Rutas y senderos

Arte rupestre, dinosaurios y geología en el Parque Cultural del Río Martín

Entre Zaragoza y Teruel, este espacio ofrece al visitante impresionantes miradores, senderos, monumentos y centros de interpretación

Cabecera del Barranco del Mortero y abrigo con pinturas.
Cabecera del Barranco del Mortero y abrigo con pinturas.
José Royo-Archivo PCRM

Con sus 253 km², el Parque Cultural del río Martín se enclava al sur de la provincia de Zaragoza y al nordeste de la provincia de Teruel, a la que pertenece. Encuadrado en la rama aragonesa de la cordillera Ibérica, en torno al tramo medio del río Martín, su territorio se despliega por ocho municipios de tres comarcas turolenses: las Cuencas Mineras (Montalbán y su pedanía Peñarroyas, Torre de las Arcas, Obón y Alcaine); Andorra-Sierra de Arcos (Alacón, Oliete y Ariño) y el Bajo Martín (Albalate del Arzobispo).

Distintos centros de interpretación o de visitantes creados a lo largo de los años pueden servirnos de puerta de acceso para adentrarnos y organizar nuestras excursiones a este parque cultural (información general aquí , o en el tel. 978 817 042). Son los Centros de Interpretación de Geología-Espeleología, en Montalbán; de Fauna y Ecosistemas, en Alcaine; de Paleontología, en Alacón; de Cultura Ibérica, en Oliete; el de Arte Rupestre ‘Antonio Beltrán’, en Ariño y el de la Cultura Popular, en Albalate del Arzobispo. En estos centros se exhibe la riqueza patrimonial del territorio, actuando en ocasiones también como centros documentales, de estudio e investigación.

Aprovechando esta riqueza patrimonial se han estructurado una serie de rutas turístico-culturales en torno a un sendero de gran recorrido, el GR 262, homologado como Sendero Turístico de Aragón. Es un itinerario que articula el parque y del que parten varios pequeños recorridos señalizados para acceder a distintos puntos de interés. La ‘Ruta de los Estrechos’ del río Martín (a unos 11 km de Albalate del Arzobispo en dirección a Ariño) es uno de los tramos con mayor riqueza patrimonial y espectacularidad paisajística, con sus abrigos de pinturas rupestres y miradores que recorreremos en compañía de grandes rapaces y otras aves rupícolas.

El Parque Cultural del Río Martín es un espacio singular y relevante de integración de diversos tipos de patrimonio geológico, paleontológico, histórico, artístico y monumental. En el apartado geológico, por ejemplo, destacan por su reconocimiento internacional las areniscas rojas de Peñarroyas, en Montalbán, catalogadas como Punto de Interés Geológico. El visitante encontrará un recorrido señalizado con mesas interpretativas que ayudan a identificar el variado relieve; miradores sobre el espectacular paisaje de rodeno, que surge como una herida ensangrentada en el río Martín y también una réplica de icnitas (huellas) de un réptil que pobló este entorno antes incluso de que los dinosaurios dominasen el planeta. Contrasta este entorno con la sima de San Pedro en Oliete, única en Europa por su estructura geológica y que constituye un verdadero oasis de biodiversidad sin equivalentes en nuestro continente.

Huellas prehistóricas

Como muestras de patrimonio paleontológico destacan también las icnitas de dinosaurio de Ariño, a pie de carretera, o las recientemente descubiertas en Obón, a dos escasos kilómetros del pueblo, con más de un centenar de millones de años. Son pisadas de grandes saurópodos, cuadrúpedos de cuello y cola larga, junto a huellas tridáctilas de animales bípedos, dinosaurios carnívoros u ornitópodos.

Si lo que más interesa al visitante es el patrimonio histórico, en el Parque Cultural del río Martín encontrará las pinturas rupestres del santuario prehistórico delimitado por los cañones del río Martín y los conjuntos del Barranco del Mortero y Cerro Felío, en Alacón; poblados ibéricos como el del Palomar o el de San Pedro en Oliete, que conserva en altura construida la torre más antigua de la península.

De gran interés paisajístico y etnológico son las poblaciones de Alacón, con sus más de 500 bodegas en piedra seca donde se conserva y cría su famoso vino y Alcaine, anclado en pavorosas crestas rocosas con viejos palomares que otrora fueron torreones defensivos medievales. A los pies de esta localidad se remansan las aguas del Martín en el embalse de Cueva Foradada, con un singular bosque de tamarices que ofrece refugio a una rica avifauna en un entorno en el que permanecen los restos de antiguos pajares, eras empedradas, viejos lavaderos rocosos de lana y hornos alfares.

Desde el punto de vista artístico y monumental, destaca en el territorio el Conjunto Histórico- de Albalate del Arzobispo, con sus casas solariegas, su ayuntamiento clasicista y la iglesia parroquial de la Asunción, construida en el siglo XVI sobre una anterior medieval dedicada a Santa María, de bella torre mudéjar declarada Patrimonio Mundial. Domina esta población el palaciego castillo arzobispal (siglo XIV), joya del gótico civil aragonés que constituye un estupendo mirador. En un altozano al sur se encuentra la ermita barroca de San José con su bella decoración de altorrelieves de yeso y cerca, las ‘lastras de San José’, plataforma rocosa con canales y cazoletas que se relacionan con antiguos ritos. En la misma zona hay un conjunto de tumbas medievales y visigodas también talladas en la roca.

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