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Un inicio de año sin dances, hogueras, Bodas de Isabel, San Valero, ni Carnaval

Las fiestas populares continúan vetadas, al menos, hasta el decaimiento del estado de alarma el próximo 31 de mayo. Los ensayos de Semana Santa también han sido suspendidos. 

La comparsa de gigantes, tras la vitrina en la que se guarda en un almacén de Cogullada.
La comparsa de gigantes, tras la vitrina en la que se guarda en un almacén de Cogullada.
José Miguel Marco

Quedó como una nota al margen entre tantas otras restricciones. El pasado día 2 la consejera de Sanidad, Sira Repollés, habló de comercio, gimnasios y el recorte en los aforos de terrazas al imponer el nivel de alerta 3 agravado. Casi se pasó por alto otra de las limitaciones impuestas en la lucha contra el coronavirus como es que la DGA prohíbe celebrar las fiestas patronales y los festejos populares hasta el decaimiento del estado de alarma, esto es, hasta el próximo 31 de mayo. Aunque llueve sobre mojado y algunos populosos actos ya se suspendieron el año pasado a partir del 15 de marzo, es sorprendente comprobar la cantidad de fiestas que se celebran en Aragón en enero y febrero y que hace doce meses se salvaron de la quema pero que no podrán festejarse este año. En todas las provincias se celebran las hogueras de San Antón, las meriendas de San Blas o la fiesta de Santa Águeda, que este 2021 tendrán que hacerse en petit comité o, mejor, directamente, dejar pasar el calendario sin atender al santoral.

Peor se llevará la suspensión de celebraciones patronales muy arraigadas como la de San Valero en Zaragoza o San Vicente en Huesca. En el primer caso, los cabezudos seguirán aguardando su turno en los almacenes de Cogullada porque sería poco deseable -igual que en el Pilar o la Navidad- que atrajeran grandes concentraciones de niños en las calles. Imposible mantener las distancias si el Morico te persigue con la tralla.

El Ayuntamiento de Zaragoza estudia fórmulas para no tener que suspender toda la programación del patrón, el 29 de enero, si bien parece que los actos más populosos sí quedarán vetados. Aunque se abra el Consistorio para hacer visitas teatralizadas, estas serían previa cita y muy acotadas. Tampoco habrá conciertos callejeros como antaño en el Roscón Rock ni el Tragachicos hará gala de su tradicional voracidad infantil.

Tampoco podrá celebrarse unos pocos días antes, el domingo 17 de enero, la bendición de animales en la iglesia de San Pablo. Desde la hermandad de San Antonio Abad, encargada de organizar la fiesta, explican que “para prevenir la expansión del virus se han suprimido todos los actos, tanto dentro como fuera del templo”. Tampoco habrá procesión por las calles del Gancho y se insta a los fieles a que no acudan con sus mascotas a la iglesia el día de San Antón.

Celebración de San Antón en Zaragoza
Celebración de San Antón en Zaragoza el año pasado, aún sin restricciones.
Oliver Duch

En el caso de Huesca, el Ayuntamiento ya ha acordado suspender los actos multitudinarios que se organizan cada año con motivo de San Vicente, el 22 de enero. La tradicional hoguera y el reparto de patatas y longaniza, que se llevan a cabo junto a la plaza de toros durante la víspera, se han suprimido para "evitar concentraciones masivas que podrían poner en riesgo la salud de las personas", según explica el concejal de Cultura, Ramón Lasaosa, que -no obstante- confía en que se puedan organizar actos más comedidos para “garantizar la seguridad de los asistentes”. Se tratarán de mantener las rutas por los lugares vicentinos (como las visitas guiadas por San Pedro el Viejo y la Compañía) pero en grupos mucho más reducidos.

