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Aragón de cueva en cueva para huir del calor entre brujas, maravillas y cristales

Adentrarse en cuevas se ha convertido en una buena forma de escapar de las olas de calor características del verano. Aquí encontrarás una cueva por cada provincia aragonesa perfectas para refrescarse.

Grutas de Cristal en Molinos, una buena forma de escapar del calor.
Grutas de Cristal en Molinos, una buena forma de escapar del calor.
Turismo de Aragón

Las olas de calor y los termómetros marcando temperaturas superiores a los cuarenta grados son un gran obstáculo para pasar un verano 'fresquito'. Por eso, adentrarse en grutas y cuevas entre las montañas aragonesas parece una actividad perfecta para huir, aunque sea por unas horas, del calor abrasador de los meses de verano.

La región orgullosamente montañosa a la que pertenecemos deja recovecos ideales para alejarse de los rayos del sol y conseguir refrescarse con las frías paredes de piedra. Ejemplo perfecto son las tres cuevas que vienen a continuación.

Cueva de las Güixas (Villanúa)

La cueva de las Güixas en Villanúa
La cueva de las Güixas en Villanúa
Laura Uranga

Las historias que rodean esta abertura a los pies del pico Collarada la describen como el refugio de grupos humanos desde el neolítico. Y no tan humanos, pues cuenta la leyenda que era el lugar de reunión de brujas y sanadoras de la zona. Además, sus características geológicas la convirtieron en un calabozo y refugio de militares en diferentes épocas de la historia.

Su origen se remonta a las glaciaciones cuaternarias. Con una chimenea abierta al exterior, sus paredes de roca caliza se ven salpicadas por estalactitas, estalagmitas y coladas. Entre ellas, sus cerca de 31.000 visitantes al año pueden escuchar el eco del batir de alas de las diferentes comunidades de murciélagos que encuentran idóneas las condiciones morfológicas de la cueva. 

La cueva de las Güixas (Huesca) es un recorrido que aúna aventura, diversión e historia y que tienes que reservar tanto en tu calendario como para visitarla.

Gruta de las Maravillas (Ibdes)

Del Pirineo descendemos a Zaragoza, concretamente, hasta Ibdes. A media hora de Calatayud y muy cerca del Monasterio de Piedra, se formó esta maravillosa gruta a partir de sedimentos dejados por el río Mesa hace más de 50.000 años. Dos galerías de 15 y 46 metros conforman esta espectacular cueva digna de visita.

Sus descubridores quedaron tan impresionados al dar con ella en el siglo XX que la nombraron la Cueva de las Maravillas. Su horario reducido hace que llamar previamente (672 118 947) sea un requisito para poder visitar sus rincones 'fresquitos' por solo dos euros los lunes, miércoles, sábados o domingos.

Grutas de cristal (Molinos)

Si nos trasladamos al Maestrazgo, llegamos a las famosas Grutas de Cristal en Molinos (Teruel). Considerada Monumento Natural, se creó sobre arenas y calizas del Cretácico superior y sobre conglomerados, areniscas y arcillas del Oligoceno-Mioceno. Su antigüedad la convierte en un viaje emocionante al pasado en el que caminar entre estalactitas, estalagmitas, columnas, cortinas y cascadas de los más variados colores y cristalizaciones que hacen honor a su nombre.

Su creación dejó dos salas repletas de belleza perfectas para escapar del calor. La Sala de los Cristales es todo un espectáculo visual, al igual que la Sala Marina, llena de los espeleotemas subacuáticos que le dan nombre.

La duración de la visita es de cuarenta y cinco minutos y el precio no supera los 10 euros. Para reservar, se puede contactar con la oficina llamando al 978 849 085.

En las tres cuevas se recomienda llevar calzado cómodo y ropa de abrigo, lo que garantiza pasar unas frescas horas alejadas de los rayos abrasadores del sol de verano.

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