Cómo llegar a la Fuente de Tamara, una espectacular piscina verde esmeralda en Aragón
Encontrar lugares menos transitados es un lujo cuando se busca disfrutar de la naturaleza en paz y armonía y para ello el Pirineo aragonés tiene multitud de enclaves perfectos para ellos.
En la montaña, toda precaución es poca. Además de pisar con cuidado en todo momento, y de tener los ojos bien abiertos, hay que ir prevenido contra el sol, los chaparrones, la sed (sobre todo si nos perdemos) y los resbalones: el calzado apropiado es fundamental. También hay que leer entre líneas: que un sendero sea accesible o una caminata sencilla no quiere decir que se pueda bajar la guardia. Las mejores rutas en Aragón no son siempre las más populares.
A todos nos gusta encontrar lugares menos transitados, con elementos diferentes y vistas inmejorables, para enseñarlas luego a los amigos… o bien para no decir nada, como ocurre con los buscadores de setas, y contribuir así a que el secreto siga bien guardado. El caso de la Fuente de Tamara en la sierra de Guara no es un secreto: si acaso, uno a voces. Sin embargo, tampoco está entre las marchas más populares, y conserva cierto encanto de exclusividad.
Una ruta por Huesca con muchos premios
La excursión comienza en el Salto de Bierge, lo cual ya es un premio para la vista. Luego se trata de caminar por pista forestal primero y bosque después siguiendo el río Alcanadre y alcanzar Los Fornazos, que son la antesala de la Fuente de Tamara y su gran remanso de aguas cristalinas, solamente enturbiadas por el paso reciente de una tormenta. Aun así, la belleza del lugar también vale la pena.
El verano es el mejor momento para caminar junto a la corriente fluvial con tranquilidad y con toda la precaución. Además, abundan las pozas en las que hacer un alto para remojarse. De hecho, mezclar el camino y el propio cauce en la caminata a la ida y a la vuelta es una posibilidad interesante cuando el Alcanadre es menos caudaloso. Es un poco rompepiernas, como llaman en ciclismo a las pequeñas subidas y bajadas, pero no llega a agotar. Además, la señalización es impecable.
A la hora y media de caminata (paso normal, sin apretar) se llega a los estrechos de los Fornazos, justo antes de la Fuente de Tamara, que tiene merendero.
