¿Qué obras han vuelto?

El Museo de Lérida entregó ayer algunas de las piezas de menor valor guardadas en el almacén. La mayoría están tasadas entre 100 y 300 euros y pocas superan los 1.000. 

El obispo Ángel Pérez, el consejero Felipe Faci y los alcaldes de Barbastro (Fernando Torres), Tamarite (Francisco Mateo) y Monzón (Isaac Claver), recibiendo ayer las obras.
El obispo Ángel Pérez, el consejero Felipe Faci y los alcaldes de Barbastro (Fernando Torres), Tamarite (Francisco Mateo) y Monzón (Isaac Claver), recibiendo ayer las obras.
DGA

El Museo de Lérida entregó este lunes en Barbastro solo 23 de las 111 piezas que debe devolver por orden judicial. En las dos cajas había muchos pequeños utensilios eclesiásticos como candelabros, cálices, copones, campanitas, un cortador y una cajita para guardar hostias, una concha de bautizar, un píxide (recipiente de pequeño tamaño) o una corona. Todas están datadas entre los siglos XVI y XX y son objetos cotidianos de liturgia de las habituales en las iglesias. En Lérida no habían salido de los almacenes y difícilmente están llamadas a ocupar los huecos que ha dejado todos estos años el Museo de Barbastro para exhibir las grandes piezas de la colección.

Quedan cerca de 90 obras de arte sacro más por recibir, las más valiosas. Y es que hay que recordar que un informe presentado por el Museo de Lérida en el juicio por la demanda del obispado de Barbastro-Monzón tasó en casi 8 millones de euros el conjunto de los 111 bienes. Lo redactó para aportarlo a la causa el conservador Albert Velasco, que declaró como testigo-perito.

Una tasación que hizo en función del valor establecido para las pólizas de seguros cuando hay préstamos a exposiciones temporales y del seguimiento del mercado del arte y las antigüedades en la política de adquisiciones. Para ello tuvo en cuenta el interés cultural e histórico-artístico, el estado de conservación y si había sido restaurada o el grado de excepcionalidad de cada pieza.

Así, entre las que todavía se almacenan en el Museo de Lérida está el frontal de San Vicente de Treserra (Arén), una tabla del sigo XV valorada en 1,2 millones de euros. En este ranquin le sigue el frontal de San Hilario de Buira (Bonansa), una tabla de madera policromada de la Escuela de la Ribagorza del s. XII (900.000).

Además, hay otras tres piezas valoradas en 600.000 euros cada una: el retablo de San Cristóbal (Santaliestra), una pintura sobre madera del s. XV; el retablo de Portaspana (Graus), una pintura sobre madera del s. XV; y el retablo de San Antonio de Villanueva de Sijena, del siglo XV.

En 450.000 euros están tasadas la tabla de San Juan Bautista de Zaidín, una pintura de Martín Bernat del s. XV; y el Nacimiento/epifanía de Binaced, una tabla de pintura al temple del s. XV.

Las diez obras más valiosas se completan con la Virgen de Zaidín, una escultura de piedra policromada del s. XIV (400.000); la tabla de San Martín de Lascuarre, una pintura sobre tabla del maestro de Alfarín del s. XV (350.000); y la tabla de San Blas de Algayón (Tamarite de Litera), del s. XV (300.000).

Las 23 piezas entregadas están incluidas en la lista ‘menor’ de las 28 que Lérida estaba dispuesta a entregar al reconocer la propiedad aragonesa, que incluye elementos litúrgicos y alguna pintura en tabla o escultura. En total los objetos de esta relación suman 52.050 euros, según el citado informe pericial. Curiosamente, corresponden a un 25% de los bienes en disputa pero representan solo el 0,67% del valor total, frente a las más de 80 restantes, que son sobre todo pinturas, fragmentos de retablos, esculturas, arquetas, capas pluviales y casullas, un sagrario o una cruz procesional.

La lista de 28 apenas incluía una obra de importante valor, un retablo de la vida de la virgen procedente de Montanuy, tasada en 30.000 euros, pero casualmente esta no ha regresado con el primer envío. Las demás se mueven entre los 100 y los 300 euros y solo nueve superan los 1.000.

Graus recupera 20 bienes

La entrega de este lunes se sintió con especial alegría en Graus, ya que 20 de las piezas pertenecen a núcleos de su municipio como Abenozas, Bafaluy, El Soler, Erdao, Güell, La Puebla del Mon y Portaspana. Y es que es el municipio que mayor número de obras tenía pendientes de recuperar, una treintena. Sin embargo, de ellas apenas media docena tienen un valor artístico reseñable. Destacan un cuenco de estaño con inscripciones árabes de Benavente de Aragón, un sagrario procedente de este mismo núcleo y el altar de la Virgen originario de Portaspana. Son tres de las 24 piezas declaradas BIC (Bien de Interés Cultural) en Aragón por ser las más valiosas. Las otras tres obras recibidas pertenecen al municipio de Capella, también en la comarca de la Ribagorza. 

Las obras devueltas

Abenozas. Campana de bronce con decoración cincelada de los siglos XVI-XVII; y cáliz de plata del s. XVII fabricado en el Taller de Zaragoza.

Bafaluy. Cáliz y patena de plata dorada al fuego y cincelada, del s. XVII; custodia de metal blanco y plata, grabada y cincelada, del s. XIX; naveta de metal blanco, del s. XIX; diecinueve candelabros de latón de los siglos XVIII-XIX; un cortador de hostias de hierro y madera del s. XIX; una concha de bautizar con marca de plata y el asa con las iniciales ‘F. M. M.’, del s. XX; y ocho platos de candelabros del s. XIX.

Capella. Campanita de bronce con toques de cincel de los siglos XVI-XVII; copón de metal blanco repujado y fundido del s. XIX; y cajita de guardar hostias de latón y hierro torneado del s. XIX.

El Soler. Metalistería de madera y bronce del s. XIX.

Erdao. Campanita de bronce con toques de cincel de los siglos XVI-XVII, y copón de la marca ‘R. P. A. E. Z.’ de los siglos XVII-XVIII.

Güell. Campanita de bronce y plomo del Barroco del s. XVIII.

La Puebla del Mon. Píxide de plata del s. XVII.

Portaspana. Corona de latón repujado del s. XIX y cáliz y patena de plata del s. XVII.

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