La joven aragonesa que une su pasión por la montaña con los 'bullet journal'

Blanca Jiménez cuenta sus aventuras por la montaña a través de dibujos, fotografías y recuerdos que recoge en un cuaderno en forma de diario.

Blanca Jiménez con sus dos 'bullet journal'
Blanca Jiménez con sus dos 'bullet journal'
B. J.

Acción y creatividad no son incompatibles. Al menos así lo demuestra Blanca Jiménez, una joven aragonesa de tan solo 21 años, que ha logrado unir dos de sus pasiones en la vida: su amor por la montaña y su pasión por los ‘bullet journal’, aquellos diarios de viñetas que se idearon como método de organización. Y es que desde hace ya cinco años esta zaragozana recoge cada salida a la montaña en este diario. Pero no es un diario cualquiera, en cada entrada dibuja mapas, recrea los lugares qué más le han impresionado, adjunta fotos y cuenta anécdotas, incidentes y curiosidades

"Mi padre ha sido mi guía de montaña particular. Él ha sido la persona que me ha inculcado esta afición y con 14 años subí a mi primer pico: el Moncayo", explica Jiménez. "Sin embargo, no fue hasta 2016, momento en el que tenía 16 años, cuando empecé a documentarlo en forma de diario. Desde siempre me había gustado dibujar y colorear y, aunque alguna vez había escrito alguna historieta, de pequeña nunca fui de diarios. Escribía uno o dos días cuando te compraban algún diario, pero nunca había sido de esas personas que le dedican tiempo a recoger su día de forma escrita". 

Eso sí, lo que al principio empezó como una forma de documentar y recordar sus aventuras en la montaña, ahora ya se ha convertido en un arte. "Ha cambiado mucho la forma de recoger mis viajes. Ahora me lo curro mucho más, guardo hasta las facturas o tickets de los sitios que visitamos para luego incluirlos", anota esta zaragozana que estudia Trabajo Social en la Universidad de Zaragoza. "Soy muy perfeccionista". 

De hecho, tal es el tiempo que dedica a las entradas de su particular ‘bullet journal’ que puede llegar a tardar lo mismo en tiempo en recrear sus viajes que lo que duraron. "Depende mucho del viaje, pero la realidad es que una aventura de fin de semana me puede llevar dos o tres días documentarla", señala la misma. Y es que no solo intenta que todo quede documentado con fotografías, dibujos propios o recuerdos del camino, sino que además, como Jiménez apunta, todo debe quedar "mono". "Invierto en materiales y también intento mezclar diferentes tipos de caligrafías para resaltar los títulos. Es en Instagram donde encuentro más inspiración sobre 'lettering' y es por ello por lo que he decidido compartir mi cuaderno a través de esta red social. Al final se une lo más analógico con lo digital". 

Esta autodidacta, pues no ha recibido ni un solo curso de dibujo, "además de lo que todo el mundo ve en el colegio", sueña con poder dedicarse a ello. "Sería una fantasía, pero también me encanta Trabajo Social. Así que ojalá simplemente pueda tener un trabajo que requiera creatividad", asegura Jiménez, que dedica parte de su verano a un voluntariado. 

Eso sí, saca tiempo para realizar los encargos que recibe, sobre todo a través de las redes sociales. Y es que, aunque sabe que dedicarse a hacer ‘bullet journal’ exclusivamente "sería muy difícil", sí está recibiendo encargos de empresas y particulares. "Me piden darle forma bonita a una historia. Ellos me dicen qué quieren contar y yo me encargo de organizarlo y plasmarlo con dibujos, letras y fotografías", detalla Jiménez. "Es un regalo perfecto". 

Tal es así que esta zaragozana lo utilizó como regalo para su pareja. "Como regalo de mesiversario siempre nos damos alguna cosita y se me ocurrió recrear nuestro primer viaje juntos", cuenta la misma. "Ahora, ya es casi una tradición. Cada vez que viajamos narro el viaje en este cuaderno de bitácora. Disfruto muchísimo volviendo a recordar todo lo que nos ha pasado desde anécdotas hasta incidentes divertidos". 

Pero realmente "el niño de sus ojos" es el dedicado a la montaña porque ha crecido con ella. Y es que al igual que sus entradas ahora son "más curradas" y "monas", también sus aventuras son "más complejas", puesto que lo que empezó con una subida al Moncayo está continuando con una subida al Aneto o realizando la ruta de los tres refugios, la ruta que pasa por el refugio de Estós, el refugio de Viadós y el refugio de Ángel Orús.

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