SOCIEDAD

Pavos gigantes por Acción de Gracias en el Mercado Central

¿Será el ‘Thanksgiving’ la próxima fiesta que importemos en España? Tras el desembarco de Halloween y el Black Friday, existen indicios de que las grandes comilonas familiares del estadounidense de Acción de Gracias podrían recalar a este lado del charco.

Olga Romeo enseña uno de los enormes pavos que han vendido en su puesto del mercado.
Olga Romeo enseña uno de los pavos de 18 kilos que ha vendido en su puesto del mercado.
Heraldo

En un par de días veremos a Trump indultando a unos pavos. El jueves los norteamericanos se pondrán las botas de trinchar y devorar aquellos que no han corrido la misma suerte. El Día de Acción de Gracias, el cuarto jueves de noviembre, es una de las fiestas más celebradas en Estados Unidos y podría ser de las próximas en importarse a España. “Al fin y al cabo se trata de algo tan español como reunirse con familia o amigos en torno a una mesa y hacer un comilona”, explican los amantes de esta tradición, en apariencia, ajena.

Indicios hay de que la celebración comienza a llegar tímidamente a orillas del Ebro, a imagen y semejanza de cómo se ha visto una y mil veces en ‘Friends’, ‘Los Simpson’ y hasta en ‘Los Soprano’. En la carpa del Mercado Central de Zaragoza se despachan estos días unos cuantos orondos pavos y en la tienda ‘The taste of America’, en el paseo de Conde de Aranda, cuentan que no solo venden salsas y rellenos sin hasta artilugios que indican si el ave está lo suficientemente asada y no se ha quedado cruda por dentro.

“Desde hace unos años sí se nota que a finales de noviembre nos piden más pavos enteros”, cuenta Olga Romeo, responsable de la pollería que lleva su nombre en la lonja zaragozana. “Con solicitarlos con un par de días de antelación es suficiente, aunque también depende del tamaño que se busque. Generalmente vendemos pavos de 3 a 15 kilos, a unos 5 euros el kilo, pero hemos llegado a tener alguno de hasta 18”, comenta Romeo, consciente de que un ‘bicho’ de tal tamaño no cabe en un horno al uso. Algunos de sus compradores tienen “ascendencia norteamerciana” y le han ofrecido mil y una recetas para cocinar los pavos: “Muchos les inyectan whisky o cognac, antes de cocinarlo”, explica, cosa que es complicada porque resulta difícil que quede crujiente por fuera y esté el interior bien hecho.

Luisa Callejas, que lleva seis años al frente de ‘The taste of America’, tiene en su establecimiento un amplio repertorio de productos para un día “que ellos mismos dicen que es más importante que el de Navidad”. Antes de Acción de Gracias venden mucho ‘stuffing’ que es “una suerte de migas especiadas, que las remojan con caldo y las calientan con un poco de mantequilla”. También están en el top de ventas estos días la salsa de arándanos y el pan de maíz, “que se usa de acompañamiento” como el puré de patatas y los puerros caramelizados. Callejas explica que la cocción del pavo requiere de algo más de media hora por kilo y considera que es una celebración menos exportable que otras “a no ser que haya algún contacto con alguna familia americana”.

El Día de Acción de Gracias es el inmediatamente anterior al de la fiebre consumista del Black Friday, costumbre que -como Halloween- ya lleva más de una década asentada en España. Los sociólogos, sin embargo, consideran que el ‘Thanksgiving’ es “una tradición en exceso americana” y que tendrá más dificultades para arraigar en España porque el día es festivo en Estados Unidos pero no aquí. Argumentan, además, que con las cenas de Nochebuena y la comida de Año Nuevo ya está cubierto el cupo de celebraciones en familia, y que la fiesta yanqui está aderezada con un gran partido de fútbol americano y los desfiles de los grandes almacenes, algo poco exportable en suelo patrio.

Los orígenes de la celebración

Eso, a pesar de que las tradiciones parecen cada vez más de ida y vuelta (hasta en Miami se hacen ofrendas de flores a la Virgen del Pilar) y de que hay cierta controversia sobre el posible origen español de Acción de Gracias.

Como es sabido, un grupo de religiosos ingleses embarcó en 1620 en el barco Mayflower rumbo a las Américas. Al llegar en noviembre a Massachusetts, el frío les cogió por sorpresa y pocos lograron sobrevivir. Los que lo consiguieron fue por la ayuda de los indios nativos que les proporcionaron alimentos. Al año siguiente, después de haber obtenido una excelente cosecha, los supervivientes decidieron compartir sus frutos con los indios para «dar las gracias al Señor» y cena cocinaron un pavo. No obstante, hay muchos historiadores que reivindican que los conquistadores españoles de la Florida fueron los primeros en organizar comidas de conciliación con los indios, al menos, desde 1565. Quizá fuera Ponce de León el primer impulsor de una Acción de Gracias...

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