El protocolo en tiempos de coronavirus
Los actos institucionales, recepciones, visitas e inauguraciones oficiales se adaptan a una nueva situación que obliga a modificar su organización en favor de la salud pública.
Las reglas establecidas para ceremonias y actos oficiales o solemnes que rigen el protocolo institucional se han visto afectadas, como todo, debido a la pandemia de covid-19. El distanciamiento social y las medidas necesarias que se han adoptado para prevenir contagios han modificado la agenda del Gobierno de Aragón, con menos actos oficiales y menos desplazamientos. Durante estos días se ha podido comprobar cómo el protocolo ha sido capaz de adaptarse en una fecha tan señalada como el Día de Aragón y su conmemoración en el palacio de la Aljafería, sin invitados y solo con la presencia de representantes del Gobierno y de las Cortes de Aragón, colocados a distancia en el exterior de la sede institucional.
Esta es solo un ejemplo, ya que “hay muchas cosas que cambiar y que deben adaptarse a partir de ahora”, explica Javier Carnicer, jefe de Protocolo del Gobierno de Aragón. “Es imprescindible pensar también en términos de salud pública y plantearnos que todo lo que tenga que ver con la prevención de la salud tiene que considerarse de manera muy especial. Esta pandemia nos está enseñando cosas a todos, también a quienes organizamos actos”, asegura.
Carnicer estima que en materia de protocolo institucional “todo va a ir despacio porque hay cosas que aprenderemos mediante ensayo-error”. En este sentido, tal vez un caso reciente que viene a la memoria sea el criticado acto de clausura del hospital de campaña de Ifema, en Madrid, encabezado por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, convertido en un acto multitudinario que contó con una numerosa representación de políticos regionales y municipales, lo cual impidió mantener las distancias mínimas de seguridad en ciertos momentos.
Sin duda, es difícil precisar cómo se celebrarán grandes acontecimientos, ceremonias, recepciones a cenas de gala como, por ejemplo la de los premios Nobel, un banquete que congrega a casi 1.400 invitados en el interior del ayuntamiento de Estocolmo, apelotonados, sin apenas espacio para moverse. Pero Suecia queda muy lejos si se piensa en otros actos oficiales que han de celebrarse en Aragón, como los que centran las fiestas de San Lorenzo de Huesca y las del Pilar de Zaragoza, entre los más destacados.
Menos aforo, más distancia
En relación a la sede del Gobierno de Aragón, Carnicer señala que es preciso modificar la capacidad establecida hasta ahora para sus salas y espacios con el fin de gestionar la distancia necesaria. Esto planteará, por ejemplo, cuestiones como la selección de invitados en actos en la sala de la Corona.
En cuanto a la organización de reuniones, ya se han puesto en práctica soluciones como la disposición de mesas en forma discontinua (en círculo y a distancia) y a la jaquesa (sentados en zigzag para evitar coincidir frente a frente), que guardan un espacio de un metro y medio entre los asistentes; o aspectos como el desarrollo y el orden de intervención en videoconferencias como la de presidentes de CC. AA., celebrada el pasado domingo.
En opinión del jefe de Protocolo del Gobierno de Aragón se tardará (al menos hasta que exista una vacuna contra la covid-19) en presenciar de nuevo un acto institucional del Día de Aragón con un patio de Santa Isabel -en el palacio de la Aljafería- lleno de invitados. “Habrá que cambiar la manera de hacer las cosas y pensar, quizás, en la necesidad de rotar invitados para citas de este tipo. Tendremos que acostumbrarnos a los actos híbridos donde, por una parte, se cuente con asistencia física de determinados invitados, así como con una presencia virtual de otros. En la sala de la Corona estamos planteando incluso cuál será la puerta de entrada y cuál la de salida para evitar circuitos de cruce entre asistentes”, añade.
Respecto a las formas de saludo durante la actual situación (darse o no darse la mano o chocar el codo), Carnicer subraya que este aspecto no tiene nada que ver con el protocolo, sino con la educación y con nuestro estilo de vida. “Todas eso es mucho más sencillo ahora porque todos, sin querer, y debido a esta pandemia, nos estamos acostumbrando a saludarnos verbalmente, sin darnos la mano”.
