en primera persona

Diario de un confinamiento: Rubicundos, adorables y algo endemoniados

Día 36. Los niños preparan su asalto a la calle y yo pienso en 'El señor de las moscas'. La mayoría han hecho un alarde de paciencia y han sido obedientes, pero hay otros que son... para darles de comer aparte. 

Los siniestros protagonistas de 'El pueblo de los malditos'.
Los siniestros protagonistas de 'El pueblo de los malditos'.
Heraldo.es

En Francia se está produciendo la llamada ‘revolución de las canas’, esto es, mayores que protestan porque no quieren ser los últimos en salir de casa. Aunque alcen sus bastones y amenacen con lanzar sus dentaduras, me parecen más inofensivos que los niños que saldrán (espero que no en tropel) a partir del día 27 en España.

¿Los niños? ¿Esas criaturas rubicundas y adorables? Sí, las mismas que protagonizaron ‘El señor de las moscas’ o ‘¿Quién puede matar a un niño?’. Ahora cierro los ojos y los imagino con estacas y ganas de venganza… Vale, quizá no lleven palos, pero sí esos patines del infierno que siempre acaban contra mi espinilla. Creo que los tienen imantados.

¿Se dan cuenta que todas las películas de terror tienen niños diabólicos pero de estampa angelical? ‘La profecía’, ‘El exorcista’, las gemelas de ‘El resplandor’… Unos tienen rayos X en los ojos y otras arropan a sus siniestras muñecas. Qué feas, Dios santo. ¡Si hasta los perritos piloto de Valdespartera parecen gemas preciosas a su lado! He visto un horror de muñeca de porcelana que parece haber sido víctima de una explosión nuclear. No, aún más terrible. Parece haberse arrepentido en mitad de una operación de cirugía estética. ¿Y qué es lo peor? ¡Que la he visto en AliExpress! ¡A saber cómo será la que llegue de verdad!

Pues eso, que temo que los infantes españoles que vuelvan a pisar la calle lo hagan como recién salidos de ‘Prison Break’ y me miren con más enrevesado candor que ‘Chucky, el muñeco diabólico’.

Sé que exagero porque, según me cuentan algunos padres, es loable cómo se han comportado los chavales estas cinco semanas de incómodo encierro. Claro, que qué van a decir ellos… Me explican que algunos son tan obedientes que, antes de hacer cualquier cosa, preguntan si “lo permite el presidente”. ¡Hasta comerse el puré de guisantes! Otros me cuentan que el nene no ha consentido en cambiarse de camiseta en lo que va de aislamiento. ¡Pero que llevamos un mes! Quizá el covid no lo tenga, pero el sarampión seguro que sí.

Busco algo edificante de la infancia y topo con ‘Verano azul’. ¿Ven? Ahí no hay niños diabólicos, ahí es todo inocencia, ternura, Bea haciéndose mujer y Chanquete sorteando la muerte. ¡Qué poco hubiera costado al ente público reponer la serie! Desde su estreno en 1981 lo ha hecho catorce veces. Quizá sea eso lo que ha faltado al confinamiento. Quizá aún -en un maratón hasta el 11 de mayo- estemos a tiempo...

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