Cataluña devuelve a Aragón las primeras 23 obras del histórico litigio
El Museo Diocesano de Lérida trasladó este lunes a Barbastro solo una parte de la colección reclamada, contenida en dos pequeñas cajas, el último día que vencía el plazo judicial.
Los bienes aragoneses que a partir de 1894 se llevó el obispo de Lérida a Cataluña, por fin han hecho el viaje de retorno. Culmina así un litigio que ha durado 25 años, en los que los pleitos y las reclamaciones de la Diócesis Barbastro-Monzón han chocado una y otra vez con la negativa a devolver la colección artística de las parroquias aragonesas segregadas de la Iglesia catalana.
Por eso el de este lunes puede considerarse un día "histórico", aunque la satisfacción no sea completa porque de las 111 obras reclamadas, el Museo Diocesano de Lérida solo trasladó 23 al de Barbastro-Monzón, obras menores de liturgia, como cálices, candelabros y campanitas, guardadas en los almacenes y que en su nuevo destino tampoco formarán parte de la colección expuesta al público. En Cataluña permanecen todavía las piezas de mayor valor, entre ellas los retablos, pinturas y esculturas, que ha prometido devolver "en los próximos días", para lo que presentará un plan de entrega.
El traslado se realizó el último día en que vencía el plazo. El juzgado número 1 de Barbastro, encargado de la ejecución provisional de la sentencia dictada el 10 de diciembre del 2019, había ordenado la entrega antes de las 12 de la noche del 15 de febrero. Lérida conocía esta fecha desde hace dos meses, pero todo apuntaba a que no la iba a cumplir, ya que había pedido 16 semanas para montar el operativo alegando gran "dificultad técnica".
Finalmente, a las 16.20 una furgoneta de color rojo procedente de Lérida hizo entrada en el aparcamiento del museo de Barbastro. Dos operarios bajaron sendas cajas, de aproximadamente un metro cúbico, que hacían sospechar del escaso valor del contenido. Al abrirlas se vio que había 23 de las 28 piezas que el Obispado de Lérida ya se allanó a devolver en el juicio reconociendo la propiedad aragonesa.
Revisión ante notario
Una vez recibidas, el equipo del museo desembaló pieza por pieza, tomando nota de cada una y fotografiándolas en presencia de un notario, para certificar el inventario y comprobar su estado de conservación. Luego volvieron al interior de las cajas, ya que por el protocolo anti-covid las piezas deben estar en cuarentena. Se hizo una consulta a Salud Pública para ver si se podían manipular, proceso que se realizó con todas las medidas de precaución, según explicó el director del centro, Ángel Noguero.
Ha sido el anticipo del gran regalo que recibirá el Museo Diocesano de Barbastro, que celebra su décimo aniversario y que este lunes vivió la jornada intensa de su historia. Dentro del museo aguardaban las piezas el obispo, Ángel Pérez, y el consejero de Educación y Cultura, Felipe Faci, quienes desde por la mañana se encontraban allí confiando en que la Generalitat cumpliera con la sentencia y el posterior mandato judicial para la entrega de los 111 bienes.
Ambos ofrecieron una rueda de prensa a las 11.30 en la que recordaron que el auto de ejecución provisional de la sentencia es firme y en caso de no cumplir con el plazo del 15 de febrero se establecerían "multas coercitivas y mensuales, además de responsabilidades penales". Sin embargo, pocos esperaban que la devolución se produciría ese día.
La sorpresa llegó cuando, apenas una hora después, el Museo de Lérida envió un comunicado a los medios catalanes informando que había remitido un escrito al juzgado para anunciar que a lo largo del lunes se procedería a devolver una parte de las obras que tiene en depósito.
El plan ya estaba organizado
De forma inmediata se activó el operativo. Costó poco tiempo desplegarlo. Ya se había organizado para el día que Cataluña decidiera retornar la colección. En el dispositivo de seguridad participaron agentes de la Policía Local de Barbastro, de la Policía Nacional desplazados desde la capital oscense y de la Guardia Civil, que rodearon el edificio del Museo Diocesano.
La expectación en el exterior era máxima, pendientes de saber a qué hora exactamente habían salido de Lérida. Mientras los trabajadores del museo de Barbastro aguardaban dentro del edificio, fuera numerosos periodistas esperaban al furgón.
También se acercó hasta allí el alcalde de Barbastro, Fernando Torres, y posteriormente fueron llegando otros de los municipios de las parroquias afectadas, como los de Tamarite de Litera, Francisco Mateo, o Bonansa, Marcel Iglesias. También estaban los abogados del obispado, Joaquín Guerrero, y del Gobierno de Aragón, Alberto Gimeno, así como la directora general de Patrimonio, Marisancho Menjón.
La diócesis de Barbastro-Monzón ha sido el principal demandante en esta causa, y el Gobierno de Aragón ha actuado como coadyuvante. Recientemente, el presidente Javier Lambán se reunió con el obispo y le ofreció ayuda tanto de asesoramiento técnico para su instalación en el museo como para la restauración de aquellas obras que lo necesiten.
El juzgado acaba de admitir también la intervención del Gobierno de Cataluña porque, aunque los bienes "no están en poder de la Generalitat sino del Obispado de Lérida, no puede obviarse que conforme al artículo 127 de su Estatuto de Autonomía, tiene competencia exclusiva en materia de cultura", y dado su "interés directo".
La jornada de este lunes recordó el día del regreso de los bienes al monasterio de Sijena. Cataluña también se retrasó en la entrega de estas obras de arte, que volvieron en dos partes, en julio y diciembre de 2017. En la segunda entrega, Aragón tuvo que ir a buscarlos con el auxilio de la Guardia Civil, amparándose en una orden judicial, algo que parece que no ocurrirá esta vez teniendo en cuenta el compromiso del Museo de Lérida de presentar un plan para la devolución de las 88 obras que quedan.
