Ruta por el desfiladero del impresionante cañón de Añisclo tras abrir la carretera

Tras más de nueve meses cerrada el 4 de agosto se reabrió la carretera que atraviesa este paraje del pirineo oscense donde se pueden ver cascadas y frondosos bosques.

Cañón de Añisclo
Cañón de Añisclo
Heraldo

Desde el 4 de agosto, el cañón de Añisclo (Huesca) vuelve a ser accesible. La carretera HU-631 que discurre por el espectacular desfiladero se ha reabierto tras permanecer cerrada nueve meses por un grave desprendimiento ocurrido el 24 de octubre de 2022. La reapertura de la vía es una alegría para los miles de turistas que visitan cada año el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido que por fin podrán recorrer la garganta que excava el río Bellos y que es uno de los enclaves más bellos del Pirineo aragonés.

La carretera reabierta permite al visitante redescubrir este espectacular paraje con atractivas cascadas y frondosos bosques porque reduce el recorrido y lo hace asequible para aquellos que buscan paseos sencillos. En verano solo se puede recorrer en coche en sentido ascendente desde Escalona. La vuelta ha de realizarse por la carretera de Puyarruego-Buerba-Escalona para evitar el cruce de vehículos en este paso tan estrecho. 

Ruta fácil por el cañón de Añisclo

El cañón de Añisclo pertenece al Parque Nacional de Ordesa y es uno de los lugares más visitados del Pirineo. En 2021 tuvo 140.686 turistas, solo por detrás de Ordesa y Pineta. La apertura del acceso por carretera acercará a muchos visitantes hasta este rincón en el final del verano para hacer rutas que mezclan paisaje y monumentos como esta ruta circular de 2 kilómetros con un desnivel de solo 150 metros que parte desde el aparcamiento de San Úrbez y vuelve al mismo lugar de partida tras pasar por la ermita y por el molino de Aso

  • El puente medieval en San Úrbez. A pocos metros del aparcamiento se encuentra puente románico que cruza el río Bellos a través del desfiladero de Cambras. El siguiente punto del recorrido es la ermita
  • ​Ermita de San Úrbez. Este pequeño templo ocupa una especie de cueva en la que vivió el pastor y monje francés San Úrbez en el siglo VIII. Solo se abre 4 veces al año en romerías pero es un lugar muy concurridos debido a su cómodo acceso desde la carretera.
  • ​Molino de Aso. Tras la ermita, el camino desciende hasta el río Aso, donde refrescarse gracias a sus pozas. El cauce se va estrechando y va formando cascadas hasta que se deja ver el molino de Aso, un edificio en ruinas que servía para moler el grano, y se llega al aparcamiento.
  • La ruta por el cañón de Añisclo se puede alargar por un camino más duro que llega hasta la Ripareta y después hasta la Fuen Blanca tras más de 10 kilómetros.
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