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Bezas y los Pinares de Rodeno: un sí alto y encarnizado

Miles de hectáreas de pinares asentados sobre piedra rojiza en un entorno virgen de multitudes, y en plena Sierra de Albarracín: suena a planazo veraniego.

El Espacio Protegido de los Pinares de Rodeno es uno de los tesoros naturales más admirados de Teruel, provincia pródiga en esas joyas para el paseante y, en general, toda alma sensible a la belleza dibujada tridimensionalmente millones de años atrás. Al mentado espacio lo define la piedra de rodeno. Álex Alonso, vecino de Bezas y apasionado de la naturaleza en general (y de la geología en particular) explica que su historia se remonta a 210 millones de años cuando se aplica la marcha atrás en el reloj del planeta. “Es una arenisca generada por los sedimentos de dos grandes ríos que regaban esta zona, entonces desértica; se depositaban arenas de cuarzo con mucho hierro, que al oxidarse confería ese tono rojizo a la roca resultante”.

A apenas seis kilómetros de Bezas, aunque ya dentro del término municipal de Albarracín, está el Centro de Interpretación Dornaque, gestionado por Sarga. Una visita recomendable por el propio edificio y el entorno en el que está enclavado, y que sirve además de excelente punto de partida para aprovechar la visita ‘rodenera’ al máximo. Se trata de una casa forestal con más de 100 años de antigüedad, que se restauró en el año 2000 para convertirse en este centro de información y punto de partida de excursiones por todo el entorno. Hay que recordar que la declaración del Espacio Protegido de los Pinares de Rodeno llegó en 1995 (primero de estas características en la provincia de Teruel) para la zona norte del área delimitada, que posteriormente se amplió: desde 2007 se extiende por 6.800 hectáreas, varios municipios de la comarca de la Sierra de Albarracín y una pequeña parte que entra en la vecina Comunidad de Teruel, por los predios de Tormón. En Dornaque hay además una bonita pradera con mesas para almorzar, y muy cerca se cuenta con un merendero donde se puede hacer fuego de manera controlada.

Paseos con miga

Desde Dornaque se marcan varios senderos de dificultad y longitudes variables. Su interés también reside en el arte rupestre. Se puede, por ejemplo, ir hasta la laguna de Bezas y volver, ya sea a pie o en un paseo ecuestre más largo. También hay otra ruta hasta las pinturas rupestres de Las Tajadas, cuatro abrigos hasta los que se pueden disfrutar de barranco y pasarelas. También se ven diques de contención de las antiguas minas de hierro de Bezas, que funcionaron hasta 1970, y un poblado celtíbero en el Mirador de la Peña del Hierro.

Junto al Rodeno hay otras figuras de protección en la comarca, que tiene 156.000 hectáreas y varias Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y Lugares de Importancia Comunitaria (LIC, de interés comunitario por su potencial contribución a restaurar el hábitat natural), amén de la Reserva de la Biosfera en el Alto Cabriel o el Humedal de Importancia Internacional Ramsar en los Tremedales de Orihuela. “Todas estas certificaciones –apunta Álex Alonso– son importantes, porque el cambio climático se las puede cargar, y hay que extremar las precauciones y cuidados. En Orihuela cuentas con maravillas como dos plantas carnívoras que se alimentan de insectos: las pequeñas droseras, de color rojizo, o las pingüícolas moranensis, que ahora están en flor”. Un menú para hincar el diente sin dudarlo.

La bella Laguna de Bezas: aguas en paz con un punto de misterio

La Laguna de Bezas es una de las maravillas del Espacio Protegido de los Pinares de Rodeno. Situada a apenas cuatro kilómetros del pueblo con el que comparte nombre, está rodeada de un hermoso pinar y tiene al fondo una masada, que hasta hace poco estaba habitada de manera fija y ahora es residencia estacional. En la fauna destacan las fochas morunas y diversos anfibios; al aproximarse hay que mirar al suelo para descubrir minúsculos renacuajos que pueblan toda la superficie cercana a la lámina de agua.

Álex Alonso habla también de una especie que no estuvo siempre ahí. “Hay mucha carpa, se pueden ver fácilmente sus lomos desde la orilla. Se trata de un pez invasor en esta laguna; alguien lo introdujo en su día para convertir esto en zona de pesca, y es un factor comprometedor para anfibios y vegetación. En 1994, la laguna se secó; es la única vez que la he visto así. Las carpas no resistieron, lógicamente, pero volvieron a echar”.

La zona también es santuario de la sabina albar, presente en todo el do el sistema ibérico y única en el mundo, exceptuando Marruecos. Los mejores bosques de Aragón están en Gúdar-Javalambre, Sierra de Albarracín y el Jiloca. Conífera muy antigua, tolera bien las temperaturas extremas.

En la laguna, sita a una altura de 1.230 metros, también suelen verse muchas aves en paso. “En la de Rubiales –cuenta Álex– he visto incluso flamencos; aquí hay ánade real, cerceta, grulla... es una laguna con salida, se llena con agua de lluvia y nieve y no tiene ningún afloramiento; aunque se considera estacional, siempre tiene agua, menos el año comentado. La superficie es de unas cuatro hectáreas cuando está llena”. Comentario al margen del experto, que el experto suscribe: es una laguna de rara belleza, paradójicamente salvaje en su quietud.

Los pinos resineros, una tradición recuperada... solo a medias

En estos pinares hubo desde siempre zona resineras, en los ejemplares apropiados para tal práctica. El único sitio donde se extrae resina ahora en esta zona se halla en Bezas, muy cerca de la laguna. Hay una familia dedicada a esta práctica, que si no se hace bien puede dañar severamente al pino, y ahora se inicia un joven de la zona. En su día, los resineros de Tormón fueron quizá los más conocidos de todas estas tierras.

Se trata de una actividad dura en la ejecutoria y no muy rentable; quienes se consagran a ella suelen combinarla con algún otro modo de ganarse el sustento. China copa el mercado mundial, pero algunos años no libera su producción por dedicarla a usos internos, con los que el precio sube. La media de explotación es de 2.000 a 4.000 pinos por persona o grupo, y no se debe extraer más de 2 kilos de resina por cada pino.

Cómo llegar a Bezas y curiosidades

Comarca. Sierra de Albarracín.

Cómo llegar. Desde Teruel, su capital de provincia, hay 24 kilómetros por la A-1513.

Dónde comer y dormir. En la entrada de pueblo, a pie de carretera, está el Hotel y Restaurante El Molino, donde la cocina destaca sobremanera gracias a la buena mano de su dueña. Además, es punto de encuentro habitual de los habitantes del pueblo en el área de bar. También hay dos casas rurales muy valoradas en la red Booking: El Rincón de Bezas y El Bricial.

Palabrario Bezano de Emilia Tarín. En la página web del Ayuntamiento de Bezas se recoge este trabajo de recopilación e interpretación, realmente exhaustivo. A algunas palabras compartidas se unen otras ignotas para cualquier forastero.

Los murciélagos. Además de las droseras de Orihuela en su reducidísimo alcance, los murciélagos (hay una veintena de especies en los Pinares de Rodeno) ejercen de insecticidas naturales en la zona.

Reportaje de la serie ‘Aragón es extraordinario’.

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