gastronomía

Artisan Real Food: 'pinsas' romanas y una carta "muy viva" a unos metros de la ribera

Ruth Ballarín y Roberto Quílez, dos emprendedores zaragozanos, acaban de abrir este negocio de hostelería en la calle de Cosuenda con la intención de dar un servicio a sus vecinos y convertirse en punto de encuentro.

Artisan Real Food abrió hace dos semanas en el número 18 de la calle de Cosuenda, en el barrio Jesús de Zaragoza.
Artisan Real Food abrió hace dos semanas en el número 15 de la calle de Cosuenda, en el barrio Jesús de Zaragoza.
Guillermo Mestre

El parón que supuso la pandemia y las ganas de buscar nuevos horizontes han llevado a Ruth Ballarín y Roberto Quílez, dos emprendedores zaragozanos que se conocieron en el instituto, a abrir juntos su primer negocio de hostelería en la capital aragonesa.

"Los dos somos amantes de la gastronomía y se nos ocurrió meternos en esta aventura gracias a ese tiempo libre que te daba el periodo de pandemia", cuenta ella.

Su emplazamiento, en la calle de Cosuenda, a tan solo unos metros de la ribera, guarda también relación con el confinamiento, cuando esta zona a orillas del Ebro se convirtió en un verdadero reclamo para los zaragozanos a la hora de practicar deporte o salir a dar un paseo. "Después de estar dos meses encerrados, el Ebro se convirtió en la avenida principal de esta ciudad, que ya descubrimos con la Expo, y vimos que en ella quedaba mucho por explotar. Hay pocos sitios en la ribera y queremos ser un nuevo punto de encuentro con una oferta diferente, para que el paseo por esta zona se convierta también en que puedas acabarlo comiendo sano, rico y en un ambiente acogedor", relata Quílez.

Además de en la carta, que trae a Zaragoza diferentes propuestas como las 'pinsas' romanas (una elaboración típica de Roma, que tiene como peculiaridad la mezcla de diferentes harinas -trigo, soja y arroz-), estos emprendedores han aunado también esfuerzos para darle un toque diferente a la decoración del negocio, basándose en criterios de sostenibilidad. 

"El frente del altar que hay en la barra lo recuperé de Alhama de Aragón. Las puertas de los baños, los suelos y el banco de iglesia que tenemos son todo elementos antiguos y una de las lámparas es de un restaurante de Zaragoza que cerró. Creemos en la economía circular, en que no todo tiene que ser comprado nuevo. Recuperamos elementos del pasado, la mayoría aragoneses, y que demuestran que hubo una riqueza importante en la zona", apunta Ballarín, que está al frente de este proyecto. 

Al fondo del local, un colorido mural que simula las torres del Pilar, hecho por la ilustradora zaragozana Arantxa Recio (Harsa), le recuerda a la clientela que se encuentra a orillas del Ebro, y de ahí el "flechazo" que sus dueños sintieron al ver por primera vez este establecimiento, con el que buscan también ofrecer un servicio a los vecinos de esta extensión del barrio Jesús

"Llevamos un año de obras hablando con ellos, y muchos nos decían que necesitaban pan y buen dulce, así que aunque no podíamos elaborar el pan nosotros, porque hay que tener dos obradores separados, decidimos incorporar un despacho de pan y bollería artesanal buscando un proveedor externo de calidad, como es la Tahona Goyesca", indican. 

Una carta que irá variando

Su proyecto de hostelería está enfocado para dar desayunos, comidas y cenas de lunes a domingo, contando para ello con una 'carta mañanera' enfocada al desayuno, y otra de picoteo para comidas y cenas. En la primera, la bollería francesa y las tostadas con ingredientes saludables como el hummus de remolacha, el salmón, el aguacate o el jamón ibérico son las protagonistas. "Estuvimos dudando mucho de si tener el subtítulo de 'healthy', pero la gente lo suele confundir con usar sacarina en vez de azúcar y no usar aceite... Pero no es lo que perseguimos. Nosotros usamos mucha carne, verdura, pescado, fruta, grano... Ingredientes variados. Y, además, tenemos una oferta de tartas artesanales que no tienen conservantes ni colorantes", detalla Ruth.

En su carta de comidas y cenas, con la que han trabajado estas dos primeras semanas, el "plato estrella" son las 'pinsas' romanas, que se pueden saborear en seis combinaciones diferentes, y hay también hamburguesas y varias opciones a modo de entrantes. No obstante, la oferta irá variando, según dicen, de forma "consensuada en el tiempo" con sus clientes, para evitar que estos se cansen. 

"Queremos que sea una carta muy viva y ya tenemos nuevas ideas de tapas que pronto se verán. Un día del fin de semana haremos arroces, que también tienen buena aceptación y casi no hay oferta en la zona; y estamos planeando ofrecer un 'brunch' con los típicos huevos benedictinos, que llevan algún tipo de sorpresa", adelantan los dueños, que van recogiendo también las influencias que les hace su propio equipo de restauración. 

"En este momento, tenemos trabajando a un italiano, a una dominicana, a una cubana y a una hondureña, y estamos encantados porque cada uno te trae su experiencia vital, sus raíces y esa influencia en la comida", concluyen.

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