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Crecen las intolerancias: "Cuanto más tarde introduces los alimentos a los bebés más probabilidad hay"
En torno al 7 % de las niños sufren alergia a los alimentos, una enfermedad cuya prevalencia se ha duplicado en pocos años, según la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica.
Aquello de introducir a los bebés cada alimento poco a poco a una edad determinada ha pasado la historia. Ese famoso calendario se retiró y la mayoría de pediatras ya recomienda incluir en la dieta, a partir de los seis meses, cualquier tipo de alimento de manera progresiva. "Una incorporación retrasada de los alimentos en bebés no disminuye el riesgo de sufrir alergias, tal y como piensan algunos. Se puede empezar con cualquier tipo de alimento de forma progresiva desde los 6 meses de vida", asegura la presidenta de la Asociación Aragonesa de Pediatría de Atención Primaria, Elena Javierre, presidenta de la Asociación Aragonesa de Pediatría de Atención Primaria, que asegura que hay un estudio que demuestra que introducir el huevo de manera precoz reduce en un 56% la probabilidad de sufrir una alergia.
De la misma opinión es Alba Santaliestra presidenta del Colegio Oficial de Nutricionistas, que asegura que hay evidencia científica que lo demuestra. "Se recomienda que antes del año, los niños hayan probado la mayor parte de los alimentos que hay. Así se disminuye la probabilidad de sufrir alergias y también ayuda a que los productos sean mejor aceptados por los niños", apunta.
Alejandra Bastarós es nutricionista especializada en la edad pediátrica y a diario trata en consulta casos de alergias e intolerancias. "Las intolerancias surgen cuando se inicia la alimentación complementaria, a los seis meses. Ahora muchos defienden que se empiece antes pero el estómago solo está preparado para la leche de lactancia. A partir de esa edad, los estudios demuestran que cuanto más tarde se comienzan a introducir los alimentos, más posibilidad existen de desarrollar una alergia. A excepción de los frutos secos, por su estructura y los pescados grandes. Tampoco es recomendable comer en exceso verduras de hoja verde", reconoce.
Compañera de profesión es Patricia Lambea, nutricionista clínica, que trabaja a diario con niños y jóvenes que sufren intolerancias. Esta profesional aconseja no dar los alimentos nuevos a los bebés por la noche, ya que "es importante ser conscientes de la reacción que pueden tener".
En torno al 7 % de las niños sufren alergia a los alimentos, una enfermedad cuya prevalencia se ha duplicado en pocos años, según la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC). El huevo, la proteína de la leche de vaca, el pescado y las leguminosas como el garbanzo, frutas y frutos secos son, en ese orden, los alimentos potencialmente alergénicos.
Diferenciar alergia de intolerancia
Javierre sostiene la relevancia de diferenciar entre alergia, intolerancia y reacción adversa. "Una alergia es una reacción inmunológica a un alimento, mientras que una intolerancia es la incapacidad de poder metabolizar un producto", reconoce la pediatra, que define reacción adversa como la acción en la que el organismo rechaza sustancias de forma natural.
Los expertos alertan de que, con el auge de intolerancias alimentarias, la población general puede confundir los síntomas, porque en ocasiones son similares, pero son dos afecciones que difieren considerablemente entre sí ya que la alergia puede llegar a provocar la muerte mientras que la intolerancia "no supone un peligro vital", explica la doctora Isabel Ojeda, miembro del Comité de Alergia Infantil de la SEAIC.
Una persona que sufre intolerancias a alimentos, experimenta síntomas digestivos crónicos, hinchazón, dispepsia, diarrea o estreñimiento y, en ocasiones, otros síntomas como astenia, migrañas, dolores corporales, aturdimiento mental, picores y reacciones cutáneas.
Las reacciones por alergia son inmediatas, bruscas y repentinas tras la toma del alimento o alimentos que la provocan y puede manifestarse picores, rojeces, urticaria, angioedema, ahogo, tos, falta de aire, autoescucha de sibilancias, dolor abdominal, vómitos, diarrea, mareo, visión borrosa, desmayo o pérdida de conocimiento.
Más causas que justifican el incremento de intolerancias
"Se ha detectado un incremento importante de intolerancias, aunque la causa es todavía desconocida. Es cierto que puede influir la alimentación. Al fin y al cabo, en los últimos años, hemos cambiado las costumbres y los productos que consumimos tienen más aditivos y edulcorantes, entre otros ingredientes. Además, muchos se someten a procesos ultraprocesados", reconoce Javierre.
En referencia a esta cuestión, Patricia Lambea asegura que el consumo de edulcorantes y otros compuesto pueden dañar la "microbiota" y "eso se puede expresar en una mala tolerancia de los alimentos", sostiene. "También puede influir el sedentarismo, el alcohol, las drogas, los fármacos y los ultraprocesados", añade. En todo caso, esta especialista asegura que detrás de la mayoría de intolerancias están otras enfermedades como las digestivas.
Cómo detectar una intolerancia o una alergia
La presidenta del Asociación Aragonesa de Pediatría de Atención Primaria asegura que los test que venden en farmacia para determinar la sensibilidad a ciertos alimentos no son válidos. "Cuando existe una sospecha, lo mejor es dejar de consumir el producto entre dos y cuatro semanas y volver a tomarlo después. Si los síntomas regresan, eso significa, con una alta probabilidad, que sufres una intolerancia", explica, aunque advierte de que en el caso de que las reacciones sean extremas, es conveniente acudir a un centro médico.
"Para prevenir las intolerancias alimentarios, lo ideal es comer lo más saludable posible, evitando precocinados y alimentos especialmente industrializados", asegura Javierre.
