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Los nutricionistas piden que Sanidad les reconozca: "El paciente tiene el derecho a recibir el mejor tratamiento"
Aragón es una de las seis comunidades autónomas en las que los dietistas-nutricionistas no tienen categoría profesional en el sistema de salud pública.
Aragón fue la comunidad autónoma española "más rápida" en contar con un Colegio Profesional de Dietistas-Nutricionistas (en 2008), pero está "a la cola" de la incorporación de estos profesionales en el sistema público de Salud.
Tal y como reivindican desde este Colegio, todavía siguen "peleando" por tener reconocida la categoría profesional (que les permitiría trabajar en la Sanidad pública) cuando, por ejemplo, en Cataluña hay 150 dietistas-nutricionistas en Atención Primaria o en Galicia 94. "Solo quedamos seis comunidades sin el reconocimiento a este profesional. Si el sistema aragonés de salud invirtiera en nosotros, como lo han hecho en otras regiones, los aragoneses no se encontrarían en desventaja", critican.
Su presidenta, Alba Santaliestra, recuerda que son profesional sanitario reconocido por la ley nacional (de ordenación de las profesiones sanitarias) y, como tal, deberían estar a cargo de cubrir todos aquellos problemas relacionados con la nutrición. "Es un derecho tener una alimentación saludable y el profesional que se encarga de ello somos nosotros. Es el que está actualizado en esta temática. La realidad es que nos encontramos (en pacientes que ven tras ser atendidos en el sistema público) con pautas dietéticas del siglo pasado", apunta.
Por su parte, Mapi Herrero, especializada en nutrición pediátrica y con consulta propia, habla de pediatras "muy desactualizados". "La información (nutricional) que dan a las familias es de hace 20 o 30 años; lo mismo que les decían a mis padres cuando iban conmigo a la consulta. Si estuviéramos incorporados podríamos liberar este tiempo de consulta para que el pediatra se dedicara más a la parte de la salud. Y lo mismo en pacientes adultos", explica la también vocal de sanidad del Colegio, que remarca que la alimentación es parte del proceso de recuperación del paciente y de prevención de enfermedades. "Y si no podemos tener personal especializado para trabajar esta parte, la calidad asistencial no está siendo 100% adaptada a lo que el paciente necesita", añade.
De las diez enfermedades que a día de hoy causan más mortalidad (algunos tipos de cáncer, enfermedades cardiovasculares....), siete de ellas se pueden controlar si se mejora la alimentación, según indican desde el Colegio de Dietistas de Aragón. "Por cada euro invertido en pautas de nutrición se revierten en el sistema entre 75 y 105. Nuestra función principal de mayor ahorro es la prevención. Hay que invertir en este profesional para lograr una reducción de costes; la covid nos ha llevado a comprender la importancia de la prevención", advierte Santaliestra.
Pero, más allá del ahorro económico para las arcas públicas, para la presidenta del Colegio lo prioritario es que el ciudadano tenga el apoyo nutricional que su patología requiera. "En ningún caso queremos quitar el trabajo a nadie sino colaborar y mejorar. Al final, el paciente tiene el derecho a recibir el mejor tratamiento", afirma. A lo que Herrero añade: "Lo que pretendemos es sumar. Si hay muchos profesionales que hacen muy bien su trabajo, terminar de poner como la guinda al pastel de la asistencia (sanitaria). Aportar nuestra parte de conocimiento y experiencia a lo que ellos hacen muy bien".
Orden anulada de 2018
Desde el Colegio reclaman que el Gobierno aragonés y el Salud apuesten por que tengan la tan ansiada categoría profesional y se puedan convocar las diferentes plazas. "Este procedimiento es un trámite administrativo, que tienen que tener la voluntad de hacerlo", dice la presidenta, quien recuerda que en 2018 creyeron que había interés de reconocerla con la orden San/973/2018, de 5 de junio "por la que se crea la categoría estatutaria de titulado/a superior en Nutrición y Control de Alimentos en el ámbito de los centros sanitarios del Servicio Aragonés de Salud".
Para el Colegio, la titulación exigida era una descripción "confusa de difícil interpretación", que podía dar lugar a un intrusismo profesional, y las funciones recogían "una vaga descripción de competencias", en lugar de las recogidas en la ley de profesionales sanitarias y específicas para la profesión. Por ello, recurrieron la creación de esta categoría y la Justicia les "dio la razón" y la "anuló". "Se creó una categoría que nosotros llamábamos cajón de sastre -porque aunaba a profesionales de distintos ámbitos-, cuando debía ser diplomatura o grado en Nutrición Humana y Dietética. Este era un problema importante porque si no defines de base cuál es la formación necesaria para acceder a la categoría das lugar a muchos vacío legales", detalla Santaliestra, quien indica que la última reunión con la DGA y Salud fue dos años. "Seguimos igual, sin noticias y sin ningún avance".
La primera promoción de dietistas-nutricionistas de la Comunidad salió en 2004 y desde entonces hay más de mil profesionales formados en la Universidad de Zaragoza (cursan el grado en la Facultad de Ciencias de la Salud y del Deporte en Huesca). Según informan desde el Colegio, seis de cada diez ejercen en consultas privadas, uno suele estar vinculado a la investigación y docencia, y los otros tres trabajan en el ámbito de restauración colectiva (empresas de catering). "Ojalá algún día lleguemos a parecernos un poco al Reino Unido, donde los dietistas-nutricionistas están totalmente integrados dentro del equipo médico. Mi modelo a seguir es ese, aunque en España hay comunidades que han avanzado mucho", opina Mapi Herrero. De momento, Aragón no está entre ellas.
