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Fin de las clases en la Universidad: "Es necesario que la docencia sea presencial. Esta etapa es una experiencia de por sí"

Los 27.006 alumnos de grado de Unizar se enfrentan a partir de la próxima semana a los exámenes finales.

Estudiantes en el campus de la plaza San Francisco, en Zaragoza.
Estudiantes en el campus de la plaza San Francisco, en Zaragoza.
Toni Galán

"Más que nunca tengo ganas de vacaciones. Ha sido un curso muy extraño y diferente (en referencia al coronavirus); adaptarse siempre es duro y todos estamos deseando que se acabe". La reflexión de Magdalena Sopeña, de 21 años y estudiante de tercero de Filología Hispánica en la Universidad de Zaragoza, es compartida por otros jóvenes que se encontraban en el campus de la plaza de San Francisco este viernes, último día de clases. La institución académica cuenta este curso con 27.006 alumnos de grado, que en breve se tienen que enfrentar a los exámenes finales de junio.

Magdalena los tiene del 3 al 18 de junio e intenta llevar al día los estudios. Esta mañana ya estaba a las 8.30 en una de las bibliotecas de Unizar para coger sitio. Ante la reducción de aforos –limitados al 50%– que obliga la covid, la institución ha habilitado nuevos espacios para garantizar que buena parte de los universitarios que así lo deseen puedan estudiar en sus instalaciones. No obstante, esta joven dice que no es fácil encontrar un hueco. "Tienes que venir temprano a la biblioteca y quedarte todo el día. Cuando salimos a comer dejamos la mochila y los libros en el sitio y volvemos enseguida para que no nos lo quiten", comenta.

Esta universitaria zaragozana terminó las clases el jueves: la mitad han sido presenciales y la otra mitad, 'online' por la crisis sanitaria. Ella prefiere ir al aula y preguntar 'in situ' las dudas al profesor. "Capto mejor los contenidos y por internet es más complicado; no se presta atención de la misma manera. Todo se automatiza y se pierde la parte social y académica de la Universidad", afirma, al tiempo que resalta que durante el curso se han cumplido todas las medidas de seguridad para evitar contagios y felicita al profesorado. "Con la nueva situación se han tenido que adaptar muy rápido y lo han hecho lo mejor que han podido", indica. No obstante, expresa una queja: "Un profesor se puso enfermo y tardaron dos meses en encontrar un sustituto; nos dejaron un poco en el aire en esa asignatura".

Magdalena Sopeña, estudiante de Filología Hispánica, este viernes en el campus de la plaza San Francisco.
Magdalena Sopeña, estudiante de Filología Hispánica, este viernes en el campus de la plaza San Francisco.
Heraldo.es

Por su parte, el joven oscense Miguel Egido, de 18 años y estudiante de primero de Derecho, considera que ha tenido "mucha suerte" porque todas las clases han sido presenciales. "Hasta a mí me sorprendió; no era así en otros cursos del mismo grado. Y, por ejemplo, mi hermano estudia el primer año de Ingeniería Informática en el campus Río Ebro y en su caso ha sido todo 'online'. Es necesario que las clases sean presenciales, se aprende mucho más y la Universidad es una experiencia de por sí. Conoces gente y tienes un trato cercano con los profesores", señala.

Miguel -que reside en el Colegio Mayor Universitario Pedro Cerbuna- acabó las clases este jueves y, a partir del próximo miércoles, se tendrá que enfrentar a un examen por semana hasta el 22 de junio. "Llevo todo el curso bien", admite.

El joven oscense Miguel Egido, en el campus de la plaza San Francisco.
El joven oscense Miguel Egido, en el campus de la plaza San Francisco.
Heraldo.es

También para Ana Laiglesia, de 18 años, ha sido el primer año universitario. Estudia Magisterio Infantil y este viernes ha tenido sus últimas clases 'online'. "La próxima semana nos conectaremos para resolver dudas: los exámenes son del 3 al 25 de junio. Tengo ganas de que se acabe; se acerca el verano y la libertad", dice esta joven, que tiene previsto en los meses estivales hacer algún viaje con amigas y estudiar (le han quedado para septiembre varias asignaturas del primer cuatrimestre).

A lo largo del curso, Ana ha compaginado una semana de clases presenciales y otra 'online'. Ella prefiere acudir a la Facultad de Educación, aunque el método elegido debido a la crisis sanitaria le parece bien. "Siempre es mejor ir una semana que ninguna. Nos dividieron en dos grupos y nos hemos sentado en el mismo sitio para no intercambiar las mesas, que en todo momento se desinfectaban. Todas las medidas de seguridad se han cumplido y no he tenido miedo a contagiarme del virus. En cambio, he pasado algo de frío en invierno con todas las ventanas abiertas. Y lo que he visto contradictorio es que todos los exámenes han sido presenciales y hemos acabado todos juntos en la Facultad", afirma esta joven, que este viernes se ha trasladado por la mañana a estudiar a la biblioteca de Económicas.

La joven Ana Laiglesia en la Facultad de Económicas, este viernes en Zaragoza.
La joven Ana Laiglesia en la Facultad de Económicas, este viernes en Zaragoza.
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Mientras, Camila Pérez, de 20 años y estudiante de segundo de Económicas, se ha enfrentado a un examen de macroeconomía tras concluir las clases este martes. "Hasta el 30 de junio hay pruebas. Tengo muchísimas ganas de vacaciones para descansar un poco. Ha sido un curso duro por el temario más que por la covid; y la mayoría de los profesores se han portado bien y, en algunas asignaturas, nos han ayudado con material 'online' extra", subraya.

De cara al próximo curso 2021-2022, esta joven zaragozana preferiría que todas las clases fueran presenciales. "En casa no me concentro; en cambio viniendo a la Facultad prestas más atención, no estás aislado y te encuentas en un ambiente universitario", comenta. Asimismo, recuerda las bajas temperaturas que padecieron en invierno en su aula. "Te podías morir de frío con todas las ventanas abiertas. El profesorado también se quejó".

La joven Camila Pérez estudia segundo de Económicas.
La joven Camila Pérez estudia segundo de Económicas.
Heraldo.es

Gerardo Brun -de 24 años y en último año del doble grado en DADE- estima que hasta febrero de 2022 no se volverá a una 'normalidad' en el campus universitario. "Cuando haya más gente vacunada", destaca este joven de Sabiñánigo después de salir de la Facultad de Derecho tras entregar a su director de trabajo los últimos informes. "Todo está con mucha menos vida, que es normal en tiempos de pandemia", añade.

También él se decanta por las clases presenciales (en Administración y Dirección de Empresas han sido 'online' para los alumnos del último curso y en Derecho, mixto). "Me quedo con el contacto humano con profesores y alumnos. Todo es más inmediato y si tienes alguna duda no tienes que tirar de correo electrónico", explica.

Gerardo Brun estudia el doble grado en Derecho y Administración de Empresas.
Gerardo Brun estudia el doble grado en Derecho y Administración de Empresas.
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Gerardo califica de "impecable" las medidas de seguridad en Derecho, pero le da 'un suspenso' en ventilación. "Hacía mucho frío. O adaptan el sistema de calefacción o buscan una solución con medidores de CO2 o con ventilaciones periódicas", concluye.

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