mundo rural

Lento despertar del confinamiento en los pueblos con menos habitantes de Aragón

Los vecinos de las localidades más pequeñas de la Comunidad aseguran que la desescalada está siendo "poco a poco" y celebran la organización que han trazado para mantener todos los servicios.

Una vecina de Bagüés se asoma en su casa en pleno estado de alarma.
Una vecina de Bagüés se asoma en su casa en pleno estado de alarma.
Alberto Pérez

Carmina Sebastián, su marido Miguel Ángel y otro matrimonio más han sido -y son- los únicos confinados en Balconchán, uno de los cuatro pueblos con menos habitantes de la Comunidad -según datos del Gobierno de Aragón hay 16 personas censadas-. Las calles de este pueblo no han visto muchos paseos todavía, solo las salidas esporádicas de los vecinos para acompañar a sus perros a hacer las necesidades y dos hermanos de una localidad próxima que desinfectan el pueblo. "La fase no se ha notado nada", asegura Carmina, quien explica que ella procura salir lo menos posible.

"La fase no se ha notado nada"

"No hemos salido también por miedo a que nos dijeran algo. La Guardia Civil ha estado pendiente de nosotros, de hecho, nos trajeron mascarillas", cuenta una de las cuatro residentes de Balconchán. Lo que más temen ahora estos vecinos son a los visitantes que se acercan al pueblo en busca de agua medicinal o a por setas: "En la fuente ya he visto a alguno y eso no puede ser, que nos dejen tranquilos aquí".

Fuente de Balconchán, donde ya se ha visto a visitantes cogiendo agua.
Fuente de Balconchán, donde ya se ha visto a visitantes cogiendo agua.
Carmina Sebastián

Entre ellos cuatro se han organizado para tener cubiertas todas las necesidades. "Cada varios días uno u otro baja a Daroca, una de las localidades más cercanas, para comprar los bienes de primera necesidad. Compramos 5 o 6 barras de pan para las dos casas o se va a la farmacia a por medicinas", explica Carmina. Y de ahí, a la puerta de casa.

"Sales a la calle y tampoco te juntas con nadie porque hay poca gente"

La fase inicial tampoco ha despertado el silencio de Bagüés, otro de los cuatro pueblos con menos habitantes de Aragón - 17 censados-. Desde que se decretó el estado de alarma residen 9 personas en cuatro casas. "La desescalada va poco a poco. Sales a la calle y tampoco te juntas con nadie porque hay poca gente", señala Alberto Pérez, su alcalde.

La red vecinal e iniciativa que se ha trazado en Balconchán ha recorrido también las calles de Bagüés. "Una vecina iba a Jaca a hacer la compra para todos, que está más cerca, y lo repartía entre las casas", cuenta Pérez. En las puertas también se encontraron mascarillas, pantallas, guantes y gel, repartidos por el alcalde y cortesía de la Comarca de las Cinco Villas y de la Diputación de Zaragoza. "Todos los vecinos se concienciaron de la situación y el confinamiento se ha cumplido", cuenta el edil, quien ha estado en contacto con la Benemérita para velar por la seguridad de todos.

Calles de Veguillas de la Sierra, totalmente vacías.
Calles de Veguillas de la Sierra, totalmente vacías.
Amalio Murciano
"Sería interesante que la desescalada fuera más acelerada por la gente, siempre y cuando no haya habido ningún caso"

Veguillas de la Sierra ha sido el lugar de confinamiento para 11 personas, de las 19 que hay censadas, ya que algunas residen en Zaragoza y otras en Teruel. "Sería interesante que la desescalada fuera más acelerada por la gente, siempre y cuando no haya habido ningún caso", sostiene el alcalde Amalio Murciano.

En este pueblo de la Comunidad de Teruel celebran que no haya habido ningún positivo de covid-19 y también que se hayan mantenido los servicios de los que disponían. "La comida ya se llevaba a casa, pero ahora ha sido más personalizado", explica el alcalde. Veguillas es uno de los 132 pueblos de Aragón que no tienen tienda, pero han estado abastecidos. "Van de ultramarinos y también el panadero cada dos días, al igual que los congelados", sostiene Murciano. Que sea en la calle y en torno a una furgoneta no impide que se cumpla la distancia de seguridad. También se ha mantenido en el médico. "El facultativo viaja hasta el pueblo y va de casa en casa, pero sin tener contacto físico".

"Los mayores estaban deseando ir al huerto"

En Senés de Alcubierre, en la provincia de Huesca, las consulta médicas están siendo por teléfono. "Entre unos y otros nos hemos echado una mano", manifiesta Consuelo Acín, teniente de alcalde. La treintena de vecinos esperaban la desescalada: "Los mayores estaban deseando ir al huerto y, aunque hayamos salido a la calle, no ha habido problema porque no tenemos falta de espacio y se han mantenido todas las distancias necesarias".

Muchos llevaban semanas sin pisar la calle, ya que les llevaban la compra a casa. "Cuando alguien iba a Robres o Tardienta compraba para otros o si algún familiar pasaba por el pueblo de camino al trabajo también dejaba compra", explica Acín.

Un tractor desinfecta las calles de Senés de Alcubierre.
Un tractor desinfecta las calles de Senés de Alcubierre.
Consuelo Acín

"El 85 o 90% de los habitantes de Senés es población vulnerable, muchos mayores de 70 años, por lo que nos hemos concienciado todos y se ha respetado el confinamiento", defiende Consuelo. Los corrales de las casas se han convertido en lugar de recreo y también las ventanas. "Si con alguien del pueblo no te ves, porque vive en la otra punta, nos llamamos por teléfono. Se ha mantenido el contacto y la relación". Desde este enclave de Los Monegros agradecen que no haya ido nadie de fuera y también que se haya desinfectado las calles cada 4 o 5 días. "La UME y la Guardia Civil también se ha prodigado por aquí", concluye Acín.

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