Una celebración virtual

En la provincia turolense ya es seguro también que no habrá Bodas de Isabel en versión física y presencial, sino que los amantes de esta dramaturgia tendrán que seguirla 'online'. “Las limitaciones de la pandemia obligan a suspender los actos en la calle, aunque se mantendrá la escenificación de la leyenda a través de internet”, explicaban hace unos días en el Consistorio bajoaragonés. La gerente de la Fundación Bodas de Isabel, Raquel Esteban, explica que los guiones y los escenarios de la dramatización han tenido que ser modificados para reducir al mínimo el número de actores y garantizar las medidas de seguridad derivadas de la covid-19.

La nueva edición de las Bodas está prevista entre los días 18 y 21 del próximo febrero y será un año en que se celebrarán de forma “minimalista”, pues el elenco de actores -por ejemplo- se ha reducido a 30 intérpretes. Los encuentros de los amantes, en lugar de hacerse en un balcón de la plaza del Torico, se llevarán a cabo en una alcoba. La mala suerte para Marcilla y compañía no es solo su trágica historia de desamores sino que la covid arrambla con la que sería la edición número 25 de las Bodas, en las que no habrá jaimas en las calles ni excesiva programación cultural.

Un disgusto para las peñas

El año pasado se salvó in extremis la Cincomarzada zaragozana, que se llevó a cabo en la parque del Tío Jorge con ranchos, música y normalidad apenas diez días antes del estado de alarma, pero este año queda reunión de peñistas a orillas del Ebro quedará vetada.

Lo mismo sucederá con la cita del Carnaval, que las peñas también tienen marcada en rojo en sus calendarios, dado que sacaban a las calles sus carrozas y celebraban concursos con premios económicos a la mejor comparsa. Ni Jueves Lardero ni Conde del Salchichón y muy poquito confeti -acaso en los centros escolares- se dejará ver este año. La Máscara de Ateca, antesala al Carnaval, también ha sido suspendida porque la alternativa era que el singular personaje hiciera la subida al cerro de San Blas en solitario. Lo mismo sucede con el Carnaval de Bielsa (no confundir con el asalto al Capitolio y sus muchos memes derivados) que este 2021 celebrará una edición mucho más contenida de onsos, trangas y, sobre todo, de turistas.

Común a todo Aragón es la festividad de San Jorge, que ya el año pasado ya fue de lo más descafeinada. De no poder celebrarse este 2021 sería el segundo consecutivo en el que no habría ni libreros en la calles ni actividad en el Pignatelli y el palacio de la Aljafería. Lo mismo sucederá con el Sermón de las Tortillas de Teruel (14 de abril), que ya en 2020 hubo de renunciar a sus comidas campestres de grupos familiares, que sí son al aire libre pero reúnen de largo mucho más de seis comensales.

ENSAYO DE LA COFRADIA JESUS NAZARENO, GRUPO DE INSTRUMENTOS / 30-01-05 / FOTO; ESTHER CASAS[[[HA ARCHIVO]]]
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Heraldo

Y una de las grande incógnitas es saber qué pasará con la Semana Santa aragonesa, que tendría lugar del 28 de marzo al 4 de abril, después de que ya haya trascendido que en Sevilla han comunicado ya a las cofradías que no saldrán como acostumbran. Aunque las restricciones cambian cada semana y es pronto para hacer planificaciones, los cofrades ya se van haciendo a la idea que este 2021 quizá puedan celebrar pequeños e íntimos actos de aniversario pero se antoja muy difícil que puedan tomar las calles. El mejor botón de muestra es que no se ven los clásicos ensayos de las secciones de instrumentos que, a estas alturas, ya debían estar haciendo resonar sus tambores y bombos a orillas del Ebro. Conferencias, puede que exposiciones y liturgias en las que venerar las tallas en privado son algunas de las fórmulas que se estudiarán para suplir las grandes procesiones en la calle.

Por cierto, que si la fecha del veto de celebraciones se prorroga hasta el 31 de mayo, tal y como está previsto, también causarían baja de la agenda festiva mil y una celebraciones más por todos los rincones de Aragón tales como el Primer Viernes de Mayo en Jaca, La Faldeta de Fraga o la fiesta del crespillo en Barbastro.

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