nada. Si lo conseguimos trasladar en ambos sentidos es lo más importante. Lo que tú hagas en casa es más del 90% del éxito, sobre todo en las primeras edades", asegura.

"Lo que los padres hagan en casa es más del 90% del éxito, sobre todo en las primeras edades"
"Los progenitores tienen que ser el ejemplo que piden a sus hijos"
"Hay que permitirles que regulen las cantidades de comida que se quieren comer; que muestren sus sensaciones de hambre y saciedad"

Con todo lo expuesto, ¿los niños aragoneses se alimentan bien? A su juicio, un 40% sí y el otro 60% no. "A veces cuando recojo a mi hijo salgo espantada con las meriendas de otros niños", comenta esta profesora asociada en la Universidad de Zaragoza, que trabaja además en un grupo de investigación (Genud) sobre prevención de enfermedades relacionadas con la alimentación en niños y adolescentes. No obstante, destaca que hay que ser realistas porque no se puede pedir que coman correctamente cuando los adultos tampoco se alimentan "estupendamente". 

Entre las herramientas-clave esenciales que traslada a los padres, la primera es que sean el ejemplo que piden a sus hijos. Después que no utilicen la comida como un vehículo sentimental. "Vamos a intentar comer bien pero sin premios ni castigos ni chantajes", afirma. También involucrar a los pequeños en la preparación, diseño y compra de los alimentos; tener disponible aquellos que les gustaría que comieran sus hijos ("no los que saben que se comen") y permitirles regular las cantidades que quieren. "Que muestren sus sensaciones de hambre y saciedad porque muchas veces les forzamos. Consideras que el plato debe quedar vacío, porque a ti así te lo han enseñado, y luego ocurre que tenemos niños que no controlan lo que comen", sostiene.

La Academia de Aprendizaje para Padres (albasantaliestra.com) está enfocada a familias con menores de 2 a 12 años, edades en la que los progenitores tienen el rol principal de modelar la educación de sus hijos. El próximo 13 de septiembre se lanzará la primera formación (a precio reducido), en la que se trabajará la nutrición, la mentalidad y la comunicación efectiva. Hasta entonces los interesados pueden unirse a la comunidad de Santaliestra de forma gratuita. "Hay dos grupos que han empezado con un reto de 30 días en los que les animo a pasar de las discusiones a la claridad en torno a las comidas (a través de 'emails' en los que les da consejos diarios)", detalla Alba. Un proyecto cuyo fin último es el bienestar.

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