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60 años de las Grutas de Cristal de Molinos: un viaje al centro de la Tierra

Un grupo de espeleólogos, ayudados por vecinos del pueblo, las descubrió en abril de 1961. Desde entonces, la localidad turolense presume de maravilla subterránea, que atrae cada año a aficionados de todo el mundo.

Foto de Molinos
Grutas de Cristal
Laura Uranga

Este mes de abril se cumplen 60 años del descubrimiento de una de las cuevas más espectaculares de Aragón. Quizá no tan conocidas como las de las Güixas en Villanúa pero que, sin duda, también merecen una visita: las Grutas de Cristal en Molinos. La localidad turolense alberga en sus profundidades estas curiosas formaciones de diversidad de tonalidades cromáticas que no dejan indiferente.

Fueron unos espeleólogos catalanes los que "oficialmente" las descubrieron en abril de 1961 pero la historia tiene su matiz local: "un pastor del pueblo se fue a Barcelona e hizo amistad allá con un joven que era espeleólogo; el pastor le insistió en la belleza de las cuevas de su pueblo y finalmente convenció al catalán para que montase una expedición. Vino, vio y se quedó maravillado", explicaba el pasado verano Emilio Jordán, vecino del pueblo, quien las enseña desde hace casi 40 años, a nuestros compañeros Pablo Ferrer y Laura Uranga para la sección de 'Aragón es extraordinario'. 

Desde que se hicieron visitables a público, a mediados de los años 80, las Grutas de Cristal de Molinos se han convertido en un referente para aficionados de la espeleología de todo el mundo. Y es que estas atípicas formaciones tienen un elemento diferenciador en relación a otras cuevas famosas de España, como pueden ser las Cuevas del Drach en Mallorca o las de Nerja: las llamadas estalactitas excéntricas, que bajan desde el techo desafiando la ley de la gravedad haciendo verdaderas filigranas, en varias direcciones.

El espectáculo de este enclave turolense atrae también cada año al público en general, especialmente a familias con niños, atraídos por viajar a las profundidades de la Tierra y dejarse llevar por la imaginación. Eso sí, llegar requiere un esfuerzo, ya que  hay que superar los 130 peldaños que separan el aparcamiento de la puerta de entrada a las Grutas. El recorrido interior es muy sencillo -la duración de la visita, siempre con guía, es de unos sesenta minutos y se accede a dos salas: Sala de los Cristales y Sala Marina.

Una buena opción para hacer una escapada por Aragón ahora que el confinamiento perimetral nos invita a conocer o redescubrir la Comunidad, respetando las restricciones sanitarias marcadas por la pandemia.

Las magnéticas e hipnóticas Grutas de Cristal

Las Grutas de Cristal de Molinos, en imágenes.

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